El olor de la orina suele ser neutro, si llevamos buenos hábitos de vida y alimentación y si bebemos, como mínimo, litro y medio de agua al día. Sin embargo, en ocasiones, la orina puede presentar un olor fuerte y desagradable, un color diferente o turbio, acompañado de ardor o algún otro malestar corporal. Si esto persiste más de un día podría indicarnos un problema de salud que deberíamos atender con un profesional sanitario. Lo explicamos en el siguiente artículo.
¿Qué información nos puede dar nuestra orina?
La orina nos puede dar mucha información sobre nosotros mismos. Con una sencilla e indolora muestra de orina se puede medir su densidad. Así el especialista sabrá si estamos bebiendo suficientes líquidos o no. También se puede medir el pH de la orina, que debe ser ácida. Sin embargo, “cuando esos niveles cambian, por ejemplo, a neutro, puede indicar una infección o una enfermedad de hígado”, asegura Paloma Sanz Martínez, nefróloga del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid y colaboradora de la Asociación de Lucha contra la Enfermedad Renal (ALCER).
En un análisis también podemos ver si hay azúcar, sangre o proteínas, que son sustancias que no deberían existir en la orina, explica Sanz. Esto puede indicar problemas graves como diabetes o enfermedades del riñón que provoquen pérdidas de sangre, una piedra o un tumor, en casos extremos. Una bilirrubina elevada (que produce una orina oscura) puede indicar un problema en el hígado y en el páncreas.
En un análisis de orina también podemos detectar un embarazo, ya que en esta etapa se produce la hormona gonadotropina coriónica humana (GCH) desde los primeros días de la concepción.
Posibles causas del olor fuerte en la orina
?? Mala hidratación
El riñón es el encargado de limpiar nuestro cuerpo de las sustancias y toxinas de desecho, y tiene la capacidad de concentrar la orina dependiendo del líquido que le aportemos. Sin embargo, “si bebemos muy poca agua, la orina no está diluida y está muy concentrada, muy densa y aumenta su olor. Esto se suele dar, por ejemplo, después de ejercitarse y sudar mucho o en la gente que bebe muy pocos líquidos”, dice Sanz. También la primera orina de la mañana suele ser más concentrada y con un olor más penetrante porque durante la noche estuvimos sin beber.
?? Infecciones en el sistema urinario
“Los gérmenes metabolizan o se ‘comen’ la urea (sustancia que se forma durante el procesamiento de las proteínas, y que generalmente excretamos a través de la orina y el sudor), además de producir nitritos y leucocitos, lo que hace que la orina se vuelva turbia y con mal olor”, detalla la nefróloga. Esto, a menudo, va acompañado de los síntomas de cistitis: dolor, fiebre, urgencia de orinar, dolor corporal y, en algunas ocasiones, pus y sangre. Las infecciones de orina son muy frecuentes, principalmente en las mujeres, y pueden darse por diferentes causas como las siguientes:
- Mala higiene: se arrastran gérmenes del recto, pasan a través de la uretra y en la vejiga se multiplican los patógenos.
- Las relaciones sexuales provocan un movimiento en la vejiga, y esa actividad puede hacer que se multipliquen los gérmenes que ya existen en la vejiga, desencadenando infecciones y, por ende, mal olor de orina.
?? Alimentación y medicamentos
Los espárragos, por ejemplo, producen una sustancia que se elimina por la orina y que asemeja el olor a azufre. Y la remolacha o algunas otras frutas o verduras pueden cambiar el olor y el aspecto de la orina. Sin embargo, “si el riñón de la persona está sano, comer mal (alimentos procesados, refrescos, etc.) tampoco debería cambiar significativamente el olor de la orina. Lo que sí podría producirse es que el riñón trabaje más y desencadenar enfermedades que se pueden reflejar en un análisis de orina”, subraya Sanz.
Por su parte, los medicamentos, principalmente complementos alimenticios que contengan proteínas, suelen aumentar el olor y el color de la orina.
¿Cuándo debes acudir al médico?
“Cuando el paciente nota que la orina ya no es totalmente transparente, tiene mal olor y está concentrada y, además, hace espuma, y ve que esto se prolonga más de un día, debería acudir al doctor y hacerse una prueba de orina para detectar el problema”, aconseja Sanz.
También es habitual que cuando una persona empieza a desarrollar una infección en las vías urinarias necesite orinar con frecuencia, principalmente por la noche —cuando no toma líquidos—, cuando lo normal sería que evacúe una vez en toda la noche y unas tres o cuatro veces al día.
Acudir al médico y no automedicarnos podría salvarnos de serios problemas urinarios como la piolonefritis, una infección en la uretra que afecta a los riñones y que en una etapa avanzada puede poner en peligro la vida del paciente.
Olor fuerte en la orina en la menopausia
Es muy común encontrar infecciones de orina durante la menopausia por la pérdida de los estrógenos, que son las hormonas que hacen que el tejido de la vagina esté más hidratado y elástico. Así cambia la flora habitual de la vejiga y aparecen gérmenes que pueden provocar mal olor en la orina.
La retención de orina es un desequilibrio hormonal que surge en la menopausia y que causa que se debilite el músculo de la vejiga, algo que dificulta el vaciado de la misma. Esta acumulación de orina provoca el incremento de bacterias en la vejiga y así hay continuas infecciones en vías urinarias.
Según la guía de práctica clínica ‘Cistitis no complicada en la mujer’, avalada por la Asociación de Española de Urología, la resistencia bacteriana a ciertos medicamentos es una de la principales causas de cistitis en las mujeres. En los últimos años, según esta investigación, el 6,7 % de las ITU (infecciones de tracto urinario) son causadas por la Escherichia coli; el porcentaje de estas infecciones aumenta con la edad, siendo el 1,4 % en pacientes de menos de 40 años y el 8,7 % en mayores de 60 años.