Con la llegada del buen tiempo y del verano, los niños pasan más tiempo al aire libre con sus amigos, más o menos lejos de sus padres. O ya son más mayores para ir solos al cole o a la extraescolar de turno. En los últimos años, y con el fin de protegerles y por mayor seguridad, los progenitores recurren a las nuevas tecnologías para saber dónde y cómo se encuentran sus hijos, como ya sucede con las personas mayores. Y más este año, con el fin del estado de alarma y la desaparición de las niñas de Tenerife todavía muy recientes. De hecho, se ha disparado la venta de relojes inteligentes (smartwatches) con GPS para menores. En las siguientes líneas te contamos cómo funcionan estos dispositivos, sus características y en qué debes fijarte si quieres hacerte con uno. Pero antes, abordamos ciertas cuestiones legales y psicológicas de este tipo de aparatos.
Smartwatches con GPS para niños: ventajas e inconvenientes
Hay llaveros y pulseras de actividad con GPS, que tienen un botón SOS que, al apretarlo, envía un SMS con su localización al teléfono de las personas al que están conectados. Pero lo que triunfa entre los más pequeños (4 a 12 años) son los relojes con GPS y teléfono, la antesala de los móviles. ¿Por qué?
Son idóneos para conocer en todo momento la ubicación de nuestros hijos y corroborar que están bien. A ellos también les da confianza y seguridad, se sienten más tranquilos, porque saben que con un pequeño gesto pueden llamar a sus padres y enseguida son localizados. A la vez, fomentan su autonomía y responsabilidad. Resultan muy útiles cuando ya van solos al colegio, a las actividades extraescolares o a hacer deporte lejos; también en sus salidas con los amigos o si van de campamento. Pero sobre todo cuando acudimos con ellos a grandes espacios y con afluencia de mucho público. Fijar un punto de encuentro por si se pierden es una buena estrategia, pero llevar en la muñeca uno de estos rastreadores también. ¿O no? ¿Son lo más adecuado para protegerlos?
Imagen: SylwiaAptacy
La psicóloga Amaya Prado “los recomendaría, siempre y cuando tengan un objetivo normalizado y no sea por miedo de los padres a que les pase algo, pero no existe tal riesgo. Porque pueden perderse o quitárselos, y no por ello nos tiene que entrar el pánico. Además, tenemos que tener en cuenta que no podemos tener controlados a nuestros hijos en todo momento. No es sano ni para los padres, ni para los hijos. Es bueno tenerlos de manera preventiva, pero sin transmitir ni contagiar miedos a los más pequeños. Sería sobreprotección y un miedo irracional”.
También en el control repara Jorge Campanillas, abogado en derecho tecnológico: “El control absoluto es imposible, y el equilibrio muy difícil. Pero si por la seguridad quitamos libertad, no nos merecemos ninguna de las dos”. Este experto considera que estos aparatos son útiles, pero sostiene que se usen con sentido común y conscientes de los derechos de los menores. “Los padres tenemos la patria potestad y el deber de custodia: debemos protegerlos, cuidar de ellos y velar por su seguridad (artículo 154 del Código Civil). Pero los niños y adolescentes también tienen derecho a la intimidad y la privacidad”, recuerda lo que refleja el artículo 4 de la Ley de Protección del Menor 1/1995.
Entonces, ¿qué alternativas tenemos como padres para proteger a nuestros hijos sin usar estos relojes o móviles con GPS? Para Prado, vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, “podemos enseñarles a qué hacer en una situación de peligro o en la que se encuentren perdidos. Buscar cómo solucionar esto es más recomendable que tenerlos vigilados, porque son aparatos tecnológicos que pueden fallar y asustarnos más”. Y en el caso de los adolescentes la psicóloga cree que “es más conveniente crear un clima de confianza en el que nuestro hijo nos pueda contar qué ha hecho y dónde ha estado que tenerlos controlados. ¿Nos gustaría a nosotros que alguien nos pusiera un GPS para controlarnos?”.
Cómo funciona un reloj con GPS y teléfono para niños
Parecidos a los smartwatches para adultos, los relojes con GPS y teléfono para niños no solo muestran la hora de forma digital. Estos coloridos dispositivos también tienen características muy similares a las que ofrecen los teléfonos móviles, pero sin acceso a Internet —y, por tanto, sin los riesgos propios de la Red— y a un precio más asequible. Estas son las funciones más habituales:
- Localizador infantil. Gracias al GPS (Sistema de Posicionamiento Global) con estos relojes los padres saben en todo momento en tiempo real la ubicación de su hijo a través de la aplicación Google Maps instalada en sus móviles. Su ruta estará siempre controlada. Incluso algunos guardan las últimas realizadas en fechas recientes.
- Zona de seguridad. El dispositivo permite acotar el sector por el que el niño debe moverse: si sale del área de seguridad delimitada, el reloj avisa a sus progenitores con una notificación.
- Botón SOS. Se activa en caso de emergencias. Si el menor se siente amenazado, lo pulsa durante unos segundos, y el reloj envía a los contactos preestablecidos su localización o les llama. Muy útil para actuar en casos de acoso escolar.
- Teléfono. Usan tarjetas nanoSIM como si fueran móviles, por lo que se pueden hacer llamadas y videollamadas y hasta mandar mensajes de texto predefinidos o mensajes de voz cortos. Pero los niños solo pueden ponerse en contacto con unos pocos números de teléfono que hayan definido sus progenitores: los de mamá, papá, abuelo o hermana, por ejemplo, así como el 112 de emergencias.
- Llamada espía o silenciosa. Algunos modelos dejan que gracias a su micrófono los padres escuchen a sus hijos y todo lo que les rodea sin que el menor se dé cuenta. “Si graban puede dar problemas. Grabar conversaciones puede ir contra el secreto de comunicaciones: no se puede desvelar, ni publicar, ni difundir. Porque, aunque estemos hablando de niños, a saber quién puede estar alrededor. Hay que tener cuidado con estos productos espía”, advierte Campanillas.
- Cámara. También hay relojes con cámaras permiten hacer fotos del entorno del pequeño. Y los hay con sistema de bloqueo para evitar un uno inadecuado. “Si después esas imágenes del entorno las publicas en Internet, puede que afecte al honor, al derecho a la imagen y a la protección de datos de terceros”, recuerda el experto.
- Otras funciones. Las aplicaciones del reloj como despertador, con alarmas, y linterna son muy valoradas por los niños. Y por los padres, la función ‘no molestar’, que resulta útil para evitar que se desconcentren en el colegio o a ciertas horas que decidan los progenitores (irse a la cama). Algunos aparatos tienen podómetro, calculadora, juegos educativos, retos de actividad física e incluso Bluetooth.
En qué debes fijarte antes de comprar un reloj con GPS para niños
Imagen: Alex Green
La elección del reloj con GPS y teléfono para niños y preadolescentes dependerá sobre todo y del uso que le demos como padres y de cómo sea el niño. En cuanto a previos, la horquilla va desde los 35 para los muy simples hasta cerca de los 90 euros. No obstante, es importante tener en cuenta lo siguiente:
- Dimensiones y pantalla. No debe tener un tamaño demasiado grande, para que no resulte incómodo ni pesado. De todas formas, también suelen tener un sensor (acelerómetro) que avisa a los padres si detecta que el menor se deshace de la pulsera. Por supuesto, táctil, pero si el niño es muy pequeño, los botones deben ser fáciles de activar. Y es importante que tanto el brillo como el contraste sean altos para ver la pantalla bien en exteriores.
- Materiales. Resistente al agua, o al menos a las salpicaduras, al polvo y, a poder ser, antichoques. Lo idóneo es que tenga con correa de silicona ergonómica y con hebilla para adaptarla a su muñeca.
- Geolocalización. Para hacer un seguimiento preciso del menor el reloj debe tener un chip GPS incorporado. El Sistema de Posicionamiento Global se sirve de 24 satélites que, mediante la trilateración, son capaces de determinar la ubicación exacta del dispositivo. El A-GPS o Assisted GPS acelera el proceso de inicio de la localización; para ello usa los datos de las antenas cercanas al aparato. La conexión wifi también puede precisar su ubicación, así como el LBS (Location Based Services), que para ello emplea una red móvil en base a la triangulación de antenas de telefonía móvil. La conectividad, por tanto, es esencial.
- Autonomía. Es interesante que la batería dure al menos 24 horas, y que no sea necesario recargarla a diario.
- Marcas. Lo preferible es escoger marcas españolas o europeas y con servicio técnico propio; así te aseguras que son dispositivos compatibles con el mercado europeo y con atención al cliente especializada y accesible.
En el caso de los preadolescentes con móvil, una opción a las aplicaciones de rastreo continuo puede ser enviar la ubicación en tiempo real en casos concretos en los que pueda ser necesario, por ejemplo, cuando salen con la bicicleta varios kilómetros. Se puede hacer a través de aplicaciones como WhatsApp y gracias al GPS del teléfono. Podemos enviarlo al grupo familiar, por ejemplo, o a un chat individual. También Google Maps permite compartir la ubicación durante el tiempo que se quiera y necesite. Estas alternativas deben consensuarse con el menor, es decir, se debe tener su consentimiento.