La familia desempeña un papel fundamental en la prevención de la obesidad infantil. Los adultos tenemos la responsabilidad de legar a nuestros hijos e hijas unos buenos hábitos de vida, que favorezcan su desarrollo y su salud. No siempre es fácil: la publicidad de productos insanos dirigida a los niños, la falta de recursos y, sobre todo, de tiempo, para comprar y cocinar en casa juegan en nuestra contra. Pero tampoco es imposible, como muestran los siguientes 10 consejos nutricionales, extraídos del Estudio sobre la situación de la obesidad infantil en España.
10 consejos para prevenir la obesidad infantil en familia
- 1. Animarles a participar en su alimentación. Hacer la lista de la compra, ir al mercado, ayudar en la cocina… Se trata de actividades educativas y que, además, favorecen una alimentación más saludable.
- 2. Cocinar en casa con los menores. Es una buena oportunidad para que los niños prueben diferentes alimentos y así aumentará su interés por los platos que ellos mismos han hecho.
- 3. Comer (o cenar) en familia. Existe numerosa evidencia científica acerca de que este hábito es beneficioso en diferentes sentidos; entre ellos, reduce la probabilidad de padecer obesidad a lo largo de la infancia.
- 4. Es un niño, hay que vigilar sus raciones. Las raciones que se ofrecen a los niños son cada vez mayores, lo que contribuye a que coman en exceso y aumente el riesgo de sufrir sobrepeso u obesidad.
- 5. Es mejor la recompensa que el castigo. Castigar por no haber comido fruta puede hacer que termine generando rechazo hacia ese alimento. Es preferible darles un refuerzo positivo cuando se toman la comida saludable.
- 6. Ver la tele, los canales de Youtube y las redes sociales con ellos. Hay que ayudarles a identificar los productos insanos, a detectar los mensajes que utiliza la publicidad. Por ejemplo, si usan para atraer su atención personajes de dibujos animados o deportistas.
- 7. Construir límites. Los límites son necesarios a lo largo del desarrollo y hacen que la población infantil crezca de forma segura y confiada. Los adultos son los que deciden lo que van a comer o cenar según sus necesidades, no los menores según sus apetencias.
- 8. Aprender a pedir consejo. Es esencial que los padres y madres sepan recibir el consejo de especialistas, nutricionistas o pediatras como un asesoramiento que les ayuda en su papel educador.
- 9. Ser un buen ejemplo. La familia cercana actúa como modelo de referencia en el que constantemente los niños se reflejan, comparan para aprender actitudes, comportamientos y estilos de vida.
- 10. Enseñarles a leer la información nutricional. Así elegirán los ingredientes más saludables.