Las mochilas del colegio de los niños, cargadas de libros, materiales y accesorios de salud, representan una duda frecuente en los adultos. ¿Su peso les puede lesionar la espalda? Según los expertos, sí puede ocasionar problemas, si la carga es excesiva y se hace un uso inadecuado de ellas. La Asociación Española de Pediatría (AEP) advierte de que “el uso inadecuado de las mochilas puede dañar los músculos y las articulaciones y producir dolor de cuello, espalda y hombros”. En este artículo explicamos cuánto deben pesar estas mochilas, cómo elegirlas y utilizarlas de manera correcta.
🎒 ¿Cuánto debe pesar la mochila escolar?
Los médicos y fisioterapeutas están de acuerdo: el peso de una mochila escolar no debería superar el 10-15 % del peso de la niña o el niño que la porta. Por ejemplo:
- Para un peque de 20 kilos, una mochila de, máximo, 2 kilos.
- Para un peque de 25 kilos, una mochila de, máximo, 2,5 kilos.
- Para un peque de 35 kilos, una mochila de, máximo, 3,5 kilos.
- Para un peque de 45 kilos, una mochila de, máximo, 4,5 kilos.
El peso es muy importante, aunque dependerá, en gran medida, de lo que pongamos dentro de la mochila. Ante la cantidad de libros y material escolar que deben llevar los peques al colegio, muchos padres y madres optan por usar mochilas con ruedas. Sin embargo, lo más práctico sigue siendo la mochila tradicional (sobre todo, porque permite repartir la carga de manera uniforme en lugar de tirar con un solo lado del cuerpo). Por eso es importante elegir una mochila ligera y bien diseñada, y utilizarla de manera adecuada.
🎒 ¿Cómo elegir una buena mochila escolar?
Además de los kilos, es importante prestar atención al diseño de la mochila y su ergonomía; es decir, a lo bien que se adapte a la espalda y ayude a repartir el peso de una forma equilibrada y adecuada. Si vamos a comprar una mochila, deberíamos intentar que reúna las siguientes características:
- Un armazón semiblando que sea anatómico y modificable.
- Dos tirantes anchos para ambos hombros, acolchados y extensibles con el fin de llevarlos tensados para mantener la mochila alta y pegada en su parte superior. Si los tirantes son estrechos y se clavan en los hombros se puede interferir con la circulación sanguínea y el sistema nervioso.
- Un cinturón acolchado que se pueda abrochar a la altura del abdomen o el pecho (como tienen las mochilas de senderismo). Sirve para ayudar a distribuir el peso entre el resto de los grupos musculares del cuerpo.
- Múltiples compartimentos para repartir los distintos objetos que pesan y, si es posible, que sean desmontables, como las mochilas de excursionista.
- Un tamaño igual o inferior al del torso del niño, para no sobrepasar su eje de gravedad (segunda vértebra lumbar).
🎒 ¿Cómo usar la mochila de manera correcta?
Un peso y un diseño adecuados son claves para prevenir lesiones, pero servirán de poco si la mochila no se usa de manera adecuada. En este sentido, los especialistas recomiendan tener en cuenta estos puntos:
- Limitar el peso del contenido y evitar transportar cargas inútiles. Si la mochila es muy pesada, el peque se ve obligado a arquear hacia delante la columna vertebral o a flexionar hacia delante la cabeza y el tronco para compensar el peso.
- Tener en cuenta las particularidades de cada niño, la relación entre su talla y su peso: si se trata de un niño con obesidad, si posee una complexión atlética, etc. y, sobre todo, si presenta previamente una patología de alineación de la columna (escoliosis, cifosis, espondilolistesis..) u otras enfermedades del raquis, como discitis y calcificaciones discales.
- Colocar los objetos de más peso al fondo y pegados a la espalda.
- Utilizar los dos tirantes. Si solamente se emplea un asa, se produce asimetría en la carga, se levanta un hombro y se flexiona lateralmente la columna.
- Usar las dos manos para coger la mochila, doblar las rodillas e inclinarse para levantarla y dejarla caer con los brazos hacia atrás.
Imagen: Vinicius Imbroisi
🚶 ¿Cómo prevenir el dolor de espalda?
La lumbalgia afecta a 8 de cada 10 personas en algún momento de su vida y, en los países industrializados, es la primera causa de absentismo laboral e incapacidad permanente. Muchas veces, su origen está en la infancia, porque los problemas de la espalda se producen generalmente a causa de nuestras costumbres, por lo que si no modificamos aquellas que son erróneas, podemos dañar seriamente nuestra columna vertebral. Es importante corregir los malos hábitos desde la niñez, adoptando las posturas y movimientos adecuados en nuestras actividades diarias, hasta que resulten espontáneos y naturales.
Causas frecuentes del dolor lumbar
- Cuando nos mantenemos mucho tiempo en la misma posición, ya sea de pie, sentados o acostados.
- Si adoptamos prolongadamente determinadas posturas que aumentan sus curvas fisiológicas.
- Siempre que realizamos grandes esfuerzos, o pequeños, pero muy repetidos.
- Ante movimientos bruscos o posturas muy forzadas.
- Principalmente cuando no se fortalece el tono muscular necesario para su equilibrio.
Recomendaciones para evitar el dolor de espalda
- Al sentarnos, debemos hacerlo lo más atrás posible en la silla, manteniendo el respaldo y la espalda recta, y con los brazos apoyados.
- Cambiar de postura con frecuencia y levantarse cada 45-60 minutos.
- Utilizar un atril para estudiar.
- Si trabajamos con el ordenador, la pantalla debe situarse de frente, no a los lados, y a la altura de los ojos.