El sistema “stand by” en el que quedan los aparatos eléctricos cuando se apagan genera un consumo de energía considerable, lo que equivale a un cuantioso dispendio de dinero. Además, este gasto es el responsable del 1% de los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera. Este artículo señala el derroche de energía y dinero que suponen los equipos en “stand by”, cómo reducir el gasto por este motivo en el hogar y la existencia de regletas automáticas para combatir este problema.
Equipos en «stand by», un derroche de energía y dinero
La leyenda urbana de que los aparatos en «stand by» apenas consumen energía sigue teniendo fuerza. Por eso todavía hay mucha gente que no tiene ningún reparo en que las lucecitas rojas de televisores, reproductores de DVD, cadenas musicales y tantos otros electrodomésticos permanezcan encendidas durante horas, pese a que nadie los use. Pero en realidad, este sistema se trata de un auténtico vampiro eléctrico, que no solo aumenta el consumo, y por ende el monto de la factura de electricidad, sino que también incrementa la emisión de gases que producen el efecto invernadero.
Según un informe, con pequeños cambios en sus usos los hogares españoles podrían ahorrar 1.461 millones de euros de electricidad al año
Existen diversos estudios al respecto, pero la mayoría indican que el gasto originado por el consumo de aparatos en «stand by» ocasiona entre el 5 y el 20% del total de la factura eléctrica. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), también origina el 1% de los gases de efecto invernadero. Por estos motivos, hay diversas campañas destinadas a reducir el consumo en «stand by», entre las cuales una de las más importantes es la llamada One Watt Initiative («Iniciativa Un Vatio»), lanzada por la propia IEA, que tiene por objetivo que ningún aparato gaste más de un vatio cuando no esté en uso.
Según el último Índice de Eficiencia Energética elaborado por Gas Natural Fenosa, los hogares españoles podrían ahorrar el 8,45% de la energía que consumen, por un valor de 1.461 millones de euros, «con pequeños cambios en sus usos y costumbres». El informe destaca que «un mejor uso de la energía podría evitar la emisión a la atmósfera de 3,9 millones de toneladas de dióxido de carbono, una cantidad similar a la que emitirían 3.100 vuelos de ida y vuelta entre España y Australia».
Cómo reducir el gasto por «stand by» en el hogar
Los usuarios pueden contribuir a reducir este derroche de energía (y de dinero) de diversas maneras. La principal es evitar que los equipos queden en «stand by» cuando no se utilizan. Para ello, el modo más práctico es usar regletas con interruptor de encendido y apagado. Con ellas, varios aparatos estarán conectados a la misma terminal y, al apagar esta, no recibirán energía eléctrica y, por lo tanto, su consumo será igual a cero. De esta forma, además, quedan protegidos ante posibles descargas.
Es conveniente poner a cargar el móvil en un lugar visible y desconectarlo en cuanto se haya completado el proceso
El interruptor de las regletas incluye por lo general una pequeña lámpara que, si bien añade un consumo cuando está encendida, sirve como recordatorio en el momento de abandonar una estancia de la casa: queda una luz y hay que apagarla. Por eso, conviene que las regletas, aunque a menudo no resulten muy bonitas, permanezcan en un sitio visible. Su diseño suele ser bastante neutro (las más comunes son blancas), por lo cual tampoco desentonan demasiado con la decoración.
Otro factor que aumenta el consumo de forma innecesaria son los transformadores que quedan conectados a la red cuando no se necesitan. Es el caso de los cargadores de móviles y ordenadores, entre otros. Lo conveniente es poner a cargar el teléfono en la misma estancia en la que el usuario se encuentre y donde lo tenga a la vista, para poder darse cuenta cuando haya completado la carga y desconectarlo lo antes posible. Todo el tiempo de más que permanezca enchufado a la red representará un gasto inútil.
Por el mismo motivo, se recomienda evitar poner a cargar el móvil al ir a la cama, ya que, en general, las horas que el teléfono necesita para cargarse son varias menos que las de sueño de su propietario. Lo mejor, no solo para ahorrar electricidad sino para prolongar la vida útil del aparato, es justo lo contrario: apagarlo por la noche, sobre todo si se cuenta con otro despertador (tanto si es eléctrico como de los antiguos modelos de cuerda).
En el mercado se comercializan regletas especiales llamadas automáticas o eliminadoras de “stand by”. Son un poco más caras que las normales (cuestan cerca de 20 euros), porque incluyen un sistema mediante el cual detectan cuando el principal dispositivo conectado a ellas se apaga (la tensión que circula desciende de modo notorio) y de forma automática deja de enviar energía a los periféricos. Si se configura como aparato principal un ordenador, corta la energía que pudieran consumir discos duros, altavoces, impresoras, etc., mientras que si el conectado como principal es un televisor, al apagarlo se desconectan el reproductor de DVD, la consola de videojuegos, el sistema de cine en casa, etc.
Además, muchos de estos modelos de regletas también incorporan un sistema protector contra sobrevoltaje o picos de tensión. De esta manera, se reducen los riesgos de incendio por cortocircuito, de fallo en los equipos o de pérdida de datos en el ordenador. Este es otro motivo por el cual puede resultar conveniente adquirir una de estas regletas, cuya inversión es posible que se amortice en menos de un año gracias al dinero que se ahorre por evitar el “stand by”.