Vives pendiente de los sonidos que emite tu teléfono y paralizas tus interacciones cuando te llega una notificación nueva. Prestas más atención al móvil que a las personas que están contigo en ese momento. ¿Te reconoces? Puede que padezcas phubbing o ningufoneo, el acto de menospreciar e ignorar todo lo que te rodea (en especial a los seres humanos) para concentrarse única y exclusivamente en el teléfono. Quien lo practica, y lo sufre, puede experimentar importantes consecuencias negativas. Y no siempre es fácil de identificar. Estamos tan acostumbrados a utilizar el móvil que a veces no somos conscientes de cómo este pequeño aparato modifica nuestra conducta. Por eso en las siguientes líneas te contamos más acerca de este comportamiento y te damos algunos consejos para evitar caer en la tentación de atender al teléfono a cada rato.
Qué es el phubbing y a quién afecta
El phubbing es el acto de ignorar a la persona con quien se está en un momento dado prestando atención al teléfono móvil. El término es una combinación de las palabras phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio). La palabra fue acuñada por los responsables del diccionario australiano Macquarie. En el año 2012, y ayudados por la agencia de publicidad McCann, encomendaron a un nutrido grupo de lexicógrafos, escritores y poetas crear un neologismo para definir este hábito y concienciar así a la población sobre esta conducta. En español, phubbing se traduce como ningufoneo.
En ningufoneo no es un comportamiento exclusivo de ciertas etapas vitales. Si bien los niños y los jóvenes parecen más tendentes a practicarlo, la realidad muestra que los adultos de todas las edades también tienen esta conducta. Solo hay que pararse a mirar cualquier reunión familiar y ver cómo las personas, en lugar de interactuar entre sí, están atendiendo a sus teléfonos móviles.
Por qué se produce el phubbing
Según el ‘Estudio Mobile & Conectividad Inteligente 2021‘ de IAB Spain, dos de cada tres minutos que navegamos por Internet lo hacemos desde dispositivos móviles. A diario invertimos en nuestras conexiones una media de 3 horas y 16 minutos. El 60 % de los usuarios confiesa emplear el teléfono para chatear en aplicaciones de mensajería instantánea, navegar por las redes sociales o consultar el correo electrónico. Cada persona, de media, tiene instaladas 36 aplicaciones en su móvil.
Si contemplamos estos datos, es fácil deducir que, en términos generales, existe una alta dependencia instrumental del teléfono. Tenemos el hábito más que adquirido de mirar la pantalla casi para cualquier cosa y prácticamente en todo momento.
Entre los motivos de este enganche tecnológico algunos psicólogos apuntan a la dopamina —un neurotransmisor que produce un efecto de placer en nuestro organismo— que se libera cuando recibimos los estímulos sociales positivos de las redes sociales. La teoría no solo la defienden los expertos: Sean Parker, expresidente de Facebook, declaró públicamente sentirse culpable de activar estos mensajeros químicos en los cerebros de los seguidores de la empresa en la que trabajaba.
Consecuencias del ningufoneo
El phubbing afecta tanto al que lo practica como al que lo padece. Según los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH) el ningufoneo repercute en la salud física y mental. Provoca problemas de dependencia como la nomofobia (el miedo irracional a no tener el móvil siempre a mano); autismo virtual (un aislamiento presencial que genera soledad, timidez, ansiedad, inseguridad y problemas de habilidades sociales); síntomas físicos y neurológicos, como el síndrome del túnel carpiano o la vibración fantasma; y dolores crónicos como ‘síndrome’ del cuello roto.
Para evaluar cómo afecta a las personas ser ningufoneadas, un grupo de psicólogos de la Universidad de Kent (Reino Unido) realizó un estudio hace unos años. Pidieron la colaboración de 153 individuos y los expusieron a una conversación simulada con el objeto de valorar cómo se sentían si su interlocutor les atendía, les ignoraba ligeramente o les menospreciaba de manera muy evidente.
Los resultados del trabajo, publicando en la revista Journal of Applied Social Psychology, revelaron que cuanto mayor era el phubbing, peor era la calidad de la comunicación entre los individuos. El ningufoneo también provocaba relaciones personales insatisfactorias y hacía que el sentimiento de pertenencia grupal, la autoestima, el valor existencia y el autocontrol quedasen afectados. Además, tal y como señalaron los investigadores, el phubbing era peligroso ya que podía tener lugar en cualquier lugar y en cualquier momento, algo que no ocurría con otras formas de exclusión social más estudiadas.
Cómo evitar el ningufoneo
La mejor manera de frenar el ningufoneo es prescindir del móvil cuando estemos con otras personas. Guardar el teléfono o dejarlo en un lugar apartado ayudará a evitar que miremos la pantalla a cada momento. También podemos optar por silenciar o desactivar las notificaciones.
Además, con el objetivo de ir reduciendo la dependencia del teléfono, podemos seguir una serie de normas:
- Establecer franjas horarias o pausas de descanso en el uso del móvil.
- Fomentar la comunicación presencial con familia y amigos.
- Buscar actividades lúdicas para ocupar el tiempo que nos mantengan alejados del teléfono.
- Desconectar en periodo vacacional y solo consultar el móvil cuando sea de verdad necesario.
- Evitar utilizar el teléfono cuando estemos haciendo otra tarea, por ejemplo, navegar por las redes sociales al mismo tiempo que estamos viendo la televisión.