El aguacate se considera un alimento beneficioso para nuestra salud y el guacamole, su pulpa aplastada y aderezada, se presenta habitualmente como una alternativa saludable a las cremas para untar. A continuación, analizamos esta salsa, que se aleja de todas las bondades del preparado mexicano.
“Salsa guacamole” no es lo mismo que guacamole
La denominación de venta de este producto es “salsa guacamole”. Esta definición legal se encuentra dentro de la categoría “otros tipos de salsas”, es decir, productos que son resultado de una mezcla de distintos ingredientes y que, sometidos al tratamiento culinario conveniente, se utilizan para acompañar a la comida o a los preparados alimenticios.
La normativa no tiene una definición específica de lo que es la “salsa guacamole”, por lo que se emplea este nombre por ser la denominación habitual o consagrada por el uso. Sin embargo, no debe confundirse con el guacamole, que se engloba en la definición de “frutas y verduras procesadas” y que consiste en pulpa de aguacate aplastada con adición de ingredientes como sal, especias, ácido cítrico, conservantes, antioxidantes y estabilizantes. En el guacamole, el aguacate es el ingrediente principal y, generalmente, supone más de un 90 % del producto. En esta salsa, no.
¿Dónde está el aguacate?
El ingrediente principal de esta salsa es el agua. El segundo en peso resulta el aguacate, aunque solo está presente en un 13,6 % del producto, una cantidad muy alejada del 90-95 % habitual del guacamole.
El resto de añadidos: de todo un poco
Esta salsa contiene también tomates troceados (10,2 %) y cebolla (7,2 %). Del total del producto, solo un 31 % aproximadamente se corresponde con ingredientes típicos del guacamole —aguacate, tomate, cebolla y condimentos—, de manera que en una ración (15 g) de salsa guacamole encontraremos solo 2 g de aguacate, 1,5 g de tomate y 1 g de cebolla.
Los siguientes compuestos por orden de peso son materias primas de menor interés nutricional y que no se esperan en la receta del guacamole: harina de trigo refinada, crema de queso, nata, almidón modificado de maíz, aceite refinado de nabina (colza) y copos de patata.
En menor proporción hallamos también aditivos con fines tecnológicos y aromatizantes: correctores de acidez (ácido cítrico, glucono-delta-lactona), suero lácteo en polvo (leche), azúcar, jarabe de glucosa deshidratado, pimiento jalapeño deshidratado, dextrosa, antioxidante (ácido ascórbico), colorantes (complejos cúpricos de clorofilinas, luteína), extracto de levadura, caseinato (leche), ajo en polvo, plantas aromáticas y aroma natural.
Un perfil nutricional sin interés
- Grasas. Esta salsa tiene un contenido moderado en grasa: 5,4 g por 100 g de producto, de la que solo 1,6 g proceden del aguacate. Es decir, solo el 30 % proviene de las grasas saludables de este fruto. El resto se debe a la crema de queso y a la nata, que aportan la mayor parte de las grasas saturadas, de las que hay que reducir su ingesta, y el aceite refinado de nabina.
- Hidratos de carbono. Aporta 10,9 g, que provienen de la harina de trigo y de los azúcares. Es decir, son fundamentalmente almidón y azúcares, por lo que no tienen interés nutricional. La pequeña cantidad de azúcares (3,2 g) tiene varios orígenes: algunos intrínsecos (tomate, cebolla, aguacate y lactosa del queso) y otros añadidos (azúcar y jarabe de glucosa). No podemos saber qué cantidad de cada uno de ellos.
- Fibra. No es un producto que destaque por su contenido en fibra, que es pequeño (1,6 g). Este procede de los diversos ingredientes vegetales.
- Proteínas. El contenido en este nutriente es irrelevante, porque tiene una pequeña cantidad y su origen viene fundamentalmente de la harina de trigo y de la crema de queso.
- Sal. Es el nutriente que más penaliza a esta salsa, porque su contenido es moderado-alto, con 0,86 g por 100 g de producto.
Valoración Nutri-score y conclusiones
Imagen: Eroski Consumer
El producto está penalizado fundamentalmente por su alto contenido en sal. No contiene cantidades significativas de fibra, proteína, ingredientes vegetales ni las grasas que el sistema Nutri-Score califica de forma positiva, por lo que su nota final es C.
A pesar de que el aguacate es un alimento saludable que contiene grasas de buena calidad, esta salsa presenta una cantidad muy pequeña de esta fruta y no es equiparable al “guacamole”, elaborado básicamente con aguacate. Es un producto de baja calidad y consumo a evitar.