Entre las pruebas más rutinarias que solicitan los médicos para conocer nuestro estado de salud figuran los análisis de sangre y los análisis de orina. Más extraño es un análisis de saliva, pero muy útil en ciertas infecciones, como la covid-19. Muy frecuente es también el análisis de heces. En las siguientes líneas te contamos cuándo es necesario hacer este tipo de estudio, qué enfermedades detecta y cómo debes prepararte para recoger la muestra requerida.
¿Cuándo es necesario hacer un análisis de heces?
La forma, el color y la consistencia de nuestras heces orientan a los profesionales médicos sobre la presencia de patologías digestivas y de otra naturaleza, como un problema neurológico o endocrino. Hay que acudir al doctor, si hay cambios no puntuales en la frecuencia con la que se defeca (diarrea o estreñimiento persistente) y si los excrementos son negros, pastosos, blancos o tienen sangre roja.
Para determinar qué puede estar pasando en nuestro organismo, en un primer momento el facultativo se apoya en la escala de Bristol. Pero no es suficiente, ya que con esta tabla no se identifica ninguna patología, sino que ayuda a definir si estamos ante un tránsito normal, estreñimiento o diarrea. Para profundizar y realizar un diagnóstico, pedirá un estudio de heces.
Como nos comenta el doctor Antonio M. Moreno, experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), algunas de las situaciones más destacadas en las que se debe hacer un análisis de heces son las siguientes:
- Estreñimiento de reciente aparición, con pérdida de peso y anemia en la analítica sanguínea. Un estudio de sangre oculta en heces nos puede orientar sobre si existe una patología colónica.
- Anemia por déficit de hierro sin origen aclarado. Se puede solicitar una determinación de sangre oculta en heces por si existiesen pérdidas sanguíneas por el tubo digestivo.
- Diarreas agudas cuando no mejoran a corto plazo, son recurrentes o se hacen crónicas. El análisis sirve para descartar un origen infeccioso, por lo que se pueden recoger muestras para estudio microbiológico de bacterias y parásitos.
- Pacientes diagnosticados de una enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa). El estudio de excrementos se hace para el control de su proceso inflamatorio de base con determinación de parámetros inflamatorios en las heces como es la calprotectina. También se utiliza en los brotes de estas enfermedades para descartar un desencadenante infeccioso; para ello se hace un estudio microbiológico de bacterias y parásitos.
Además, según el médico especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Jerez de la Frontera (Cádiz), el estudio de sangre oculta en heces es muy importante en la prevención del cáncer de colon, por lo que se lleva a cabo en los programas de cribado de esta enfermedad en personas sanas sin ningún síntoma digestivo. Con esta prueba “se estudia si existiesen restos hemáticos microscópicos en las heces, lo que nos indicaría que hay una probabilidad elevada de que existe una lesión neoplásica (tumor), preneoplásica (pólipos) y otras lesiones no neoplásicas (hemorroides internas, angiodisplasias, colitis, etc.)”.
Tipos de análisis de heces y qué enfermedades detectan
Hay múltiples tipos estudios de heces, pero ¿qué salen en ellos? El experto digestivo los divide en cuatro grandes grupos de test y apunta qué enfermedades se pueden detectar:
➡️ Test microbiológicos, como el coprocultivo
Estos estudios detectan enfermedades infecciosas tipo enteritis o colitis infecciosas. Determinan la presencia de bacterias, virus, parásitos y toxinas que las producen.
➡️ Test de detección de sangre en heces (SOH)
Como su nombre indica, se utilizan para detectar la presencia de sangre, que ocurre en patologías neoplásicas como el cáncer de colon, preneoplásicas (pólipos de colon), colitis o enteritis que producen una inflamación severa como son las de tipo isquémico, inflamatorias (Crohn, colitis ulcerosa) o algunas infecciones. También se usan en caso de lesiones vasculares como las angiodisplasias.
Imagen: Andrea Piacquadio
➡️ Test de detección marcadores inflamatorios
Detectan la presencia de sustancias que se elevan en patologías que causan inflamación del intestino. Uno de los análisis más usados es la determinación de la calprotectina fecal, que juega un papel muy importante en el control de las personas con una enfermedad inflamatoria intestinal, ya que ayuda a monitorizar la evolución: si se mantiene baja, la enfermedad está controlada, pero si comienza a elevarse, puede que se esté iniciando un brote.
➡️ Test de función digestiva
Estos análisis determinan distintas sustancias que secretan nuestras glándulas digestivas o la presencia de distintos nutrientes que no se han digerido bien. Se puede estudiar la elastasa fecal, una enzima que secreta el páncreas: si se encuentra baja, puede ser debido a que esta glándula no funciona de manera correcta, como así pasa en el caso de las pancreatitis crónicas. Estos test también determinan la cantidad de grasas que quedan en las heces: si es elevada, indica un problema pancreático.
Preparación para tomar una muestra de heces
No todos los análisis de heces requieren de una preparación previa. Según la Agencia Sanitaria Costa del Sol (Málaga), en el caso de coprocultivo, se deben recoger siempre antes de la ingesta de antibióticos o antidiarreicos, y para el test de parásitos en los excrementos, en los tres días previos al estudio parasitológico se debe seguir una dieta blanda exenta de fibra y grasas (sin patatas, verduras, legumbres y frutas).
Pero no hay que preocuparse, ya que, como estas pruebas las solicita un médico, este profesional se encargará de indicar al paciente si precisa o no de una preparación previa a la toma de la muestra fecal; es decir, si debe evitar consumir determinados alimentos o fármacos o si, por ejemplo, la recogida de heces debe hacerse en dos o tres evacuaciones diferentes. Eso sí, en el caso de las mujeres, habrá que evitar en la medida de lo posible que la toma de la muestra de heces coincida durante la menstruación.
Cómo recoger una muestra de heces
“A muchas personas les da reparo manipular sus heces para tomar la muestra, pero hay que insistir que estas son determinaciones no invasivas que nos aportan una información muy valiosa sobre el estado de salud”, recuerda Antonio M. Moreno. Además, es muy sencillo.
Pero primero hay que tener en cuenta que no son válidas las muestras contaminadas con orina ni agua. Tampoco se debe usar papel higiénico para recogerlas. Y por supuesto, no sirve retirar las heces de la taza del inodoro. Entonces, ¿cómo tomar la muestra de heces en casa?
- Para poder tomar la muestra fecal, desde el centro médico se entregan unos contenedores de plástico estéril que puede ser distintos según el tipo de análisis. Por lo general, es similar al del análisis de orina: de boca ancha y con cierre hermético.
- Como detallan desde el servicio sanitario andaluz, se debe recoger una cantidad de heces similar al tamaño de una nuez (entre 1 o 2 gramos), o 5-10 ml si son líquidas. Es importante que, si hay, se tome en aquella zona que tenga sangre, moco o pus. En todo momento, hay que procurar no contaminar la parte exterior del bote —puedes usar guantes— ni llenarlo demasiado.
- Para hacer la recogida, nos ayudaremos de una cucharilla de plástico o espátula. Y si se prefiere, se pueden depositar primero los excrementos en un recipiente limpio tipo orinal, pero siempre sin restos de jabón, detergente o desinfectante.
- Tras recoger la muestra, se cerrará el frasco con cuidado y habrá que rotularlo con el nombre y apellido del paciente. Si pasarán más de dos horas desde su recogida hasta su procesamiento, el recipiente con las heces deberá dejarse en el frigorífico a 4 ºC y entregarse antes de 24 horas.