Vacunación frente a la gripe

Imprescindible para niños y adultos
Por María Rodríguez 27 de octubre de 2004

La llegada del otoño trae consigo viejos conocidos, como la gripe, de gran impacto sanitario. Sólo en Estados Unidos cada año son hospitalizadas más de 300.000 personas por este virus y se calcula que 40.000 fallecen a consecuencia de las complicaciones derivadas del mismo. En España, se declaran anualmente más de cuatro millones de casos, entre el 10% y el 20% de la población, según datos del Comité Asesor de Vacunas. Niños, mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas constituyen los grupos de riesgo a los que se recomienda la vacuna contra la gripe, que no garanitza la inmunidad pero sí protege al 60%-70% de las personas vacunadas.

Distintos virus

En plena campaña 2004-2005 de vacunación contra la gripe, los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud de la pasada temporada revelan que la vacunación en adultos mayores de 65 años y niños aumenta cada año. En el año 2003-2004, cerca de cinco millones de adultos, el 68% de este segmento poblacional, se protegieron frente al virus de la Influenza, siendo Cataluña con un 73’5 % de su población adulta la comunidad en la que más vacunas se pusieron. Le siguieron la Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía.

Sin embargo, aún son muchos los que deciden no vacunarse, puesto que la inmunidad no es total y todos los años salen a la luz casos de personas que tras recibir la vacuna antigripal comienzan a desarrollar los síntomas característicos de la enfermedad. Pero, tal y como explican el doctor Gómez Marco y la doctora Mª José Álvarez Pasquín, miembros del equipo médico de www.todosvacunados.com y del grupo de Prevención de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), se trata de catarros y no de gripe. “El problema es que coincide con la época de mayor incidencia de estos procesos. Se acatarran tanto los que se vacunan como los que no, pero algunos de quienes se vacunan culpan a la inyección. Esta es, desafortunadamente, la falsa creencia más extendida”, comentan. Además, la vacuna de la gripe, por lo general, es bien tolerada y sólo en el 5% de los casos se puede presentar fiebre, dolor muscular y malestar, que desaparece en 24-48 horas.

La gripe es una infección respiratoria aguda causada por diversas cepas del virus de la Influenza. “Existen tres tipos virales, A, B y C. Los virus A y B son los que provocan más frecuentemente las infecciones humanas, mientras que el C ocasionalmente se ha implicado en casos esporádicos y en brotes muy localizados. Es el A el que ocasiona las pandemias y epidemias extensas”, explican los doctores Gómez Marco y Álvarez Pasquín. “Es importante aclarar que no existen diversos tipos de gripe, la enfermedad es siempre la misma, lo que cambian son las cepas, pues es un virus con mucha mutaciones”, matiza el doctor Enrique Bernaola, del Hospital Virgen del Camino de Pamplona.

La duración de la epidemia de gripe oscila entre cinco y ocho semanas, “posteriormente no se suelen notificar muchos más casos”, asegura Francisco Jiménez Sánchez, secretario de Comité Asesor de Vacunas.

Una vacuna cada año

Las epidemias anuales de gripe se producen por cambios antigénicos menores, de ahí la necesidad de adaptar la vacuna a los nuevos virus y de vacunarse anualmente. “El virus de la gripe tiene la capacidad de cambiar de año en año, de forma que nuestras defensas no son capaces de reconocerlo y, por eso, puede volver a provocarnos la enfermedad cada temporada invernal”, comenta el doctor Juan Ruiz Canela.

Es la Organización Mundial de la Salud la que cada año establece la composición de la vacuna que se suministrará esa temporada. A lo largo del mes de febrero, la OMS recaba información de los centros de vigilancia epidemiológica de la gripe, distribuidos por todo el mundo, para elaborar la vacuna antigripal de esa campaña, que comienza en torno al mes de octubre/noviembre y se extiende hasta el mes de marzo, aunque es la Consejería de Sanidad de cada Comunidad Autónoma la encargada de establecer las fechas concretas del inicio del periodo de vacunación. España participa en este programa de la OMS con tres Centros Nacionales de Gripe: Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, Hospital Clínico de Barcelona y Facultad de Medicina de Valladolid.

Existen distintos tipos de vacunas “según la técnica de su fabricación y contengan o no el virus entero atenuado o muerto y sus fracciones o subunidades”, explica el doctor Bernaola. Tal y como detallan desde el Ministerio de Sanidad y Consumo, en esta temporada 2004-2005 se recomienda utilizar una vacuna trivalente que contenga cepas similares a las siguientes: A/New Caledonia/20/99 (H1N1), A/Fujian/411/2002 (H3N2), y B/Shanghai/361/2002. Estas cepas seleccionadas para formar parte de la vacuna se publican anualmente, a finales del mes de febrero, en el Weekly Epidemiological Record. Los laboratorios farmacéuticos trabajan en la elaboración de las vacunas durante la primavera y verano, y son distribuidas, generalmente, en septiembre-octubre, que es cuando cada año se inician las campañas de inmunización.

“La protección individual de la vacuna nunca es total (60-70%), por lo que la eficacia de una campaña depende también del porcentaje de personas vacunadas”, explica Francisco Jiménez, secretario del Comité Asesor de Vacunas de la AEP. Es importante seguir un riguroso cumplimiento de las indicaciones vacunales para asegurar la mayor eficacia.

En algunas ocasiones, las menos frecuentes, es posible que el paciente sea vacunado de una cepa y adquiera la infección por otra cepa totalmente distinta a la establecida por la OMS. En tal caso “no tendrá inmunidad contra esa cepa y por lo tanto pasará la enfermedad. Por ello, esta organización cada año emite la vacuna de la temporada una vez que se han detectado los primeros casos a nivel mundial”, comenta el Dr. Jiménez Sánchez.

Una vez administrada la vacuna, la protección frente a la gripe comienza entre los siete y diez días posteriores, de ahí que haya personas que nada más ponérsela enfermen, ya que el organismo no ha tenido tiempo de producir los anticuerpos necesarios para combatir el virus. “Sus efectos se prolongan por seis meses, de ahí la necesidad de ponerla anualmente”, subraya el doctor Jiménez Sánchez, quien añade que la vacunación es ineludible, sobre todo, en niños de 6 a 23 meses, entre los que la tasa de morbilidad es elevada. Los médicos consultados insisten en que hay que aprovechar que en España, a diferencia de otros países como en EEUU, la vacuna es gratuita para todos los grupos de riesgo, incluidos los mayores de 65 años y puede administrarse en cualquier Centro de Salud. Asimismo, quienes no forman parte de los denominados grupos de riesgo tienen la posibilidad de adquirirla mediante receta. Su distribución es nuestro país está muy bien estructurada, ya que hay empresas que vacunan también de forma gratuita a su personal.

En Estados Unidos se trabaja ya con una vacuna nasal, aunque en España aún no está autorizada. Esta vacuna, recientemente aprobada por la Agencia Federal para Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) y fabricada por la empresa MedImmune Vacciones de Gaithersburg (Maryland), es un buen remedio para quienes tienen pánico a los pinchazos y las agujas. Este año se distribuirán más de tres millones de dosis en los Estados Unidos.

La vacuna nasal contra la gripe, conocida como LAIV, se aplica con atomizador y está elaborada con virus vivos debilitados que no provocan la enfermedad. Es muy recomendable para niños a partir de los cinco años. En España, este tipo de vacuna aún se encuentra en fase de ensayo clínico.

Niños, adultos y embarazadas, los grupos de riesgo

La gripe es muy contagiosa y se transmite fácilmente entre los humanos a través del aire por la tos y los estornudos, las manos u objetos que previamente hayan sido manipulados por personas infectadas.

Habitualmente, los menores son los primeros en sufrir sus consecuencias, para posteriormente contagiársela a los adultos y de éstos pasa a los mayores de 65 años. Los profesionales recomiendan vacunar a menores con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, incluyendo a los que padezcan asma o hayan precisado asistencia médica por enfermedades metabólicas, y a los menores y adolescentes de 6 meses a 18 años que estén en tratamiento sostenido con Ácido Acetil Salicínico, por el riesgo que tienen de desarrollar un Síndrome de Reye tras la gripe, el cual implica un daño cerebral y hepático de causa desconocida y se asocia con el uso de aspirina en niños para tratar la influenza y viruela.

No obstante, desde el Comité Asesor de Vacunas se desaconseja la vacunación sistemática a niños sanos, “aunque se pueden vacunar cuando los padres los soliciten, con prioridad de acceso a la vacuna para niños enfermos, con indicaciones individuales”. “En Estados Unidos y Canadá son partidarios de inmunizar a todos los niños, sin embargo, en los países europeos aún no se ha tomado esta decisión”, comenta el doctor Ruiz-Canela.

La vacuna antigripal se puede administrar simultáneamente con la vacuna antineumococíca -protege contra la neumonía-, siempre y cuando se inyecten en lugares anatómicos distintos, para mejorar así su efectividad. En principio, toda persona puede tomar esta vacuna salvo las que tienen alergia al huevo de gallina, hayan tenido alguna reacción fuerte a la vacuna contra la gripe, los menores de seis años y los que estén enfermos y con fiebre “que la podrán recibir una vez que eliminados estos síntomas”.

En el caso de los mayores de 65 años se ha comprobado que a mayor índice de vacunación, se producen menos hospitalizaciones por cardiopatías, enfermedades cerebrovasculares y neumonías, así como una disminución del riesgo de fallecimiento. A este grupo de riesgo se suma el de las mujeres embarazadas, sobre todo, las que se encuentran de catorce o más semanas de gestación y deben recibir la vacuna para evitar complicaciones durante el embarazo. Al tratarse de una vacuna inactivada (se elabora con virus o ‘trozos’ de virus que están muertos, por lo que no puede producir la enfermedad en quien se vacuna) es segura en cualquier etapa del embarazo.

Independientemente de la persona o grupo de riesgo, es preciso tener en cuenta las siguientes recomendaciones para que la vacuna tenga mayor eficacia:

  • Utilizar siempre la vacuna correspondiente a la temporada en curso, ya que la composición de la vacuna es distinta cada año
  • Repetir la vacunación todos los años y en el cuarto trimestre.
  • La vacuna de la gripe sólo previene la gripe y no actúa frente a otros procesos respiratorios.
Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube