Casi el 30% de las mujeres sufre alopecia, una caída excesiva de cabello provocada en el 95% de los casos por factores hormonales y genéticos, pero que también puede originar el estrés y el vertiginoso ritmo de vida actual. Sus consecuencias van más allá de la estética, ya que la pérdida de cabello puede acarrear graves problemas psicológicos en las afectadas. Estas situaciones tienen remedio con un tratamiento médico adecuado o, en casos severos, mediante una operación de transplante de cabello.
Un trastorno hormonal
El término alopecia fue acuñado por el dermatólogo francés Sabouraud (1864-1938) y deriva del griego alopex (zorra) por la característica de este animal, que muda su pelo dos veces al año. Se define como la “pérdida o caída de pelo de cualquier tipo y origen” y no se trata de un fenómeno nuevo en el ámbito femenino, ya que siempre ha habido mujeres que sufrían y disimulaban con mayor o menor acierto su calvicie. La novedad estriba en que en la actualidad el número de mujeres que sufre alopecia es cada vez mayor, y que el trastorno va en aumento. La caída de cabello afecta ya al 28-30% de la población femenina, cifra que se incrementa entre las mujeres trabajadoras y las que padecen estrés. El fenómeno no sólo aumenta de manera progresiva en España, sino en toda Europa, como asegura el doctor Romero Nieto, dermatólogo con más de treinta años de experiencia en este campo y miembro del Grupo Español de Tricología.
La cabeza tiene un promedio de 100.000 pelos que crecen y se renuevan regularmente, de los que diariamente se caen entre 50 y 100. Cada pelo permanece sobre la cabeza entre dos y seis años, y durante la mayoría de este tiempo crece continuamente. Cuando se hace más viejo, entra en una etapa de reposo en la que permanece sobre la cabeza, pero no crece. Al final, el pelo cae. Cuando el pelo no crece, se cae en exceso o se vuelve tan fino que no resiste un peinado diario, existe un problema de alopecia. Pero, ¿cuál es su origen? Los expertos afirman que en el 95% de los casos de caída de cabello en las mujeres la causa es androgenética, es decir, que se trata de un trastorno relacionado con los andrógenos (hormonas masculinas), en cuyo desarrollo desempeñan un importante papel tanto factores hormonales como hereditarios. Según explica el doctor Romero, “en estos casos existe un exceso de transformación de testosterona en dihidrotestosterona (DHT), una hormona masculina, dentro del folículo piloso”. La conversión de la testosterona a DHT está regulada por un enzima, la 5-alpha reductasa, en el cuero cabelludo. Un exceso de DHT provoca que el folículo se degrade y crezca cada vez más pequeño. Además, cada vez se caen más pelos y el cabello va adelgazando progresivamente hasta no resistir el más leve cepillado.
En el 95% de los casos de caída de cabello en las mujeres la causa es androgenética
Esta pérdida anormal de cabello es casi siempre la respuesta del cuerpo a un cambio interno. Las mujeres suelen empezar a notar la pérdida del pelo entre los 40 y los 55 años, tal y como indica Emma Hermida, especialista capilar de Corporación Capilar Hair Care, en Madrid. Pero no sólo influye la edad, sino que existen situaciones o etapas especiales en la vida de una mujer que propician esta pérdida, como dejar de ingerir anticonceptivos orales o la etapa de postparto, “ya que el embarazo es el estado ideal hormonal de la mujer y tras él la falta de estrógenos puede provocar caída de cabello”, señala. Asimismo, puede perderse cabello de manera abundante durante la menopausia.
Tener una fiebre alta, sufrir una intoxicación alimentaria o haberse sometido a una operación médica son también situaciones que favorecen una pérdida de pelo, que tras estos inconvenientes, sin embargo, no tarda más de seis meses en recuperar su densidad normal. Si la pérdida del cabello es, por el contrario, lenta y continuada durante muchos meses o años, la razón de la calvicie puede encontrarse en un problema médico o un trastorno nutricional, como la anemia ferropénica, los problemas de la glándula tiroides, la diabetes o una deficiencia de calcio. La alopecia femenina puede responder también, como indican los expertos del gabinete Psicólogos Sm de Madrid, a problemas de tipo psicológico, tales como un exceso de estrés, ansiedad “o diversas circunstancias por las que esté atravesando la mujer en un determinado momento de su vida, como un divorcio o un cambio importante de trabajo”.
Tipos de alopecia
La alopecia androgenética es la causa de la mayoría de casos de calvicie femenina, pero no la única, como indica Emma Hermida, quien realiza una clasificación de los diversos tipos de este trastorno:
- Alopecia Androgenética: Es la producida por la actuación de los andrógenos, las hormonas masculinas. El patrón de alopecia femenino es diferente al del varón, y se denomina patrón “difuso o de corona”. Los cabellos de la primera línea se mantienen siempre normales, no hay entradas como ocurre en el caso de los hombres. Sin embargo, se cae todo el cabello que puebla la línea central del cuero cabelludo, aunque rara vez aparece una calvicie.
- Alopecia Areata: Se caracteriza por la pérdida del cabello en parches en una o varias zonas del cuero cabelludo, cabellos rotos que se desprenden muy fácilmente. Los factores que están asociados con su desarrollo son el perfil genético, la hipersensibilidad caracterizada por una tendencia familiar o el estrés emocional. La alopecia areata tiene un desarrollo impredecible; en ocasiones, el cabello vuelve a crecer en un período de semanas, mientras que en otros casos la enfermedad progresa y se produce una pérdida total de cabello.
- Alopecia Difusa (Efluvio Telogénico): Este tipo de alopecia se origina cuando un gran número de folículos pilosos entran en la fase de felógeno (fase de caída del cabello) en forma sincronizada. El resultado suele ser el aclaramiento difuso del cabello en el cuero cabelludo. La causa del efluvio telogénico se desconoce, pero puede iniciarse después de un suceso o un parto estresante. Normalmente remite una vez que han sido eliminadas las causas que la produjeron.
La calvicie puede provocar en la mujer una baja autoestima e inseguridad y, en casos extremos, abocar a la enferma a una depresión
Responda a unos u otros factores, lo cierto es que entre las mujeres la pérdida de cabello se convierte en un problema que sobrepasa la barrera de lo estético y puede llegar a provocar graves trastornos psicológicos, como señalan los expertos del gabinete madrileño Psicólogos Sm. Los psicólogos aseguran que la caída de cabello afecta a la mujer de manera mucho más acusada que al hombre, entre otras cosas debido a “las diferencias de aceptación social de este problema respecto a uno y otro sexo”. Y, además de otras complicaciones, la calvicie puede provocar en la mujer una baja autoestima e inseguridad y, en casos extremos, abocar a la enferma a una depresión. “La mujer con alopecia no se siente a gusto consigo misma. No le gusta su aspecto, por lo que puede sufrir irritabilidad, aislamiento, y dejar de querer salir a la calle para evitar que la vea la gente”, señalan los psicólogos. La buena noticia es que es posible combatir la caída del cabello y que, además del apoyo psicológico que pueda necesitar cada paciente aquejada de alopecia, existen tratamientos médicos o quirúrgicos que pueden terminar con este problema.
Soluciones
Volver a lucir una buena cabellera puede lograrse si se sigue un tratamiento adecuado, dirigido por dermatólogos. Para ello es imprescindible que se realice un diagnóstico correcto del tipo de problema capilar que presenta la paciente para poder proporcionarle un tratamiento adecuado; asimismo es necesario realizar un historial y una exploración completa. Este tratamiento médico dermatológico de las alopecias androgenéticas en la mujer se suele basar en:
- Higiene capilar personalizada para cada tipo de problema. Ayuda a corregir las disfunciones del cuero cabelludo y restablecer el correcto funcionamiento de la papila dérmica.
- Minoxidil: Se trata de un fármaco de aplicación tópica, que sólo debe utilizarse bajo la prescripción de un dermatólogo.
- Progestágenos antiandrógenos: Bajo control médico y ginecológico, pueden tomarse combinados con estrógenos, frenan la acción periférica de la testosterona a nivel folicular, mejoran la calidad del cabello y disminuyen la seborrea.
- Vitaminas, minerales y aminoácidos: indicados como suplemento cuando se sospecha déficit de alguna sustancia nutritiva necesaria para el metabolismo capilar.
Pero, además, la clave para evitar la caída del cabello es la prevención. Es importante acudir a un dermatólogo al primer síntoma, ya que ellos realizarán un análisis minucioso del cabello y cuero cabelludo para averiguar las causas y “atacar a la raíz del problema”, un estudio que incluirá el tipo y la duración de la caída de los cabellos, indicaciones sobre las enfermedades generales, la ingestión de medicamentos, así como los antecedentes familiares. En los casos de alopecia incipiente, Emma Hermida es partidaria de realizar tratamientos de estimulación del folículo piloso que actuarán sobre los factores desencadenantes que facilitan el desarrollo del cabello. El tratamiento deberá reducir la secreción sebácea, reducir la escamación y la secreción sudoral, así como aumentar el aporte de nutrientes y reactivar la circulación sanguínea. Para ello pueden utilizarse varios métodos:
- El Láser Luce LDE 100: consigue que la luz láser de baja frecuencia repare y reactive los folículos pilosos debilitados estimulando así el crecimiento del pelo, deteniendo la caída y solucionando problemas de caspa y grasa. Es un método indoloro y sin efectos secundarios.
- Ozonoterapia: técnica basada en la aplicación de ozono en estado puro mejorando la oxigenación del folículo y restableciendo su funcionamiento normal.
- Masaje linfático capilar DLM: técnica de masaje relajante que reactiva la circulación sanguínea y potencia el crecimiento del cabello.
Cuando la mujer afectada presenta un caso de alopecia irreversible la solución está en el transplante, indica el doctor Romero Nieto. Se trata de “una simple intervención de microcirugía que consiste en la extracción de pelo propio de la parte posterior de la cabeza y se reubica en las áreas despobladas”. Los expertos aseguran que tras esta operación los cabellos transplantados ya no vuelven a caer y crecen de forma normal, por lo que se pueden lavar, cortar, teñir y peinar. “Es una manera segura y eficaz para lograr la recuperación del cabello en zonas de calvicie irreversible”, concluye.