El soporte físico portátil (desde el vinilo y el super 8 hasta el HD-DVD y el Blu-Ray, pasando por la cinta de casete, el VHS, el CD y el DVD) ha sido imprescindible para que el usuario pudiera guardar sus archivos multimedia, ya fueran canciones o películas. Sin embargo, tanto Internet (dada su capacidad para almacenar y distribuir todo tipo de documentos) como la tecnología surgida en los últimos tiempos (grabadores de disco duro, sistemas operativos multimedia, reproductores de MP3, móviles de tercera generación…) cuestionan seriamente la utilidad del mismo en el campo del ocio. Tal es el caso de la música.
Adiós al microsurco, hola al byte
La cultura digital está provocando cambios en las costumbres de los consumidores. En el campo de la fotografía, por ejemplo, la nueva generación de cámaras digitales ha desplazado por completo a las tradicionales en las preferencias del gran público. Uno de los motivos de este cambio de preferencias es que las cámaras digitales permiten almacenar cientos de fotos y elegir cuáles se quieren conservar y en qué soportes; ya sea papel fotográfico, papel de impresora o simplemente el disco duro del ordenador. Es una realidad que contrasta con la anterior.
En el negocio de la música también se han producido revoluciones importantes que han afectado al tipo de soporte; en este caso se trata de optar entre el CD (que la industria musical impuso en su día en el mercado como soporte estándar) e Internet, donde los usuarios han encontrado una alternativa para conseguir material interesante, ya sea a través de las redes P2P, la música en descarga libre o adquiriendo las canciones en las tiendas de descargas musicales.
Bill Gates: “Estamos ante el final del soporte físico”
Lo cierto es que los consumidores se han olvidado del Walkman y empiezan a desprenderse ya del Discman para adoptar reproductores portátiles de mp3. Éstos no necesitan de un soporte físico, ya que disponen de memoria interna con suficiente capacidad para albergar miles de canciones. Si dichas canciones han sido bajadas directamente de las tiendas de la Red se ha completado un ciclo comercial, desde el proveedor al comprador, en el que ni el CD ni el DVD han sido necesarios.
¿El fin del disco?
¿Se encuentra realmente en declive el soporte portátil como forma de distribuir contenidos musicales e incluso audiovisuales? David Fernández, director de la Unidad de Negocio de Movilidad y Sistemas Embebidos de Microsoft Ibérica, opina que el disco (ya sea CD, DVD o los futuros Blu-ray o HD-DVD) siempre estará presente. “No creemos que vaya a desaparecer, sino que evolucionará”, señala; “por ejemplo, hemos visto cómo el disquete se transformaba en un DVD con el paso del tiempo”. No opina lo mismo su jefe último, Bill Gates, que en una , por supuesto de pago.
El hardware doméstico
Con la reciente entrada en escena de los grabadores de disco duro, el concepto del disco DVD como almacén de vídeos y programas varios tiene sus días contados. Quizá perviva en la industria audiovisual, como soporte de distribución, y en el ámbito del almacenamiento de datos, pero no como herramienta de uso doméstico.
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Los grabadores de disco duro son el instrumento ideal para conservar los archivos multimedia procedentes tanto de la televisión como de Internet. Estos equipos, que aparecieron en el mercado hace dos años, poseen una memoria muy superior a la de los PC medios, pudiendo llegar en algunos casos excepcionales al Terabyte (el billón de bytes), como sucede con un prototipo de la marca Hitachi. En realidad son una computadora adaptada para funcionar como grabador.
La desaparición de la televisión analógica, planeada para el 2010, facilitará que estos grabadores se popularicen, ya que las marcas los están incluyendo en los sintonizadores que los consumidores necesitarán comprar para poder disfrutar de la televisión digital terrestre.
Una pantalla en la palma de la mano
A los grabadores de disco duro hay que sumar el hardware portátil como las PDA, los Pocket PC, los smartphones (la combinación entre teléfono móvil y PDA) y los teléfonos móviles con capacidad multimedia. Todos ellos pueden contener y mostrar archivos audiovisuales, ya sean descargados de la Red o de un grabador de disco duro.
Las versiones más avanzadas de estos aparatos disponen de una memoria interna de varios Gigabytes, que combinada con un software multimedia permite tanto ver vídeos como oír canciones o podcast. “Las tecnologías de fabricación son más eficientes y es lógico que se incremente la capacidad de almacenamiento de los dispositivos, porque el vídeo y el sonido ocupan más espacio”, indica Albert Cuesta, de CanalPDA.
Cuesta pone como ejemplo de esta tendencia el modelo LifeDrive de Palm, que se promociona como “visor portátil de vídeos” con su pantalla de 3,8 pulgadas y su capacidad de albergar 4 Gigabytes de datos. “Te regalan un software que convierte los DVD al formato que utiliza la PDA”, explica.
Informática de salón
Los grabadores de disco duro, con precios que van desde los 350 hasta los 1.800 euros, según las características, tienen un diseño que recuerda al vídeo VHS tradicional. Inicialmente se presentaron en el mercado combinados con un grabador/lector de discos DVD, pero también los hay que prescinden de esta última función. El usuario que compre un grabador con DVD podrá elegir entre las dos alternativas a la hora de grabar y reproducir todo tipo de archivos multimedia, especialmente la televisión. El que se incline por un grabador exclusivo de disco duro tiene a su alcance modelos que, con una memoria nada desdeñable de 400 Gigabytes, le permitirán grabar más de cuarenta días de programación.
Queda claro que las ventajas del hardware de ocio doméstico, en realidad pequeños ordenadores conectados a la televisión, son muy atractivas para los consumidores. No es de extrañar, por tanto, que los fabricantes de software hayan reaccionado para no perder cuota en un mercado, como es el del hardware informático, que tradicionalmente ha sido suyo.
Windows Media Center
Microsoft ha presentado recientemente su nuevo sistema operativo multimedia, Windows XP Media Center Edición 2005, diseñado para dotar al ordenador de las atribuciones de un grabador de disco duro. Se trata de la evolución de un sistema operativo que se vende desde 2002 en Estados Unidos y Corea del Sur. A grandes rasgos, es un Windows XP normal con el añadido de un módulo que permite grabar televisión y que se puede manejar con un mando a distancia.
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A diferencia de otros sistemas operativos, Media Center se comercializa instalado en aparatos fabricados por distintas marcas. Es decir, los usuarios interesados no podrán comprar sólo el Media Center e instalarlo en su propio ordenador, sino que deberán comprar un nuevo PC, con tres posibles formatos: un diseño horizontal pensado para el salón de la casa, un ordenador portátil y el tradicional PC de sobremesa. Los precios oscilan entre los 800 y los 3.000 euros.
iMac y Mythtv
Apple también ha maniobrado hacia el ocio multimedia desde el ordenador con su nuevo iMac G5, que añade a sus prestaciones anteriores el software Front Row. Éste permite transformar el ordenador en un gestor de todo tipo de archivos multimedia, desde canciones hasta películas, aunque de momento carece de capacidad para grabar televisión y ni si quiera ofrece la posibilidad de instalar una tarjeta. Presenta como novedad un mando a distancia que permite manejar los archivos igual que se haría en un aparato de salón.
Para los usuarios de Linux, en la Red se encuentra libre y gratuito desde hace dos años el desarrollo Mythtv. Se trata de una herramienta muy completa, con múltiples aplicaciones multimedia que, tras instalar una tarjeta de televisión, permiten tanto sintonizar la televisión desde el ordenador como usar éste de grabador de disco duro. Con Mythtv se pueden grabar programas, programar grabaciones y calcular los desajustes horarios para armonizarlos con la grabación. Todas ellas son funciones propias de los grabadores más avanzados del mercado. Además, Mythtv permite gestionar y reproducir todo tipo de formatos de audio e imagen.
iTunes + QuickTime
Por otro lado, la nueva versión del reproductor iPod, que posee un disco duro de gran capacidad, contiene una pantalla de 2,5 pulgadas preparada para contemplar contenidos audiovisuales gracias a que iTunes implementa el software de reproducción QuickTime. Apple ofrece vídeos musicales en iTunes Music Store y también, aunque de momento sólo para los estadounidenses, programas de televisión por un precio 1,99 dólares. Según sus especificaciones, en la versión de 30 GB caben 199 horas de vídeo.