Aunque el cáncer de boca no es una enfermedad muy frecuente, como cualquier otro tipo de cáncer es letal si no se diagnostica a tiempo. De cada 100.000 habitantes, entre 12 y 15 hombres y de 2 a 4 mujeres padecen este tipo de cáncer. Una enfermedad que si detecta en los cinco primeros años de desarrollo tiene una tasa de supervivencia del 80%, mientras que si el diagnóstico se realiza en estadios avanzados, la supervivencia puede bajar hasta el 20%. Afecta sobre todo a los hombres mayores de 50 años, que son los que más fuman, de manera que según los especialistas en este campo el tabaco es una de las principales causas de este tipo de cáncer. No obstante, un mayor gusto de las mujeres y los jóvenes por el hábito de la nicotina está cambiando el perfil del afectado. El alcohol y una llaga en la boca que no termina de curar son otros factores de riesgo. La cirugía se revela como el tratamiento más eficaz para acabar con una enfermedad que supone ya el 8% de los tumores malignos.
Factores de riesgo
El presidente del Colegio de Odontólogos de Cantabria, Arturo Ruiz-Capillas, advierte de que “los hombres de mediana edad son los más afectados”, aunque reconoce que “las cifras con respecto a las mujeres cada vez se están equilibrando más”. Y es que el tabaco es el principal factor de riesgo y cada vez ellas fuman más y en mayor número. “Se ha rebajado la edad media y ha cambiado el perfil del paciente. Son patrones que se repiten en otros países, donde primero fueron los hombres los más afectados, hasta que ellas comenzaron a fumar y se incrementó el número de mujeres enfermas. En España, los hombres están dejando de fumar y comienzan a hacerlo con más frecuencia las mujeres, lo que ha aumentado considerablemente el número de enfermas”, confirma el presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Tenerife, Francisco Rodríguez Lozano.
El tabaco como el principal factor de riesgo supone que la mayoría de los enfermos sean, precisamente, los fumadores que no tragan el humo, puesto que éste permanece más tiempo en el interior de la boca. Si además el paciente bebe, consigue que el alcohol debilite la mucosa y la haga más vulnerable al efecto dañino de la nicotina. En este sentido, el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos recalca que, “además de las patologías de las vías respiratorias, fundamentalmente las obstrucciones pulmonares y el cáncer de pulmón y laringe, en la boca el tabaco es responsable de multitud de problemas que van desde la tinción de los dientes y el mal aliento, hasta la mayoría de las enfermedades periodontales y el cáncer oral”.
Pero no sólo el alcohol y el tabaco, en cualquiera de sus versiones -cigarrillos, puros, pipas o tabaco de mascar-, producen cáncer oral. También son causa de esta enfermedad las heridas, llagas o úlceras que permanecen más de quince días sin curar y las prótesis mal colocadas que producen roce.
Además, hay que tener cuidado con:
- Mantener mucho tiempo el cigarrillo en el labio ante el riesgo de quemadura.
- Exponerse al sol por un periodo prolongado sin protector labial.
- Una mala higiene bucal.
- Las irritaciones crónicas por prótesis mal colocadas.
En cuanto a la localización, el cáncer de boca puede desarrollarse en los labios, base de la boca, lengua, encías, paladar, parte interior de las mejillas, base de la lengua y amígdalas, siendo indoloro al comienzo de la enfermedad en la mayoría de los casos.
Detección y tratamiento
Como en todos los casos de cáncer, la detección precoz de un tumor en la boca es vital para superar la enfermedad. Sin embargo, la realidad es que existe una detección tardía, que supone que el 36% de los diagnosticados tenga la enfermedad localizada, mientras que el 43% tiene una afectación regional y otro 9% presenta metástasis a distancia. De hecho, se calcula que una de cada cuatro muertes por esta enfermedad se debe a un diagnóstico tardío.
Una de cada cuatro muertes por esta enfermedad se debe a un diagnóstico tardío
El presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Tenerife, Francisco Rodríguez Lozano, explica que esta patología es muy maligna cuando se detecta tarde y se ha extendido, ya que “el pronóstico entonces es malo y la supervivencia, muy baja”. “La boca es una zona muy vascularizada, con muchos vasos sanguíneos, por lo que el tumor enseguida se disemina. Cuando empieza a haber dolor o molestias -alerta-, suele ser porque el tumor ya se ha extendido, de ahí la importancia de detectar lesiones premalignas, cuando apenas existe desestructuración de las células superficiales”.
Respecto al tratamiento, la cirugía es a menudo la principal vía para acabar con el tumor, con una operación en la que se extirpa la zona afectada. En el peor de los casos, el cáncer puede extenderse a la garganta o al cuello, además de a la lengua, y es necesario practicar el vaciado de los ganglios linfáticos del cuello, un tratamiento, según Ruiz-Capillas, “muy agresivo”, que supone, además, importantes consecuencias psicológicas para el paciente.
Además de cirugía, factores como el alcance de la invasión o la afección a otras zonas de la anatomía determinan la necesidad de aplicar tratamientos de radioterapia, reservada para las situaciones en las que el tumor sea pequeño y contra la metástasis, o quimioterapia, para cuando el cáncer está muy desarrollado y no puede recurrirse a otro tratamiento. Pero su aplicación dependerá siempre de las propiedades específicas de cada caso.
Prevención
En los últimos años, se ha producido una importante reducción de la caries dental en las edades infantiles y juveniles, mientras que las personas adultas, a partir de 30 años, cuidan más la salud de la boca, aunque la situación de los mayores continúa siendo precaria. De hecho, muchas personas mayores padecen enfermedades de la boca y un 30%, según la Fundación Dental Española, presenta una ausencia total de dientes.
Es en este grupo en el que se debe hacer especial hincapié para mejorar el cuidado de las piezas dentales, entender la salud bucal como “preventiva“, en lugar de “interventiva o curativa“, y animarles a realizar revisiones periódicas. En esta línea, Ruiz-Capillas reconoce que “la incidencia de las caries ha bajado escandalosamente, cuando antes era impensable no encontrar a un joven con alguna pieza careada, aunque los mayores tienen aún un problema muy serio”. Por su parte, Francisco Rodríguez Lozano asegura que la falta de higiene bucal tiene mucho que ver con la aparición de caries, piorrea o periodontitis, “si bien en el caso del cáncer, la falta de higiene afecta menos que el alcohol o el tabaco”.
La última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2003, asegura que cerca de un 10% de la población nunca ha asistido a una consulta odontológica y que apenas cuatro de cada diez personas acuden con frecuencia. Además, entre los que acuden destacan las mujeres muy por encima de los hombres, y casi un 18% pasa más de tres años sin hacer una visita a su dentista. Ante estos datos, no es de extrañar que el 46% de la población mayor de 15 años carezca de alguna de las piezas dentales y que sólo un 24% de los adultos conserve todas sus piezas dentales naturales, frente al 80% de los niños, que disfruta de una buena salud dental.
Son cifras preocupantes, como lo son también los datos de un estudio publicado en la revista “The Lancet” y realizado en la India, donde muchos hombres fuman tabaco o lo mascan, que concluye que una revisión de la boca, llevada a cabo tanto por el propio paciente como por el especialista, puede reducir en un tercio los casos de muerte por cáncer oral. Basta con observar las paredes bucales, los labios y la lengua para detectar cualquier anomalía que levante las sospechas. “La mucosa de la boca es muy mimosa y no se la puede tratar mal”, sentencia Francisco Rodríguez Lozano.