Gimnasia a partir de los 60 años

Una vejez activa combate enfermedades como la osteoporosis y reduce el nivel de dependencia de los mayores
Por Azucena García 21 de marzo de 2006

La madurez es tan buen momento para cuidar la forma física, como cualquier otro y tal vez mejor. Así lo aseguran los especialistas en medicina deportiva, quienes explican que un envejecimiento activo ayuda a mejorar el tono muscular y enfermedades como la osteoporosis o la insuficiencia cardiaca. No es necesario ‘dejarse la piel’ cada día en un gimnasio, sino que basta con pasear durante 30 minutos, subir y bajar las escaleras de casa o evitar tomar el autobús siempre que se pueda llegar caminando. Precisamente con el deseo de concienciar a los mayores de la importancia de hacer ejercicio, han comenzado a proliferar en los últimos meses los denominados ‘parques geriátricos’, espacios verdes ubicados en las ciudades y compuestos por columpios que ayudan a las personas mayores a mejorar la movilidad, aumentar la flexibilidad y tonificar la musculación. El objetivo es poner la práctica deportiva al alcance de todos, siempre y cuando se acuda antes al médico para que prescriba el tipo, la frecuencia y la intensidad adecuada del ejercicio.

Ventajas

El ejercicio regular es bueno para cualquier persona. Sus beneficios sobre la salud son patentes y, en el caso de los mayores, adquiere una importancia especial porque ayuda a mejorar el funcionamiento de prácticamente todos los sistemas y aparatos orgánicos. Además, reduce los niveles de colesterol, controla el peso corporal y ejerce un efecto positivo sobre el aparato cardiovascular.

Reduce los niveles de colesterol, controla el peso corporal y ejerce un efecto positivo sobre el aparato cardiovascular

El deporte es, en definitiva, una manera efectiva de envejecer con calidad de vida.

Para el secretario de la Federación Española de Medicina del Deporte, Pedro Manonelles, además de los beneficios mencionados, “la actividad física puede reducir la tensión arterial, permite a las personas hacer actividades de mayor duración sin presentar fatiga y, a nivel respiratorio, mejora el funcionamiento de los pulmones”. Pero los beneficios continúan: “aumenta la función muscular, previene algunos problemas como caídas, inestabilidad o situaciones de falta de autonomía, mejora determinados tumores, como el cáncer de colon, y se ha demostrado que la actividad regular es capaz de ayudar a los tratamientos de fijación de calcio en los huesos de una forma muy notable”.

“Es muy sencillo, si un coche no se mueve, acaba estropeándose y si un cuerpo no se mueve, acaba muriéndose”, explica el secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Javier Gómez Pavón. A su juicio, el deporte es necesario no sólo para mantener un buen estado de salud, sino que ayuda también a disociar los términos envejecimiento y dependencia porque la persona que practica deporte se siente más activa y “es capaz de vivir libre de dependencia hasta casi el final de su vida”.

Por su parte, Antonio Martínez, licenciado en ciencias de la actividad física y el deporte de la Escuela de Formación Apta Vital Sport, corrobora la necesidad de practicar ejercicio y constata que “últimamente el volumen de personas entre 65 y 85 años en centros deportivos está aumentando considerablemente porque en las consultas se empieza a recomendar acudir a estos centros”. Además, apunta que la actividad física es también un buen fármaco contra los problemas psicológicos, puesto que mejora la autoestima y disminuye la tendencia a la ansiedad. “A veces es más importante que el monitor hable y muestre su cariño a las personas mayores, que enseñar a realizar un simple ejercicio”, advierte.

Los ejercicios más recomendados

Cuando se quiere utilizar el ejercicio en el contexto de una enfermedad, según Pedro Manonelles, “la prescripción debe recaer siempre en el médico”, que puede ser un médico del deporte o bien un especialista como el cardiólogo, en el caso de pacientes cardíacos. “Si se realiza ejercicio en el gimnasio -continúa el doctor- pueden colaborar profesionales en la educación física, pero el trabajo en el gimnasio no es el más beneficioso o el más importante para los grupos de mayor edad (mayores de 65) sino que los ejercicios más recomendables para estas personas son los que pueden hacer ellos solos con el mantenimiento de una vida activa”. Por ello, recomienda:

  • Caminar siempre que se pueda.
  • Colaborar en las tareas de limpieza de la casa.
  • Colaborar en las labores de jardinería.
  • Acudir a pie a la compra.
  • Subir y bajar escaleras.

“El ejercicio en la persona mayor debe adaptarse a sus propias características,

El ejercicio en la persona mayor debe adaptarse a sus propias características

es decir, debe practicarse de acuerdo a las enfermedades y posibilidades de cada uno”, subraya Gómez Pavón. Según indica, el deporte más beneficioso para los mayores de 65 años es la gimnasia de mantenimiento, que facilita además el contacto social, así como caminar con amigos y superarse un poquito cada día, es decir caminar unos metros más hasta conseguir la distancia que el propio cuerpo aguante, sin fatigarle ni agotarle en exceso.

Desde la Federación Española de Medicina del Deporte, su secretario apuesta también por los programas de actividad física aeróbica de larga duración e insiste en que el patrón modelo es el caminar. “Eso es lo fundamental y se debe realizar siempre. A partir de ahí, se puede hacer carrera continua, bicicleta, natación? Estos son los ejercicios más adecuados para personas mayores, actividades que no tengan impacto sobre el aparato cardiovascular”, recalca.

Hay que tener cuidado, no obstante, con las posibles contraindicaciones de la actividad física, por lo que propone que los pacientes hipertensos no hagan ejercicios de fuerza, “como coger pesas de una carga considerable”, ni que una persona que tenga un peso excesivo corra muchos kilómetros, porque es evidente que en cada zancada va a soportar un gran peso en cada rodilla. En este sentido, Antonio Martínez recomienda analizar cada caso de manera individual y realizar un examen médico previo, aunque subraya que a pesar de las contraindicaciones que pueda presentar una persona mayor, se puede elaborar un programa específico adaptado para ella.

“Hay muchísimas contraindicaciones, por eso no se puede hablar de clases aplicadas a la tercera edad, sino de un programa bien estructurado y adaptado a los alumnos, quienes tras pasar un exhaustivo control médico, se someten a una batería de test para valorar su condición física y, según el resultado, se leS recomendará la práctica de unos ejercicios u otros”, agrega Martínez.

Un último aspecto a tener en cuenta es que el programa de ejercicios en gimnasio debe trabajarse, siempre que se pueda, en grupos de dos a tres personas. Además, debe cuidarse especialmente el calentamiento, ya que las sesiones duran entre 50 y 60 minutos, practicar estiramientos adaptados a la tercera edad, trabajar la movilidad articular y no esperar resultados la primera semana, puesto que es necesario acudir al gimnasio dos o tres veces por semana. Los resultados se empezarán a apreciar a partir de los tres meses.

Auge de los parques geriátricos

El aumento de la población madura es evidente. En la mayor parte del mundo, la esperanza de vida se ha incrementado de manera notable y se ha visto la necesidad de impulsar los servicios sociales dirigidos a grupo de personas. En este contexto, surge hace algo más de un año la creación de parques geriátricos, espacios verdes, como cualquier otro parque, en los que se habilitan una serie de columpios para las personas mayores. En realidad, esta práctica está copiada de China, donde abundan este tipo de artilugios similares a las máquinas de un gimnasio y que mejoran la movilidad, aumentan la flexibilidad y tonifican la musculación de los mayores.

El pasado verano, se instaló en la localidad madrileña de Leganés “el primer gimnasio al aire libre para mayores de España“, según fuentes de la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid. Aunque desde entonces también otras localidades como Portugalete, en Vizcaya, han imitado el modelo y ofertan esta alternativa para mayores de 60 años que, en muchos casos ataviados con chándal y zapatillas de deporte, acuden a este tipo de parques. “Cualquier actividad es buena, lo único importante es moverse y si además se practica en un contexto agradable, puede resultar más divertida”, confirma Pedro Manonelles.

Desde Ibercolmex, la empresa encargada de la distribución de estos originales columpios en España explican que los diferentes aparatos que se peden encontrar en estos parques sirven para:

  • Reforzar los músculos de los brazos.
  • Mejorar la movilidad de codo, hombro, rodilla y cadera.
  • Ejercitar la cintura y relajar los músculos de la cintura y la espalda.
  • Estirar los músculos de cintura y espalda.
  • Ejercitar los músculos del abdomen, la cintura y la espalda.
  • Mejorar la movilidad de las extremidades inferiores, la coordinación del cuerpo, el equilibrio y la capacidad aeróbica.
  • Realizar estiramientos de las piernas y disminuir la sobrecarga.
  • Masajear las manos, la espalda o las piernas para mejorar la circulación de la sangre.

“Tal vez lo más importante que hay que transmitir a la persona mayor es que debe utilizar todas las horas que pueda para realizar alguna actividad, del tipo que sea. Es importante que no sólo dedique unas horas a hacer actividad física o deportiva, sino que su forma de vida sea lo más activa posible: que suba escaleras, que se mueva por la casa, que haga excursiones, que acuda a estos parques. Lo mínimo que se recomienda es media hora al día y, si se puede hacer deporte durante más tiempo, mejor”, concluye Manonelles.

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