Viajar puede ser una actividad muy perjudicial para el medio ambiente si no se toman las medidas necesarias. Las emisiones contaminantes de gases de efecto invernadero de los vehículos o los aviones, la producción y abandono de residuos en el entorno, o el daño a los ecosistemas naturales pueden ser evitadas o reducidas con la puesta en práctica de unos consejos ecologistas. Los viajes respetuosos con el medio ambiente, además de una buena alternativa para los que estén cansados del turismo de masas convencional, ofrecen unas vacaciones agradables y en armonía con el entorno, permitiendo conocer la cultura, costumbres, gastronomía y tradiciones de las poblaciones locales.
Reducir la contaminación en el desplazamiento
El transporte por carretera es el sector que más ha incrementado sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero. Según el Observatorio de la Movilidad Metropolitana, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, el crecimiento de las emisiones totales de efecto invernadero en España se debe principalmente al transporte de viajeros y mercancías por carretera, cuya demanda crece a mayor ritmo que su eficiencia energética.
Quemar 1 litro de combustible supone la emisión de 2,3 kg. de CO2 a la atmósfera
Asimismo, un medio ecológico y saludable para viajar, sobre todo en las vacaciones estivales, es la bicicleta. La práctica del cicloturismo permite a sus usuarios disfrutar del paisaje, llegar a lugares naturales inaccesibles para un automóvil, marcar el ritmo que le convenga a cada uno, y en definitiva, evitar la emisión de gases contaminantes. Por ejemplo, una ruta en bicicleta que gana cada vez más adeptos es el Camino de Santiago.
Si finalmente se opta por el coche, una buena opción para reducir en lo posible su contaminación consiste en utilizar un automóvil híbrido (mitad eléctrico mitad gasolina) o uno preparado para consumir biodiésel. El consumidor también puede, a la hora de adquirir o alquilar un vehículo, exigir la clasificación energética del mismo para saber si se trata de un modelo más o menos contaminante. Y una vez en carretera, es preciso conocer unos simples consejos de conducción eficiente, como hinchar bien las ruedas, mantener una velocidad adecuada, no abusar del climatizador, etc., que contribuirá a ahorrar en combustible, y por lo tanto, a reducir las emisiones contaminantes.
En cuanto a la utilización del avión, conviene recordar que es también un importante foco de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que en la medida de lo posible es recomendable moderar su uso, buscando otras alternativas.
En cualquier caso, los consumidores pueden contrarrestar la cantidad de gases contaminantes que producen al viajar en estos medios de transporte. Para ello, diversas iniciativas, como la asociación Ekopass, permiten calcular dichas emisiones y compensarlas mediante proyectos de energía renovable, eficiencia energética y sumideros de carbono.
Elegir destino y alojamiento
Los consumidores que quieran contribuir a conservar el medio ambiente pueden escoger para sus vacaciones lugares donde se respeta la naturaleza y las comunidades locales e indígenas, interiorizando de esta manera los principios del turismo sostenible y ecológico.
Así, por ejemplo, WWF/Adena aconseja a los turistas visitar parques naturales y reservas, ya que los gastos que se realicen en ellos repercutirán directamente en la protección de estas áreas naturales. Por su parte, la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife, destaca también la práctica del “birdwatching”, u observación de aves en plena naturaleza.
Si no se tienen las ideas muy claras, se puede acudir a los turoperadores especializados, ONG y asociaciones de ecoturismo
En cuanto al alojamiento, tanto si se opta por la opción de camping como por la de un albergue o un hotel, el viajero puede preguntar si cuenta con algún tipo de etiqueta que avale su conducta ecológica, o cuando menos, si ha establecido algún tipo de política de reciclaje o de ahorro de agua o energía. En este sentido, los consumidores pueden ser esenciales para que los propietarios de estos establecimientos se den cuenta de la importancia cada vez mayor que el medio ambiente tiene entre sus clientes.
Una vez en el lugar de destino, ya sea en un paraje natural o una ciudad, los consumidores pueden asumir una serie de consejos para reducir al mínimo su impacto ambiental, como moderar el uso de los recursos naturales, como el agua o la energía; minimizar la generación de residuos; si se trata de ecosistemas sensibles, informarse de cómo evitar dañarlos; adquirir regalos que favorezcan la cultura local y no el clásico souvenir industrial; no comprar flora y fauna ni productos derivados protegidas por el Convenio de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES); etc.
Alimentación y cuidados básicos
Una buena alimentación es uno de los pilares básicos para garantizar una estancia placentera en el lugar de destino. Sin embargo, en vacaciones se suele descuidar la dieta alimenticia, abusando por ejemplo de la comida rápida. Por ello, es muy recomendable evitar este tipo de excesos y desórdenes de la dieta, y alimentarse con productos naturales locales, de temporada, y ecológicos, y prescindir en lo posible de los productos envasados o precocinados.
En vacaciones se suele descuidar la dieta alimenticia, abusando por ejemplo de la comida rápida
En el caso de hacer picnic o comer por cuenta propia, lleve sus propios utensilios, platos y contenedores de comida, eludiendo los que sean de plástico de usar y tirar, y recogiendo todos los restos para poderlos reciclar convenientemente. Si no queda más remedio que utilizar envases, se puede optar por los de tipo biodegradable.
En cuanto al cuidado y la higiene personal, utilice productos ecológicos: Por ejemplo, los repelentes de insectos pueden estar basados en aceites naturales. Asimismo, infórmese bien de las vacunas necesarias y las condiciones sanitarias del lugar de destino.