La Organización Mundial de la Salud hizo público en 2006 un nuevo ‘Patrón Internacional de Crecimiento Infantil’ que permite evaluar el ritmo de crecimiento y desarrollo de lactantes y niños pequeños hasta los cinco años, de cualquier país del mundo. Tras varios años de estudio se confirma que todos los niños nacidos en cualquier parte del mundo que reciban una atención óptima desde el comienzo de sus vidas -y la alimentación es una pieza clave- tienen el potencial de desarrollarse dentro de los mismos parámetros de peso y talla.
El papel de la alimentación infantil
Salvando las diferencias individuales que se aprecian entre los niños, la media de crecimiento de la población infantil a nivel regional y mundial es relativamente similar. La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la Universidad de las Naciones Unidas, llevó a cabo un ‘Estudio Multicéntrico sobre el Patrón de Crecimiento’ (EMPC), en el que participan 8.440 niños de diversos países del mundo, escogidos en representación de la población infantil de los distintos continentes: Brasil, EE.UU., Ghana, India, Noruega y Omán.
El estudio comenzó en el año 1997 y ha evaluado el ritmo de crecimiento físico, el estado nutricional y el desarrollo motor de los niños desde su nacimiento hasta los cinco años.
Para estudiar el patrón de crecimiento infantil y hacer la selección de la muestra se tuvieron en cuenta las variables que más influencia tienen en el crecimiento óptimo en base a evidencias científicas: nutrición óptima, entorno óptimo y atención sanitaria óptima. Por ello, todos los niños seleccionados recibieron lactancia materna exclusiva como mínimo hasta los 6 meses de vida. Pasado este tiempo los niños fueron alimentados conforme a las directrices sobre alimentación complementaria recomendadas en la ‘Estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño’.
El lactante alimentado con leche materna pasa a ser patrón de referencia para determinar el crecimiento saludable
La estrategia mundial se basa en pruebas científicas que demuestran la importancia de la nutrición en los primeros meses y años de vida y el papel fundamental que juegan las prácticas de alimentación correctas para lograr un estado de salud óptimo. Se sabe que las deficiencias de ciertos nutrientes como vitamina A, hierro, yodo y proteínas, son las principales causas de malnutrición infantil y provocan trastornos más o menos graves como ceguera, anemia, lesiones cerebrales irreversibles o inadecuado desarrollo psicomotor, principalmente en niños de países en desarrollo.
Además de recibir una alimentación adecuada, los niños seleccionados vivían en unas buenas condiciones de higiene, tanto en el hogar como en relación a la manipulación de los alimentos que conforman su dieta diaria. A esto se suma que sus madres cumplieron prácticas saludables como no fumar ni antes del embarazo ni después del parto. Asimismo, los niños fueron vacunados y se les hacían las revisiones pediátricas estandarizadas según las directrices de la OMS.
Con la investigación queda demostrado que una nutrición suficiente, el medio ambiente y la salud son factores que determinan el crecimiento -en este caso la evaluación se ha hecho hasta los 5 años-, más que la propia genética (aunque sin minusvalorar el peso específico de los genes). Los datos del exhaustivo estudio han demostrado que niños de países en desarrollo como India, Ghana y en gran medida Brasil, registran patrones de crecimiento similares a los niños de EE.UU. o Noruega si se les proporcionan las condiciones idóneas para un crecimiento sano durante sus primeros años de vida.
Nuevos patrones de crecimiento
Los nuevos patrones incluyen diversos indicadores de crecimiento. Además del peso para la edad, la talla para la edad y el peso para la talla, se incluyen también referencias especializadas según la edad: el perímetro craneal, el perímetro braquial (del brazo), el pliegue cutáneo del tríceps y el pliegue cutáneo subescapular. La medición del perímetro craneal es un dato esencial en exploración pediátrica, ya que puede constituir la base del diagnóstico diversas enfermedades neurológicas.
Los gráficos normalizados del IMC para niños resultan útiles para vigilar el peso de los niños, dada la creciente prevalencia de obesidad infantil
El resto de mediciones sirven para hacer más completa la evaluación del estado nutricional (porcentaje de grasa, masa magra) del niño. Un valor destacable en el nuevo patrón son los gráficos normalizados del índice de masa corporal (IMC) para niños de hasta cinco años. Este parámetro resulta particularmente útil para vigilar el peso de los niños, dada la elevada y creciente prevalencia de obesidad infantil, principalmente en países industrializados.
Todos estos instrumentos permiten al profesional de la salud, identificar en fases tempranas problemas de salud asociados directamente a una alimentación inadecuada, bien por exceso como el sobrepeso y la obesidad infantil, bien por defecto, como la desnutrición o su manifestación física más reconocida, el kwashiorkor (deficiencia proteica y energética).
La Asociación Internacional de Pediatría (AIP) integra dentro de sus parámetros para la evaluación del estado nutricional infantil el nuevo patrón de crecimiento de la OMS para lactantes y niños de corta edad. Por ello desde la AIP se anima a todas las asociaciones y sociedades de pediatría de los países miembros de la asociación (más de 140 en todo el mundo) a adoptar y usar este patrón para la evaluación nutricional de los niños.