Beneficios para el consumidor
La crisis financiera internacional ha dejado tocados a bancos de medio mundo. En algunos casos, las inyecciones de capital de los bancos centrales o los propios gobiernos les están ayudando a salir del bache. En otras muchas ocasiones, la solución para los bancos o cajas en apuros pasa por fusionarse con una entidad más grande. Sin ir más lejos, hace sólo unas semanas fuera de nuestras fronteras se han producido uniones tan importantes como la de Bank of America y Merrill Lynch (en Estados Unidos), HBOS y Lloyd’s (en Reino Unido) o BNP Paribas y Fortis (Francia-Bélgica). En España, son diversas las instituciones que aseguran que los bancos nacionales son solventes, que ninguno quebrará y que no corre peligro el dinero de los ahorradores. Sin embargo, las entidades españolas también se están encontrando con una rigidez desacostumbrada en el mercado del crédito que les está haciendo más difícil gestionar su negocio. En este contexto, numerosos expertos aseguran que la crisis financiera provocará fusiones entre bancos y entre cajas de ahorros en España, que se unirán para ser más competitivos y eficaces. Al ahorrador, que cambie la gestión de su banco no tiene por qué afectarle negativamente, sino al contrario. En principio, una fusión puede permitir a la entidad ofrecer tipos de interés más competitivos en sus productos de ahorro, inversión y crédito. Además, el usuario se beneficiaría del mayor tamaño de la nueva entidad, que contará con más oficinas y cajeros automáticos.
¿Por qué una fusión?
La fuerte exposición al ladrillo es lo que hace que muchas entidades financieras españolas sean más vulnerables en la situación actual. Para muchos expertos, es muy probable que se produzcan fusiones que, según Céline Giffard-Foret, analista de Self Trade, “contribuirán a conseguir un mapa bancario más competitivo y eficaz”; en su opinión, puede haber procesos de fusiones y reestructuraciones en el sistema financiero español acelerados por la crisis actual. Esta situación puede ser beneficiosa para el usuario, ya que las fusiones e integraciones suelen convertirse en un instrumento para reforzar a las entidades financieras frente a la crisis económica, como añade Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
Las fusiones buscan producir economías de escala, mayor eficiencia en sus procesos productivos y reducir sus gastos operativos
Una fusión se produce cuando se unen dos o más entidades financieras que, hasta entonces, operaban de forma independiente. Por lo general, estas uniones buscan producir economías de escala, mayor eficiencia en sus procesos productivos, reducir sus gastos operativos y, en ocasiones, también de personal. Ampliar su potencial de negocios y su cuota de mercado sin realizar sobreesfuerzos en inversión es otra de sus metas; por supuesto, toda fusión también permite ampliar la cartera de servicios y productos, y el número de clientes. Ganar tamaño y notoriedad es, en muchas ocasiones, un ingrediente atractivo para enganchar a nuevos usuarios.
Términos y circunstancias de la fusión, la clave
Son numerosos los expertos que opinan que a consecuencia de la crisis financiera se pueden producir fusiones bancarias en España, sobre todo entre cajas de ahorros. Si una caja de ahorros está en apuros la solución pasa porque se fusione con otra más grande, pero no con un banco. “Jurídicamente, las cajas de ahorros tienen la naturaleza de una fundación, debido a su carácter no lucrativo, sino de desarrollo social”, según explica Fernando Zunzunegui, abogado especializado en regulación financiera. ¿Cómo repercutirían estas hipotéticas fusiones en los ahorradores?
Una fusión no debería afectarles de manera negativa, aunque depende de los términos y circunstancias en los que se produce. En principio, pueden contemplarse dos escenarios posibles de unión:
- Fusiones deseadas y muy analizadas
Siempre que se trate de una fusión hablada y negociada entre dos o más entidades, al considerar que puede suponer un importante ahorro de costes por operar en un territorio muy localizado y en el que pueden tener una gran experiencia en la explotación del negocio, la fusión puede resultar muy positiva para el ahorrador. Esto ha ocurrido, históricamente, en las fusiones entre cajas de ahorros. Por lo general, las cajas operan y cuentan con una gran experiencia en sus territorios locales, donde conocen bien a su masa de clientes. “En estos casos, una fusión suele traducirse en un importante ahorro de costes, que permite a la nueva entidad ser más eficiente y dar mejores productos”, según apunta el abogado. Tras la fusión, la oferta de productos suele salir reforzada ya que se puede trasladar el ahorro de costes conseguido al cliente a través de mejores condiciones en productos, tipos de interés y nuevas promociones. En general, las fusiones también implican compartir conocimientos entre las entidades, lo que se traduce en mejores políticas comerciales. Ganar tamaño también es beneficioso para el usuario. Una fusión supone ampliar la red de oficinas y cajeros automáticos, lo que redunda en mayores posibilidades de operar.
Un ejemplo claro y reciente está en Cajasol, la caja de ahorros nacida en 2007 fruto de la fusión entre las cajas andaluzas El Monte y San Fernando. Fuentes de la entidad aseguraron que su unión era un proceso que llevaban estudiando en los últimos 30 años y que supondría una importante mejora tanto en cuota de mercado como en eficiencia. Antes de concretar la fusión, Caja San Fernando contaba con 382 oficinas, y El Monte, con 350; ocupaban, respectivamente, el sexto y octavo puesto por número de sucursales en Andalucía. Tras la fusión, Cajasol se ha situado en el segundo lugar, sólo superada por Unicaja. En cuanto a productos, la unión ha permitido a la entidad ser más agresiva en sus ofertas. En la actualidad, por ejemplo, ofrece depósitos a un año a intereses superiores al 5% (por encima de la media del mercado).
Más significativos pueden ser aún otros ejemplos de fusiones bancarias que se han producido en España en los últimos años, como la de Barclays y Banco Zaragozano (este último fue absorbido por Barclays), o Banco Sabadell y Banco Atlántico. En ambas, los ahorradores han salido favorecidos, ya que han podido acceder a una mayor red de cajeros automáticos donde sacar el dinero y de oficinas donde operar, así como a una oferta de productos muy variada y competitiva.
- Fusiones por “obligación”
Si una fusión se realiza porque una entidad se halla en apuros y otra más grande sale en su rescate absorbiéndola, el ahorrador de esta segunda compañía puede no resultar tan favorecido, aunque tampoco tiene por qué ser así. En principio, este tipo de fusiones se realiza como acción preventiva y no como algo estudiado y analizado previamente como una operación interesante. Las entidades más pequeñas pueden acudir a otras más grandes como protección frente a las actuales turbulencias financieras.
En estos casos, la entidad que absorbe (con lo que se estaría ante una fusión por absorción y no ante una realizada a partes iguales entre ambas entidades) es la que impone sus criterios de gestión, lo que también afecta a su política comercial.
Oferta de productos
Sea de un modo u otro, la cartera de productos suele variar bastante poco. Hasta que la fusión es operativa, proceso jurídico que puede alargarse durante unos seis meses de media, se mantienen sin cambios los productos de ambas entidades. Después, una vez que es efectiva la fusión, la entidad dominante es la que impone su política. En cualquier caso, todos los productos vigentes antes de la fusión mantienen sus términos. Si se trata de hipotecas, por ejemplo, una fusión no afecta de ninguna manera al usuario, ya que todas las condiciones están expresadas en la escritura del préstamo.
Los productos contratados y en vigor antes de la fusión no varían sus condiciones
Los productos de pasivo, cuentas y depósitos, son los que pueden sufrir más cambios. En las cuentas a la vista, por ejemplo, las entidades pueden variar sus tipos de interés cuando quieran, aunque deben avisarlo a los clientes con un plazo mínimo de quince días. En el caso de los depósitos, el interés está garantizado hasta su vencimiento. No obstante, si son depósitos que pueden autorrenovarse a su vencimiento, la entidad puede modificar su interés en función de las condiciones del mercado o de su propia estrategia comercial.
¿Cuáles son los mayores riesgos de la banca española?
En el contexto de incertidumbre actual, la fusión bancaria se dibuja como la solución idónea para evitar la quiebra o pasar por situaciones difíciles a entidades pequeñas con problemas de solvencia o liquidez. En general, el objetivo que debe perseguir una fusión entre bancos es provocar sinergias de grupo: reducir costes, resultar más eficiente y favorecer al usuario. Fernando Zunzunegui asegura que, en la actualidad “una fusión entre bancos o cajas de ahorros serviría para evitar a las entidades más pequeñas pasar apuros. Una unión, en general, debe servir para reforzar las estructuras financieras”.
En los últimos años, hasta 2007, la banca española vivió una gran etapa dorada, en la que llegó a encadenar varios récords de beneficios. En el citado año, sólo las cinco grandes entidades españolas (Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y Banco Popular) ganaron 21.795,02 millones, lo que significa un crecimiento del 25,14%. Sin embargo, en el primer semestre de este año los resultados han comenzado a flojear y las grandes entidades han reducido sus ingresos totales un 0,8% en comparación con el año anterior. La incertidumbre del mercado se ha incrementado en los últimos meses, por lo que es previsible que los beneficios sigan reduciéndose.
Las grandes entidades saldrán mejor paradas de la crisis por su diversificación geográfica y de negocio
Son muchas las entidades que están viendo caer su solvencia y su liquidez, sobre todo por el fuerte aumento de la morosidad. En España, el mayor problema de las cajas de ahorros y de la banca mediana y pequeña es que están muy expuestas a la crisis del sector inmobiliario. Su negocio ha estado muy orientado al préstamo a promotores y, también, a particulares y ahora está creciendo su morosidad, como indica Sara Herrando, directora de análisis de Norbolsa. En mejor situación se encuentran las entidades más grandes, ya que poseen más diversificación, tanto por negocio como por áreas geográficas. Las grandes entidades españolas, por ejemplo, están presentes en Asia, América Latina, Estados Unidos… “Las cajas pequeñas son las que pueden tener más dificultades para salir adelante en el turbio entorno actual”, añade la experta.
De la misma opinión es Nuria Álvarez, quien asegura que mantener el negocio más concentrado en España se contempla hoy como un riesgo para las entidades pequeñas españolas, ya que muchas han centrado su operatividad en la concesión de hipotecas. Y si hace unos años la gran baza de las entidades financieras era la concesión de créditos, “hoy -según explica- es precisamente el principal riesgo, ya que los índices de morosidad están subiendo sin piedad”.