Si hace apenas dos años quién más quién menos se acababa de comprar un piso o estaba a punto de hacerlo, hoy la crisis financiera ha dado al traste con esta posibilidad para la mayoría. Son muchas personas las que, sin opción de compra pero a sabiendas de que su hogar no está ya en las mejores condiciones, deciden reformarlo. Lo cierto es que la retracción en la inversión inmobiliaria ha provocado una recuperación del mercado de las reformas en el hogar, además de una mayor oferta en este sector. Aunque las empresas de reforma de vivienda no hablan aún de una recuperación en la demanda de servicios, comentan que hay señales de cambios estructurales, como el aumento de solicitudes de presupuestos, signo inequívoco del interés de los usuarios. Así las cosas, desde el sector de las reformas se espera un crecimiento sostenido para los próximos dos años.
Recuperación del mercado
La crisis inmobiliaria ha dado lugar a que numerosos profesionales de los que se surtían las constructoras (fontaneros, carpinteros, electricistas…) se dediquen ahora a realizar reformas en casas particulares. La pérdida de empleo en estos gremios ha provocado la ampliación de la oferta de estos servicios, además de disminuir sus costes hasta en un 20%, lo que sin lugar a dudas favorece al consumidor: no resulta extraño que un particular llegue a realizar entre ocho y 10 consultas a distintas empresas antes de decidirse por el presupuesto que más se adecue a sus necesidades.
La oferta de servicios de reforma de hogar ha aumentado, a la vez que sus costes han disminuido hasta en un 20%
Una buena inversión
Invertir los ahorros en la reforma del hogar puede ser, por tanto, una buena alternativa, ya sea para hacerlo más confortable o para revalorizar una propiedad con el fin de ofrecerla en alquiler. Además, a la hora de evaluar una posible inversión debe tenerse en cuenta que el IRPF prevé una disminución en las retenciones por los gastos por reforma. Es recomendable, incluso, consultar sobre las numerosas ayudas que ofrecen los ayuntamientos e incluso el Ministerio de Vivienda para iniciar remodelaciones en casa. Factores todos que impulsan el sector de la construcción, ahogado por el chasco de la burbuja inmobiliaria.
El sector de la construcción en general se vuelca ahora en ofrecer servicios de reforma de vivienda ante la paralización de la construcción de obra nueva. Puesto que un mayor número de empresas ofrecen ahora este servicio, la competencia ha aumentado y el coste para el usuario se ha reducido -sobre todo el de mano de obra-.
Con contrato y garantía
Contratar a un profesional autónomo puede suponer un ahorro en el presupuesto, pero en estos casos es recomendable hacer bien las cuentas y no olvidar incluir en los costes los gastos de materiales, la tramitación de licencia de obra en el ayuntamiento correspondiente, o para el uso de contenedores en vía pública cuando sea necesario, etc. Si bien el usuario puede optar por varias alternativas de servicio, debe procurar siempre legalizar la contratación estableciendo, por escrito y con factura, la duración de la obra, la calidad y origen de los materiales utilizados, así como la garantía sobre el trabajo terminado.
Conviene establecer, por escrito y con factura, la duración de la obra, la calidad y origen de los materiales y la garantía sobre el trabajo terminado
Una obra de reforma de vivienda implica una especialización diferente a la de una obra nueva, lo que supone otros tiempos (que inciden también en los costes finales) y otra coordinación que es conveniente considerar a la hora de hacer presupuesto.
Mano de obra desocupada
Algunos profesionales relativizan la ventaja de contratar mano de obra barata aprovechando el parón laboral. Las advertencias a los clientes que deciden contratar únicamente a un profesional independiente por sus bajos costes sin estar registrado como autónomo ni en ninguna empresa están a la orden del día, y esto puede implicar contratar mano de obra no especializada, fallos en la garantía sobre el trabajo o dificultades por la falta de compromisos contractuales.
En todo caso, si se quiere aprovechar la abultada oferta de albañiles, fontaneros y electricistas desocupados que se anuncian así en los sitios web de ofertas laborales: “aprovéchese de mis precios”, conviene contar con la recomendación de alguien que conozca cómo trabajan estos especialistas y su rendimiento. Si no, uno de los riesgos que se presentan en estos casos es entregar dinero a cuenta a una persona y quedar pendiente de que luego cumpla lo pactado.