Para que una pared presente un acabado regular es necesario realizar un revoco. Este tratamiento supone el enlucido de los tabiques, de manera que queden preparados para recibir o, en el caso de encontrarse en el exterior, protegerlos frente a condiciones adversas (lluvia, nieve, viento, bajas temperaturas…).
Después de revocar una superficie, ésta se puede pintar, empapelar, decorar con gotelé o alicatar. En paredes de exterior, se recurre al mortero, que se emplea sobre hormigón o ladrillo -excepto ladrillo visto-. Antes de aplicarlo, hay que preparar la superficie: eliminar irregularidades y alisar las juntas. Asimismo, es imprescindible esperar a que la estructura se asiente para evitar la aparición de grietas en la pared.
Antes de aplicar el mortero en exterior hay que eliminar irregularidades y alisar las juntas
Un truco para impedir que el tabique absorba el agua del mortero es humedecerlo previamente. Esta obra requiere paciencia si se quiere que el resultado sea óptimo. Así, después de mojarlo, se establecen las líneas maestras con el grosor correspondiente -preferiblemente, la primera capa no ha de superar los dos centímetros-. A continuación, se aplica el mortero lanzándolo sobre la pared con la ayuda de una paleta, se extiende, se alisa y se elimina el exceso.
Hay que esperar varios días antes de aplicar la segunda capa. Ésta sirve para impermeabilizar las paredes y realizar correcciones. Con ella, se eliminan irregularidades y se alisan los tabiques. El procedimiento es similar al anterior, lo mismo que el grosor del mortero.
Respecto a la tercera capa, tiene la misión de dar el acabado final. Alisa por completo las paredes. No obstante, para conseguir un buen remate se deben esperar unas dos semanas antes de aplicarla. Su espesor es menor que el de las capas anteriores, apenas supera los cinco milímetros, ya que prepara la superficie para recibir.
En general, el revoco de yeso es una técnica que se emplea en paredes de interior. Al igual que el mortero, su tarea es preparar los tabiques para el revestimiento final, aunque requiere trabajar con mayor rapidez puesto que el tiempo de fraguado es menor. Cuando el yeso comienza a endurecer resulta difícil aplicarlo. Queda prácticamente inservible.
El yeso requiere trabajar con mayor rapidez puesto que el tiempo de fraguado es menor
El enlucido de yeso exige que la superficie esté lisa y seca. Hay que eliminar cualquier irregularidad o restos de otros materiales. Se aplica sobre ladrillo, hormigón, placas de yeso y piedra, entre otros, aunque la presencia de polvo o aceites de encofrado, por ejemplo, dificulta su adherencia.
En cuanto al espesor, cada capa puede tener un mínimo de cuatro o seis milímetros y un máximo de 15 milímetros. Las características de las paredes determinan el número de capas (una o dos) que deben extenderse, si bien en general hay que esperar aproximadamente un mes hasta que los tabiques queden secos y se pueda pintar o empapelar sobre ellos.