Detrás del yeso se esconde el mineral de yeso o sulfato de calcio dihidratado. Ésta es la base de un material cuyos usos se han diversificado tanto que se emplea en la construcción, la industria cerámica, la medicina e, incluso, la agricultura. En el caso de la construcción y decoración, antes de utilizar el yeso, éste ha de someterse a un proceso de deshidratación para conseguir diferentes tipos de masa. Posteriormente, se añade de nuevo agua para que fragüe y se transforme en material de construcción.
La Asociación Técnica Empresarial del Yeso (ATEDY) asegura que este material se ha convertido en un producto imprescindible gracias a sus usos y «sus más variadas transformaciones». Se puede encontrar yeso en polvo, manual, de proyección, tabiques prefabricados, techos de escayola, placas de yeso para tabiquería y decoración, elementos decorativos de yeso, pavimentos autonivelantes y yeso cerámico, agrícola o para alimentación.
Además, existen otra serie de yesos especiales que se emplean para eliminar el gotelé u otras rugosidades de las paredes y techos. Son pastas de alisado que convierten las superficies con texturas en espacios completamente rectos y listos para pintar. El acabado de estas pastas imprime a la pared el blanco característico del yeso, lo que consigue superficies óptimas para el pintado. Algunos productos ni siquiera generan polvo durante su aplicación.
Yesos manuales y de proyección
Los yesos manuales son aquellos que se aplican, como indica su nombre, manualmente. Se utilizan para tabiquería interior o sujeción de tabiques, tapar pequeños agujeros o rozas y el enlucido de superficies. Basta con mezclar el yeso con agua para obtener una masa aplicable sobre materiales tan diversos como la cerámica o el hormigón.
Por su parte, los yesos de proyección se aplican de manera mecánica. Antes de utilizarlos, es necesario amasarlos hasta obtener una pasta homogénea, como en el caso de los yesos manuales, aunque su aplicación es más rápida. Se trata de un producto muy útil en revestimientos interiores, tanto horizontales como verticales, debido a su gran dureza.
La Asociación Técnica Empresarial del Yeso defiende este material gracias a sus variadas propiedades, que son:
Aislamiento térmico. El coeficiente de penetración térmica del yeso es muy bajo, “similar al de los materiales considerados tradicionalmente como cálidos”: madera y corcho, entre otros.
Humedad controlada. Evita la condensación superficial y la humectación de las paredes y techos. Posee una capacidad innata de absorción que le permite acumular gran cantidad de agua cuando su concentración en el ambiente es alta y devolver esta humedad cuando el ambiente se reseca. “Las paredes de yeso transpiran haciendo más frescas las habitaciones en verano y más cálidas en invierno”, asegura ATEDY.
Incombustibilidad. Este material es completamente incombustible y, en lugar de gases tóxicos, emana vapor de agua, lo que permite que su temperatura no suba por encima de 100º C durante cuatro horas.
Absorción del ruido. Su acústica es buena tanto por la capacidad de absorción del ruido como por la baja capacidad de transmisión del mismo.