Este ginecólogo de la Universidad de Viena (Austria) ha visitado Barcelona con motivo del XXX Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Sobre la mesa, un tema polémico: la vacuna frente al cáncer de cuello uterino. Cuando las administraciones públicas debaten si es beneficioso y seguro generalizar campañas de vacunación masiva a niñas contra el virus del papiloma humano, VPH, causante del cáncer, este especialista apunta que tal vez debieran vacunarse también los niños.
Es obvio que no, aunque cada vez son más frecuentes las verrugas genitales debidas al papiloma que pueden aparecer alrededor del ano o en el pene, testículos, ingle o muslos. Incluso hombres que nunca hayan tenido sexo anal pueden desarrollar verrugas alrededor de esta zona, que pueden aparecer semanas o incluso meses después del contacto sexual con la persona infectada.
Sí. Además, un individuo puede estar infectado por el virus del papiloma humano que causa verrugas genitales y nunca desarrollar ninguna verruga; en cambio, transmitirá la infección a su pareja tanto femenina como masculina. Por este motivo en Austria se contempla la posibilidad de vacunar a niños, además de a niñas. Me consta que en España dicha opción se encuentra aún en estudio.
Los especialistas españoles aseguran que aquellos casos no tuvieron ninguna relación directa con la vacuna administrada. En Austria también pasamos en su día por una prueba similar.
“La vacuna contra el VPH en homosexuales reduce en un 76% el número de lesiones genitales externas”
Peor, corrió la noticia de que la vacuna podía estar relacionada con casos de muertes no explicadas clínicamente… Lo mejor es no ponerse nervioso. Esperamos dos años y demostramos que la estadística de estos fallecimientos había decrecido dos años seguidos a la vez que había aumentado la administración de vacunas. La discusión es aplicable por igual a todas las vacunas. En mi opinión, la vacuna tetravalente frente a los tipos 6, 11, 16 y 18 del virus del papiloma humano es la más segura de todas las vacunas puestas en circulación. No obstante, siempre hay que evaluar si el beneficio que se consigue vacunando contrarresta el riesgo de cáncer uterino en caso de no vacunación.
El VPH se transmite a través del contacto genital (ya sea sexo anal, oral o vaginal) tanto a través de hombres como de mujeres. Lo peor es que resulta muy fácil contagiar a otras personas sin darse cuenta. Asimismo, en los países con años de experiencia en las campañas de vacunación, como Australia o EE.UU., hay pacientes que creen que por el simple hecho de estar vacunados pueden gozar de una mayor promiscuidad, sin tener en cuenta que hay muchos más riesgos de contagio por otras enfermedades de transmisión sexual como, por ejemplo, el VIH.
No en todos los casos. Algunos tipos de papiloma han sido vinculados con cánceres anales y de pene. Estos tipos de cáncer son raros, más si se trata de hombres con sistemas inmunológicos sanos. Por otro lado, los tipos de papiloma que causan verrugas genitales no son los mismos que pueden provocar cáncer.
Por supuesto. Si prestamos atención a los datos, más de la mitad de los hombres sexualmente activos de EE.UU. se infectan por el VPH en algún momento de sus vidas. Alrededor del 1% desarrolla verrugas, y la Sociedad Americana de Cáncer estima que se diagnosticaron 1.530 cánceres de pene y que 1.910 hombres fueron diagnosticados de cáncer anal durante el 2006. Como es de suponer, el riesgo de padecer cáncer de ano es 17 veces más elevado en hombres homosexuales y bisexuales que en heterosexuales.
Una conferencia internacional celebrada hace poco en Malmö (Suecia) ha ratificado la utilidad de la vacuna en homosexuales, porque reduce en un 76% el número de lesiones genitales externas. En este encuentro también se reafirmó el beneficio de la vacuna tetravalente en mujeres de más de 45 años.
El virus del papiloma humano es responsable del 100% de los cánceres del cuello uterino, pero también del 90% de los cánceres anales y el 50% de los cánceres de vulva o pene.
El Grupo Español de Vacunación VHP ha concluido en el último Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia que en España se eliminarían alrededor de 17.000 resultados citológicos anormales cada año si se vacunara a todas las españolas con edades comprendidas entre los 14 y los 24 años. El Grupo recuerda que la vacuna VHP ha sido adoptada de manera oficial por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la FDA estadounidense, la EMEA europea y la Agencia Española del Medicamento, por más que las políticas de vacunación a escolares varíen de manera substancial de una comunidad autónoma a otra y que el consumo por demanda privada sea aún tan bajo como del 8%.
En este apartado la crisis supone un importante inconveniente, puesto que el precio de las vacunas oscila entre 300 y 500 euros. La principal alerta sobre efectos deletéreos de la vacuna surgió en nuestro país a mediados de marzo de este año 2009 cuando dos menores a las que se les había suministrado la segunda dosis de la vacuna fueron ingresadas por problemas de salud en el Hospital Clínico Universitario de Valencia. Tanto la Consejería de Sanidad valenciana como el Ministerio de Sanidad y Consumo aseguraron poco después que los trastornos observados no se relacionaban con la vacuna y que las campañas de vacunación seguirían según lo previsto.