La industria discográfica española se muere sin remedio. No sólo las grandes multinacionales, dueñas del glamour de las estrellas, los conciertos multitudinarios y los discos a precios imposibles. También fenecen los pequeños sellos independientes que mantienen las corrientes musicales alternativas y el folclore local. Esto sucede en buena parte porque se ha instalado una doble moral en la que el «gratis total» impera como un derecho indiscutible, según sostiene en esta entrevista Antonio Guisasola, presidente de la asociación Promusicae, que representa a más del 95% del sector musical español. En su opinión, no hay oportunidad para desarrollar un negocio sostenible de la música en Internet. Las descargas desde sitios de pago no compensan, de momento, las pérdidas del sector, que han alcanzado un dramático 30% sobre el total de ventas en el primer trimestre de 2009, respecto al mismo periodo del año anterior.
Reivindicamos el valor de la música grabada, defendemos los
derechos de los productores de música y coordinamos las acciones para un
mejor conocimiento de nuestro trabajo. Tal y como está la
situación actual, buena parte de nuestros esfuerzos se centran en
luchar contra las descargas ilegales masivas en la Red y en sensibilizar a
agentes políticos y sociales acerca de este hecho.
“Éste es un
sector industrial que, tras ocho años consecutivos de caída en ventas, se ha
desinflado en el primer semestre de 2009 un 30%, con respecto al
mismo periodo del año anterior”
Sensibilizar y educar al público en general, además de exigir a las administraciones que
abandonen su pasividad flagrante y tomen cartas en el asunto. Éste es un
sector industrial que, tras ocho años consecutivos de caída en ventas, se ha
desinflado en el primer semestre de 2009 un 30%, con respecto al
mismo periodo del año anterior. Ante una sangría de estas dimensiones, es
imposible que se consoliden los nuevos modelos de negocio que
desarrollamos y que ya funcionan en el resto de países civilizados.
Lamentablemente, vemos muy lejana la salida de la crisis y todo lo que conlleva, como pérdida diaria de empleos y empobrecimiento general de la música.
Creemos que hay que tomar medidas, algo que hasta ahora no
se ha hecho. Corresponde a los gobernantes decidir cuáles, pero lo primero que hemos de conseguir es que la ley nos
respalde. Luego, que se aplique correctamente. Se cometen ataques continuos contra la propiedad intelectual de distinto calado y la justicia tendrá que pronunciarse según cada caso.
“Se cometen ataques continuos contra la propiedad intelectual de distinto calado y la justicia tendrá
que pronunciarse según cada caso”
Nos apretamos el cinturón, como cualquier otra empresa, y agudizamos la imaginación. Pero también reducimos la inversión en nuevo talento,
se destruye empleo y se corta el lanzamiento de proyectos muy
interesantes y originales pero que, en esta coyuntura, se vuelven imposibles. Habremos cometido errores, igual que todo el mundo, pero el esfuerzo que realizan nuestras empresas para diversificar sus productos es digno de futuros estudios económicos. Los principales lanzamientos discográficos se ofrecen al consumidor en cuatro o cinco versiones diferentes: edición convencional, con DVD, de lujo, descargas digitales… Nos dejamos la piel para que todos los aficionados puedan acceder al tipo de disco que esperan. El problema son quienes, con menos escrúpulos y ninguna contemplación, prefieren optar por el “gratis total”, aunque sea a costa de arruinar la forma de vida de los artistas y compositores a quienes dicen admirar.
“El problema son quienes prefieren el ‘gratis total’,
aunque sea a costa de arruinar la forma de vida de los artistas y
compositores a quienes dicen admirar”
Salvo cuatro grandes compañías, la mayoría de los socios
son pequeñas y medianas empresas del sector, hasta representar a un 94% del mercado español actual.
Los problemas son comunes para todos, igual que el
esfuerzo por buscar nichos de mercado y multiplicar las posibilidades de
desarrollo de nuestros músicos, pero se agudizan mucho más cuando el
poder económico es menor y la supervivencia de la empresa depende de
que los tres o cuatro lanzamientos que se hacen al año sean respetados por la
piratería y permitan recuperar la inversión realizada para seguir
adelante un año más.
En el caso de las discográficas pequeñas, una de sus principales estrategias
ahora es la internacionalización. En mercados más saneados y sin los
escalofriantes índices de fraude que padecemos en España, las compañías
pequeñas encuentran una salida, que aquí se les niega, para artistas
más minoritarios.
“Ante la inacción de los poderes públicos, se ha instalado en el subconsciente colectivo la idea de que ‘no pasa nada’ por bajarse un disco”
La conciencia depende de cada persona, pero ante la inacción de los poderes públicos, se ha instalado en el subconsciente colectivo la idea de que “no
pasa nada” por bajarse un disco, 50 ó 10.000, sin el permiso
de quienes han invertido muchísimas horas y todo su talento en grabarlos. La
industria ha perfeccionado y diversificado sus ediciones y modelos de
negocio, pero el “gratis total” es un precio imbatible…
En este país se ha instaurado la idea de que el mero hecho de pagar por una
conexión a Internet es un pase VIP gratuito para acceder a todos los
contenidos sin pasar por la “taquilla” en ningún momento. Cuando uno se
plantea esto, la conciencia se la ha dejado en casa hace tiempo.
“En mercados más saneados y sin los
escalofriantes índices de fraude que padecemos en España, las compañías pequeñas encuentran una salida”
No, no lo es. En este ámbito también hemos diversificado aún más nuestra producción. Una novedad discográfica no cuesta más de 15 euros, y a los tres meses de su lanzamiento su precio se ha reducido sensiblemente. Es un coste razonable; muy inferior al precio de una novedad literaria, pese a que los libros gozan de un IVA cultural del 4% y nosotros padecemos un gravamen del 16%, que será del 18% el próximo año.
En unos pocos meses, quienes no tengan tanta
urgencia por hacerse con un álbum podrán conseguirlo en las “series
medias” a un precio competitivo, de unos siete euros. Incluso muchas compañías han implantado una especie de “ediciones de
bolsillo”, con una presentación más escueta, que permite conseguir las
novedades muy poco después de su publicación también a menos de siete
euros. Y no hablemos de lo sencillo que es descargarse una canción,
de forma legal, a menos de un euro. Decir que los discos son un
producto caro es una falacia. Pero, insisto, cueste lo que
cueste un disco, siempre será más que el “gratis total” de las descargas ilegales.
“Decir que los discos son un
producto caro es una falacia”
Estoy convencido. Y no sólo ocurre con la música, sino también con el resto de actividades culturales y creativas, ya sea la literatura, las artes plásticas o la interpretación. Uno de nuestros principales activos económicos, en términos de exportación, es la cultura. Pero ni la Administración pública ni una parte de la población parecen conscientes de ello. Desde Promusicae
intentamos ser a la vez reivindicativos y didácticos a este respecto. Ojalá contáramos con la complicidad y el apoyo de las autoridades educativas.
¿Cómo va a ser Internet una amenaza? La Red constituye, a buen seguro, la
mayor revolución tecnológica y social que ha vivido la humanidad hasta la
fecha, por lo que la consideramos un cauce muy aprovechable para difundir y
hacer accesible la música. Hoy podemos adquirir discos o canciones de
difícil
localización con unos pocos clics y absoluta inmediatez. El
problema son “las reglas del juego”. Nosotros abogamos por un modelo
sostenible, por un comercio elelectrónico en el que el esfuerzo y el trabajo
tienen su recompensa.
“Nosotros abogamos por un comercio electrónico en el que el esfuerzo y el trabajo
tienen su recompensa”
En su última versión, la novena, iTunes incentiva la
compra de discos completos con una fórmula denominada iTunes LP. Los
internautas que adquieren todas las canciones de un álbum obtienen
elementos de valor añadido, como vídeos, temas extras, fotografías o
documentación. Siempre hemos pensado que la mejor manera de
conocer a un artista es si se aprecia el álbum en su conjunto, con
distintas composiciones, un orden determinado de escucha, una
intencionalidad global… A mí me gusta escuchar discos completos, pero que cada cual escoja la opción que más le llene.
Me parece magnífico. En Emusic también se pueden descargar las
canciones una a una, pero es cierto que, al contar con precios muy
competitivos, abundan los usuarios que optan por pulsar la flecha de
“Descargar todo”. Emusic es una caja de sorpresas, otra fuente inagotable
más de posibilidades para el melómano, y con una relación calidad-precio
muy atractiva, sin duda.
“El directo necesita en buenaMito. Leyenda urbana. El artista siempre ha tocado cuando tenía canciones
medida del disco”
que ofrecer, discos que presentar. La música en vivo tiene un atractivo
deslumbrante porque, como todo lo que sucede en un momento concreto
ante nuestros ojos, es único e irrepetible. Pero el atractivo de un artista se
alimenta a través de su producción discográfica. El directo necesita en buena
medida del disco.
Es otra opción muy interesante, con millones de canciones a nuestro alcance que
podemos escuchar de forma gratuita, con publicidad, o mediante una
pequeña cuota mensual, en cuyo caso se ahorran los anuncios. De
nuevo, la industria de la música multiplica las opciones del usuario. Spotify permite descubrir artistas y discos y me consta que algunos escuchan estos en Spotify y luego acuden a las tiendas para adquirirlos.
El streaming es una alternativa legal y Emule es una
aberración, un abuso, un pisoteo para quienes aspiran a vivir de su
inspiración y su talento. El streaming es una de las muchas alternativas positivas
que, como mencionaba antes, ofrece el nuevo marco tecnológico. Brinda
formas legales de acceso a la música impensables hace sólo cinco años.
“¿Conoce muchos sectores productivos que hayan hecho un ejercicio público de humildad semejante al nuestro?”
No conozco muchos sectores con mayor capacidad para la autocrítica que éste. Hemos cometido errores, como todo el mundo, pero no hemos dudado en reconocerlos. No mencionaré casos concretos, ¿pero conoce muchos sectores productivos que hayan hecho un ejercicio público de humildad semejante? Puede que nuestros primeros pasos en la Red estuvieran guiados por una intuición algo desconcertada, como sucede con cualquier situación novedosa, pero a día de hoy estamos muy volcados en Internet y hemos demostrado una gran capacidad de innovación. Sólo nos falta, insisto, jugar en igualdad de condiciones. Frente al expolio no hay manera humana de ser competitivos. Si comparamos la situación de esta industria respecto a la comercialización en la Red con cualquier otra (libros, películas, software, etc.), veremos cómo el volumen que representa el negocio digital sobre la cifra total triplica o cuadruplica la que se da en estos otros sectores.