La Federación Española de Recuperación y Reciclaje (FER) es el principal representante del sector de la recuperación y reciclado de bienes fuera de uso, según su directora general, Alicia García-Franco. En este grupo destacan los vehículos fuera de uso (VFU), los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), los envases metálicos (tanto de aluminio como de acero), los neumáticos fuera de uso (NFU), las baterías de plomo y los residuos de construcción y demolición con un componente metálico. García-Franco reconoce que todavía queda mucho margen de mejora en la recogida y reciclaje de residuos en España, pero destaca los avances registrados en los últimos tiempos. “Cada año se reciclan cerca de ocho millones de toneladas de residuos metálicos. Para hacerse una idea, representan una fila de 400.000 camiones llenos”, apostilla la directora de la FER.
“En 2009, la FER recicló más de un millón de toneladas de material de vehículos fuera de uso en España”
Se pueden dar diversas cifras llamativas. En 2009, a través de la red de plantas fragmentadoras integradas en la FER, reciclamos más de un millón de toneladas de material procedente de los vehículos que se dieron de baja en España. No podemos olvidar que el 80% de los coches está fabricado con metales (acero, aluminio, cobre y plomo, de manera principal). Del mismo modo, los miembros de la FER reciclaron 250.000 toneladas de RAEE. Entre estos materiales, destacan tanto la línea blanca (lavadoras, frigoríficos, lavavajillas) como la electrónica (ordenadores, televisores, etc.). También se reciclaron más de seis millones de toneladas de acero y otros metales procedentes de la demolición.
Las empresas de FER captan y recogen los bienes fuera de uso, de ahí la “recuperación”. Una vez en nuestras instalaciones se lleva a cabo un pormenorizado y cada vez más tecnificado proceso del que se obtienen materias primas recicladas que puedan consumir diferentes industrias, de ahí el “reciclaje”.
“La ley obliga a reciclar, como mínimo, el 75% de los grandes electrodomésticos y el 65% de los equipos informáticos”En ciertas líneas de residuos hay materiales que no son reciclables al 100%. No obstante, la FER lleva a cabo una gran actividad investigadora y de innovación continua que hace que la fracción no reciclada, a pesar de ser ya bastante pequeña, sea cada vez menor.
Estos porcentajes varían según cada tipo de residuo, porque cada norma que los regula especifica qué porcentajes mínimos se tienen que cumplir en unos determinados periodos de tiempo. Para grandes electrodomésticos (lavadoras, microondas, frigoríficos, etc.) se tiene que reciclar un 75%, o el 65% de reciclaje para los equipos informáticos.
“El sistema español de reciclado de vehículos fuera de uso se encuentra entre los más avanzados de Europa”Depende mucho del residuo. En el caso de los VFU, el sistema español se encuentra entre los más avanzados de Europa: cumple con todos los objetivos marcados por la Directiva Europea y con muy buenas perspectivas de cara al futuro. También es muy positiva la posición en RAEE. La interacción entre el sector del reciclaje y los centros especializados de gestión y tratamiento hacen de España uno de los países con un sistema más completo.
Sin embargo, la otra cara de la moneda son los NFU. Pese a contar con una red de empresas recicladoras de primer orden, la reciente legislación sobre el uso de la granza de neumático en la construcción de carreteras (en la banda de rodadura), unida a otra serie de limitaciones, provoca que España se convierta en uno de los países con una menor proporción de neumáticos reciclados.
Los residuos más reciclables son los metálicos, ya que por sus características físico-químicas pueden fundirse una y otra vez con las mismas propiedades. Además, dadas las propiedades magnéticas de atracción (férricos) o repulsión (no-férricos), su separación de otras corrientes de residuos es sencilla.
La situación de los residuos en España dista mucho de ser perfecta, pero se ha avanzado de manera enorme en los últimos años. Por desgracia, ha habido grandes carencias en el campo de la comunicación a la ciudadanía. Esto ha supuesto que aspectos que fueron negativos hace décadas y que hoy están solventados sigan con una imagen bastante mala para las asociaciones de defensa de la naturaleza y, en general, para la sociedad.
“La tasa de reciclado de residuos plásticos está lejos de alcanzar a las de los metales o el papel”Los vertederos: cada vez se parecen más a depósitos temporales donde conservar los residuos de manera controlada a la espera de una solución, que a pozos sin fondo donde enterrarlos para siempre. Además, son cada vez más las líneas de residuos que, en lugar de ir al vertedero, se conducen a plantas de reciclado.
Del mismo modo, se tiene la imagen de las incineradoras como plantas contaminadoras y malolientes. Pero es algo que dista mucho de la realidad, ya que los constantes controles y mediciones aseguran la salubridad de estas instalaciones. Muchas veces se identifica el “olor” de la incineradora con el del vertedero tradicional que se encuentra junto a ella.
La legislación, cada vez más exigente, ha impulsado al sector recuperador a mejorar de forma continua. Este hecho ha supuesto un aumento de las cantidades de materiales reciclados en España. Las cifras serán cada vez más elevadas en los próximos años, ya que además las nuevas tecnologías nos permiten obtener unos resultados más satisfactorios. Además, la legislación actual obliga en muchos casos a reciclar materiales de escaso valor pero muy contaminantes, para evitar que terminen en los vertederos y dañen el entorno. En este caso, es necesario que los productores que pongan en el mercado bienes con unos costes de reciclaje negativo (el reciclaje cuesta más que el valor del material reciclado) financien los extracostes.
“Los constantes controles y mediciones aseguran la salubridad de las incineradoras”La colaboración de todos los ciudadanos es el principal factor que permitirá obtener mejores niveles de recuperación. Sin su aportación, las posibilidades de llegar a los niveles de reciclado exigidos por la ley serán casi nulas. Las empresas del sector del reciclaje y las administraciones debemos lanzar este mensaje de concienciación para que todos entendamos este trabajo como una obligación en beneficio del medio ambiente y, sobre todo, de las generaciones futuras.
Los objetivos medioambientales que se tienen que alcanzar, tanto en la recogida de residuos como en sus niveles de valorización y reciclado, serán más ambiciosos o establecen unos requisitos técnicos mucho más avanzados. Además, la nueva ley de responsabilidad ambiental tendrá grandes repercusiones en nuestras empresas, y ya trabajamos para paliarlo.
“La colaboración de todos los ciudadanos es el principal factor que permitirá obtener mejores niveles de recuperación”La respuesta ha sido una gran evolución en la que se ha profesionalizado. Se ha transformado de una actividad vista como marginal hasta un proceso productivo industrial de primer orden. La utilización de maquinaria y el desarrollo de nuevas tecnologías es usual para adaptarse.
La FER nació en 1982 y día a día ha crecido con la continua entrada de nuevos socios (en la actualidad superan los 230) que han dado cuerpo a una fuerza institucional que representa a todo el sector de las empresas españolas dedicadas a la recogida, gestión y tratamiento de diversos bienes fuera de uso.
La Federación ejerce una importante labor de representación del sector recuperador de cara a la Administración. Una muestra de ello es que desde hace años participa en temas tan importantes como RAEE, VFU, la responsabilidad ambiental y otras cuestiones relacionadas con la aplicación y modificación de la cada vez más compleja y exigente legislación medioambiental. Del mismo modo, hay también una continua línea de trabajo con el Ministerio de Medio Ambiente, en relación con los elementos radiactivos que de manera accidental pudieran aparecer en la chatarra.
En otros ámbitos, la FER negocia el Convenio Colectivo del Sector de la Recuperación de Residuos y Materias Primas Secundarias. En su labor de representación, forma parte de diversas asociaciones nacionales, europeas e internacionales.
Alicia García-Franco es la directora general de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje desde el pasado mes de julio. Desde 1995, fue secretaria general de esta misma Federación. Es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y Diplomada en Derecho Ambiental por el colegio de Abogados, y cuenta con un máster en Gestión Ambiental de la Universidad de Comillas y un máster en Asesoría Jurídica de Empresas de la escuela de negocios Instituto de Empresa.
Hasta su nombramiento como directora general de la FER, Alicia García-Franco ha desarrollado su trayectoria profesional como socia directora del departamento Mercantil y directora del área de Recursos Humanos y Marketing del despacho de abogados Tax & Law, un cargo que ha compaginado hasta la fecha con la Secretaría General de la federación y con diversas labores de asesoramiento jurídico.
En la actualidad, García-Franco también es miembro de las juntas directivas de la Federación Europea de Recuperación de Metales Férricos (EFR) y de la Federación Europea de Recuperación de Metales no Férricos (EUROMETREC).