Entrevista

Julio Delgado, presidente del Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC)

Entre el 70% y el 80% de los casos de asma son de origen alérgico
Por Clara Bassi 9 de abril de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

El asma es una enfermedad que afecta a entre el 7% y el 10% de la población y que podría tener su origen en la denominada “teoría de la higiene”, según la cual la excesiva obsesión por vivir en un ambiente limpio, higiénico y libre de microorganismos podría alterar el sistema inmunológico y hacer que este respondiera de forma exagerada frente a ciertos estímulos. De esta forma, se originarían los casos de asma alérgica, que son la mayoría: se estima que entre el 70% y el 80% de los casos de asma son de origen alérgico. Aunque la “teoría de la higiene” es un tanto controvertida, diversos estudios ya han demostrado que convivir en un entorno rural o de granja, con animales y dentro de una familia con varios hermanos protegería frente al desarrollo de enfermedades alérgicas (como el asma de tipo alérgico), mientras que haber crecido en un entorno urbano y en una familia pequeña se ha relacionado con más casos de alergias. A pesar de ello, no hay que abandonar medidas como la vacunación de los niños. Otro aspecto importante con respecto al asma es mejorar su diagnóstico y su control, según expone en esta entrevista Julio Delgado, presidente del Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y médico adjunto del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla, con motivo de la reciente celebración de la jornada “Espacio Asma”, patrocinada por Chiesi.

¿Cuántas personas padecen asma en España?

Se calcula que entre el 7% y el 10% de la población general, y algo más en el caso de los niños.

¿El asma está en aumento?

En las últimas décadas no se ha observado una incidencia mayor, aunque esta varía según los países y determinadas zonas geográficas. En los países occidentales, sí que ha habido un aumento hasta los años 80 y, desde entonces, se ha mantenido la prevalencia. Un dato que merece la pena destacar es que el 2% del gasto sanitario total está relacionado con el asma, lo que supone un porcentaje muy alto. Además, hay que tener en cuenta que esta enfermedad afecta a población muy joven, que tiene muchos años de vida por delante, y a un número importante de personas.

¿A qué es debida esta enfermedad?

“La obsesión por evitar los microorganismos impide la maduración del sistema inmunológico y produce enfermedades alérgicas”

La mal llamada “teoría de la higiene” hace referencia a que determinados estilos de vida podrían proteger frente al asma entendida como enfermedad alérgica. Probablemente, entre el 70% y el 80% de los casos de asma sean de origen alérgico y la tendencia es que se produzca un aumento de las enfermedades alérgicas, también el asma. Esta teoría de la higiene se basa en que algunos estilos de vida podrían afectar al desarrollo de determinadas enfermedades alérgicas. El estudio básico es de David Strachan, quien lo publicó en ‘British Medical Journal’ en 1989 (David P. Strachan Br Med J 1989;299:1259-60), por lo que ya hace cerca de un cuarto de siglo que se habla de ella. Según esta, las personas que han crecido en familias con hermanos y poblaciones rurales desarrollan menos enfermedades alérgicas que las familias pequeñas y de ambientes urbanos. Aunque los resultados de estudios posteriores han sido contradictorios, algunos de ellos han confirmado que los niños que conviven con animales y en un ambiente de granja, no urbano, desarrollan menos asma, pero no se ha conseguido identificar cuáles son los factores concretos o agentes responsables.

¿Cómo debería, a su juicio, denominarse esta teoría y por qué?

Debería denominarse “Teoría de la Deprivación Microbiológica”, al referirse a estilos de vida que eluden el contacto con microorganismos de forma excesiva y, así, evitaría el considerar la higiene (que ha mejorado las condiciones sanitarias de forma extraordinaria) como un dato negativo. Pero la obsesión por evitar el contacto con microorganismos y estar confinados en ambientes domésticos excesivamente limpios, al igual que en el trabajo o en la escuela, evita la maduración del sistema inmunológico y le produce una alteración que es el desarrollo de las enfermedades alérgicas.

¿En qué consiste esta alteración del sistema de defensa humano?

El sistema de defensa humano está acostumbrado a responder a estímulos, que son las infecciones, durante generaciones y siglos, y ha madurado a base de infectarse. El problema surge cuando esos radares que detectan la infección se disparan frente a estímulos que interpretan como negativos y que no lo son; entonces, el sistema inmune activa su respuesta ante ácaros u hongos. Y esta respuesta se produce de forma exagerada frente a algo que, en realidad, no es un patógeno.

Entonces, ¿cómo hay que actuar?

“Entre el 7% y el 10% de la población general padece asma”

Parece que el contacto con un ambiente con microbios no es tan nocivo. La actitud de los hermanos que crecen juntos, se tocan, comparten juguetes y contraen infecciones no es tan negativa, sino que contraer infecciones forma parte de la normalidad dentro del periodo de maduración del sistema inmunológico. Es normal y habitual que los niños contraigan infecciones al estar en contacto con hermanos u otros pequeños en las guarderías y en los colegios. Por supuesto, hay que aclarar que no hay que abandonar la vacunación. La vacunación protege al organismo y ha conseguido grandes logros en la sanidad pública, y su utilización no facilita que haya enfermedades alérgicas; hay muchos estudios en ese sentido. El niño debe cumplir el calendario establecido y, además, las infecciones que sufra en la infancia le ayudarán a desarrollar su sistema defensivo.

¿Pero se deben frecuentar ambientes donde abunden los microorganismos?

El estilo de vida rural ha demostrado que contribuye a no padecer patologías alérgicas, así como el hecho de convivir con animales, hermanos o amigos; los niños que crecen en estos ambientes podrían estar más protegidos frente al desarrollo de enfermedades alérgicas, como el asma.

Otro tema debatido por los expertos en la reciente jornada “Espacio Asma” ha sido el síndrome de ASA Tríada. ¿En qué consiste este problema de salud?

“El 2% del gasto sanitario total está relacionado con el asma, lo que supone un porcentaje muy alto”

El síndrome de ASA Tríada es una enfermedad con tres manifestaciones, de ahí su nombre: patología nasal, bronquial y sensibilidad a algún medicamento. La patología nasal suele ser la ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno o el metamizol, entre otros. Los pacientes con el síndrome de ASA Tríada tienen una enfermedad muy incapacitante, ya que es un asma muy grave y severa. Es un claro ejemplo de patología sistémica, no limitada a la vía respiratoria, ya que puede afectar a varios órganos y provocar una respuesta de los pacientes frente a estímulos como son los tratamientos antiinflamatorios.

Por precaución, algunos especialistas desaconsejan siempre a los pacientes asmáticos que tomen Aspirina®, pero ¿debería hacerse siempre esta recomendación a todas las personas asmáticas?

Solo a los pacientes con el síndrome de ASA Tríada hay que advertirles de que tengan cuidado porque pueden no tolerar bien esta medicación. Pero los enfermos con esta patología representan un porcentaje pequeño de las personas asmáticas (entre el 10% y 15%).

Un problema habitual con el asma es que está poco diagnosticada.

“El 60% de los pacientes con asma grave no controla la enfermedad”

Sí, en general, está infradiagnosticada. En muchas ocasiones, porque el propio paciente asmático se adapta a su enfermedad y disminuye su actividad física; algunas circunstancias le dificultan la respiración y, poco a poco, pueden tender a la inactividad de forma progresiva. Además, muchos afectados no son conscientes de que es una enfermedad crónica que precisa tratamiento de mantenimiento, aunque se manifieste en episodios de síntomas respiratorios.

Y, además, está mal controlada.

Con esta dolencia ocurre una paradoja y es que se dispone de un arsenal terapéutico muy potente pero, por desgracia, no se consigue controlar en un gran porcentaje: el 60% de los pacientes no consigue un buen control del asma de cierta gravedad y, ante el asma moderada, solo lo hace entre un 30% y un 35% de los afectados. En esto influyen varios factores pero, sin duda, el diagnóstico correcto facilitaría el tratamiento. Además, el paciente asmático debe tomar conciencia de que ha de utilizar el tratamiento de mantenimiento de forma preventiva. Este tratamiento modifica el desarrollo de los síntomas. Pero cuando los pacientes no tienen síntomas, es habitual que piensen que no les hace falta la medicación y solo la utilizan si tienen una crisis o exacerbación, lo que es un error. Hay que aceptar que es una enfermedad crónica. Cabe añadir que más de la mitad del gasto farmacéutico relacionado corresponde a los asmáticos graves mal controlados y muy graves.

Recomendaciones para pacientes con asma alérgica

La entrada en la primavera puede acarrear problemas a las personas con asma de origen alérgico no diagnosticada o mal controlada. Por ello, Julio Delgado dirige a los pacientes asmáticos las siguientes recomendaciones para esta estación:

  • Obtener un correcto diagnóstico etiológico (de la causa del asma) y evitar el alérgeno siempre que sea posible.
  • La inmunoterapia, cuando el asma está bien diagnosticada y cuando se utiliza bien, es el único tratamiento que modifica la respuesta alérgica, mejora la patología e, incluso, puede ayudar a que desaparezca. Aunque es crucial iniciarla cuanto antes, porque cuanto más establecida esté la dolencia, menos eficaz será.
  • En el caso de quienes son alérgicos al polen, es conveniente conocer los niveles de la zona a fin de evitarlos. La SEAICE los publica a diario en la web www.polenes.com.
  • Utilizar cada día el tratamiento de mantenimiento, para evitar las crisis, caracterizadas por síntomas como la tos o el ahogo.
  • Tener en cuenta que cuando se utiliza más de dos veces a la semana un tratamiento de rescate recomendado para las crisis es un signo de que debe realizarse la medicación de mantenimiento o modificar las dosis si ya se usaba.
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