Níger es el país con más casos de matrimonio infantil del mundo. “El 75% de las mujeres se casan antes de cumplir la mayoría de edad”, señala la ONG Plan. Una de cada tres niñas de países en desarrollo estará casada cuando cumpla 18 años. Saa Gado conoce muy bien esta realidad. Es experta en género de Plan Níger y eso significa saber mucho de niñas forzadas a casarse, abusos dentro del matrimonio, embarazos tempranos o complicaciones en el parto. Convierte su trabajo en lucha contra el matrimonio infantil y defiende la educación de las pequeñas porque “las niñas educadas tienen menos probabilidades de casarse y, si lo hacen, es a una edad razonable”.
Las razones más comunes son: el peso de las tradiciones y religiones, la salvaguarda del honor familiar, que en ningún caso puede ser manchado -el embarazo fuera del matrimonio se considera una deshonra-, y la pobreza.
“La educación es un medio eficaz para luchar contra el matrimonio temprano”
La educación es un medio eficaz para luchar contra el matrimonio temprano. Las niñas educadas tienen menos probabilidades de casarse y, si lo hacen, es a una edad razonable. El matrimonio infantil afecta a la vida de las niñas al tener que dejar la escuela y volver a casa. Esto pone fin a su aprendizaje y destruye su oportunidad de continuar los estudios.
En la mayoría de los casos, las niñas viven en silencio el abuso y las relaciones sexuales forzadas. Los padres pueden no estar al corriente de ello porque es un tema tabú. No lo sabrán, a no ser que la niña lo denuncie o hable con alguien. Por pudor, muchas prefieren guardar silencio y aguantar.
“Las consecuencias del embarazo temprano implican complicaciones en el parto e, incluso, la pérdida del niño o de la madre”
Las consecuencias implican complicaciones en el parto e, incluso, la pérdida del niño o de la madre, en especial en las zonas rurales, donde las mujeres no siempre llegan a tiempo a un centro de salud.
En el caso de que el bebé sobreviva, sin la asistencia médica necesaria, la madre puede sufrir fístula. Esto provoca que sea abandonada en primer lugar por su marido y, posteriormente, por su familia. Con probabilidad, terminará en un hospital que, con el tiempo, se convertirá en su familia de acogida.
En muchos casos, las madres de estas adolescentes también vivieron esta situación de un modo u otro. Pudieron ser también víctimas cuando eran jóvenes.
Todo depende del peso de la familia o de la influencia del marido sobre la niña o mujer. Muchas se resignan y se quedan en casa, frente a otras que se divorcian.
Rara vez nos encontramos con niños que son víctimas de matrimonios tempranos. Las niñas son las más afectadas.
Hay muchas maneras de luchar contra el matrimonio temprano y reducir su magnitud: comunicación para un cambio de comportamiento, escolarización y permanencia de las niñas en la escuela, sensibilización de los padres para el establecimiento de un diálogo sobre la educación sexual de las pequeñas, establecimiento de un diálogo con los líderes religiosos y comunitarios sobre los derechos de las niñas en el Islam e incidencia institucional a favor de leyes que las protejan.
Este proyecto tiene un objetivo general, que es promover la educación de las niñas, y varios fines específicos, que pasan por aumentar su acceso a la educación, mejorar la calidad de la enseñanza y el rendimiento de los estudiantes y aumentar la participación de la comunidad en el apoyo a la educación de las pequeñas.
Una de cada tres niñas del mundo en desarrollo estará casada cuando
cumpla 18 años, señala la ONG Plan
Saa Gado tuvo suerte. Pudo estudiar y se licenció en Ciencias Jurídicas por la Universidad de Niamey. Pero en el camino perdió amigas. Quizá demasiadas. “Cada tres segundos una niña es obligada a casarse”, alerta Plan. Algunas de estas niñas eran amigas de Saa. “He crecido rodeada de matrimonios infantiles, incluso en mi entorno más cercano”, subraya.
El informe ‘El derecho de una niña a decir no al matrimonio’ recoge esta realidad, que afecta a una de cada tres pequeñas de 18 años o menos y a una de cada nueve niñas de 15 años o menos. “A pesar de estar prohibido por el derecho internacional relativo a los derechos humanos y por las leyes de muchos países, el matrimonio infantil sigue arrebatando la infancia a millones de niñas en todo el mundo”, denuncia el informe.