Los meses de otoño e invierno son un periodo crítico para la salud. Los cambios bruscos de temperatura, propios de los cambios estacionales, son los principales responsables de los trastornos respiratorios, que afectan a personas de todas las edades, y que a veces degeneran en procesos infecciosos. Los niños y los ancianos son el grupo de población de mayor riesgo, y los que llenarán, con toda probabilidad, durante los meses venideros las salas de urgencias y los centros de salud aquejados de resfriados, tos, bronquitis y otros problemas respiratorios.
La sabiduría popular nos dice con acierto que los resfriados hay que pasarlos guardando reposo y manteniendo el organismo bien hidratado, y ahora más que nunca, para que sea más fácil depurar el organismo a través de la piel y el moco. Afortunadamente, la naturaleza nos brinda la posibilidad de tratar distintas enfermedades a través de distintas plantas medicinales. En el caso de las vías respiratorias, las plantas son numerosas: para calmar la tos, sudoríficas, emolientes o mucilaginosas para favorecer la expulsión del moco.
El marrubio es una de ellas, y se considera un buen remedio contra la tos. Parece ser que el nombre científico de Marrubium deriva del hebreo «Mar», que significa amargo y «Rob», jugo, dado su particular sabor amargo. El marrubio crece en principalmente en regiones de la zona mediterránea, y es muy habitual encontrarlo en los bordes de los caminos, junto a muros, etc.
Propiedades: Son las sumidades floridas las que concentran en mayor proporción los principios activos de la planta que la convierten en un eficaz remedio contra las afecciones respiratorias. El principio activo está constituido por la marrubiína. Además, abundan otros componentes como marrubiol, peregrinol, vulgarol, flavonoides, taninos, mucílagos, sales minerales como el hierro y el potasio, así como vitamina C. Los principios amargos del marrubio le confieren las propiedades digestivas y coleréticas (estimula la función de la vesícula biliar).
Indicaciones: Por sus propiedades antitusígenas es una planta especialmente indicada para tratar los resfriados, bronquitis, ataques agudos de asma, y sobretodo, todas aquellas afecciones respiratorias acompañadas de tos, ya que hace más fluidas las secreciones bronquiales. Además, el marrubio estimula el apetito que normalmente se pierde cuando se está resfriado y desganado. Por sus propiedades digestivas, el marrubio se puede combinar con otras plantas para tratar dispepsias, flatulencia, vesícula e hígado perezoso, indigestiones, etc.
Precauciones: En animales de experimentación, el marrubio ha demostrado actividad uterogénica y efecto abortivo por lo que, por prudencia, se desaconseja su consumo durante la gestación.
Plantas con las que combina: Es una planta respiratoria por lo que combina especialmente bien con plantas que tengan propiedades antitusígenas, expectorantes, emolientes y antiinflamatorias, como el tusílago, el saúco, el tomillo, el malvavisco, el gordolobo, la malva, la pulmonaria, el llantén y el eucalipto, todas ellas, plantas respiratorias por excelencia.
Formas de presentación y consejos para su empleo: Dado su carácter antitusígeno, el marrubio se incluye como ingrediente de algunos jarabes para la tos. Asimismo, se pueden aprovechar sus propiedades si se toma en infusión. Para los niños, el marrubio resulta muy útil como remedio contra la tos infantil, aunque a la mayoría, las infusiones les resultan desagradables. Además, el marrubio tiene un particular sabor amargo. Por ello, a los niños se les puede dar un baño con marrubio. Se hierve un kilo de sumidades floridas en 5 o 6 litros de agua. En el momento que rompe a hervir se retira del fuego y se vierte, colado sobre el baño caliente, donde mantenemos al niño hasta que el agua comience a enfriarse. Es importante repetir la misma operación durante dos o tres días para comprobar como la tos va remitiendo. El zumo de la planta fresca mezclada con miel también es una opción interesante.