Periodista y experto en movilidad sostenible, se ha convertido en uno de los mayores defensores del coche eléctrico en España. «Desde hace años solo conduzco vehículos eléctricos, y gasto hasta diez veces menos de lo que gastaba cuando tenía uno de combustible tradicional«, afirma Arturo Pérez de Lucia. Nacido en Nueva York de padres españoles, cuando abandona su trabajo de director de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE), reparte su tiempo libre entre el submarinismo y el boxeo. En esta entrevista reflexiona sobre las ventajas y los grandes retos que afronta el coche eléctrico y que, reconoce, frenan su empuje.
Si va a usar un coche, especialmente por ciudad, lo primero es analizar qué opciones de movilidad tiene a su alrededor y pensar si realmente necesita comprar uno. Cada vez existen más opciones de transporte público colectivo: entre ellas, el metro, autobús, tren cercanías y metro ligero. Pero también están los taxis y los vehículos de transporte con conductor (licencias VTC) y soluciones como los sharing (vehículos compartidos) de bicicleta, moto y coche. Incluso se puede usar un patinete. No hay que olvidar que, al margen de los problemas medioambientales derivados de la combustión de los vehículos, existe un gran problema en entornos urbanos, como el de la congestión, que también es necesario resolver.
Si aun así se llega a la conclusión de que es necesario adquirir un coche, hay que analizar los kilómetros que se realizan habitualmente. Pero la mejor opción será, con muchas posibilidades, uno eléctrico. Ya existen en el mercado vehículos con autonomías por encima de los 400 kilómetros; más que suficiente, ya que el 85 % de la población realiza menos de 50 kilómetros diarios.
“Con coche eléctrico es posible aparcar sin pagar en zonas de estacionamiento regulado y los peajes son gratuitos”Aunque se tiene la idea de que el coste de un coche es su precio de venta, cuando uno sale del concesionario comienza una cascada de costes recurrentes que pueden suponer, para un vehículo tradicional, duplicar su precio inicial. Por el contrario, en el eléctrico estos costes son casi inexistentes, ya que apenas tiene mantenimiento, su precio de recarga es hasta diez veces más barato que el coste del combustible y existen ventajas adicionales, como el hecho de que es posible aparcar gratuitamente en zonas de estacionamiento regulado y los peajes son gratuitos.
Conviene tener en cuenta que la principal recarga es la que se hace en el hogar o en el lugar de trabajo, que da respuesta a más del 80 % de las necesidades. Esto es difícil de entender para un usuario de vehículos de combustión, porque la única manera de que su vehículo funcione es acudiendo a una estación de servicio a repostar.
Estamos trabajando en ello. Hay un proyecto para desplegar una red de recarga rápida que permita a cualquier vehículo eléctrico recorrer distancias medias y largas sin problemas. Si todo va bien, a finales de 2019 tendremos un mallado básico de infraestructuras de recarga rápidas en las principales vías y autopistas españolas.
Ventajas hay muchas: entre ellas, la reducción de emisiones contaminantes y acústicas, el confort de su conducción, las prestaciones de aceleración y de respuesta. Pero, entre todas, destacaría el ahorro: aunque su coste de venta inicial sea algo superior, el gasto de mantenimiento y uso posterior es mucho menor.
“Parkings de rotación, centros comerciales y otros edificios están instalando puntos de recarga para los conductores sin plaza de aparcamiento propia”Quizás el más importante es que si no dispones de una plaza de aparcamiento propia, en la que instalarte un punto de recarga, es más complicado tener un coche eléctrico, ya que la principal recarga es la que se realiza en el hogar o en el lugar de trabajo cuando el vehículo permanece estacionado. Por fortuna, los aparcamientos de rotación, centros comerciales y otros edificios del sector terciario están instalando puntos de recarga en sus zonas de aparcamiento que permiten a los conductores sin plaza de aparcamiento propia la posibilidad de recargar sus vehículos.
Hay que tener en cuenta que hablamos de un sector disruptivo, no tanto en lo tecnológico, pues vehículos eléctricos existen desde hace más de un siglo, sino desde su implementación social. Esto es algo que antaño superaron tecnologías como la telefonía móvil o el ordenador portátil. La mayor barrera es la falta de información, unida a la necesidad de disponer de más modelos eléctricos en el mercado y un despliegue de infraestructuras de recarga rápida que, por suerte, ya se está desarrollando.
“El vehículo eléctrico es ya la opción de movilidad rodada medioambientalmente más sostenible”Los objetivos de descarbonización del transporte son tan ambiciosos que la electrificación es la única opción viable para poder alcanzarlos. Según estudios de mercado, en 2030 tendríamos que disponer de dos millones de vehículos matriculados y en 2050, de hasta seis millones. Actualmente existe un parque de unos 40.000 vehículos eléctricos, así que es cuestión de echar números para saber lo que tenemos que correr en estos años, porque es mucho.
Creo que hay una enorme desinformación al respecto. El 70 % de la electricidad del mix energético español está libre de CO2, sumando las renovables y la energía nuclear. Todo ello sin tener en cuenta los objetivos previstos de incremento de energías renovables en España.
El vehículo eléctrico es ya la opción de movilidad rodada medioambientalmente más sostenible. Ofrece eficiencias por encima del 90 % respecto a los vehículos de combustión, cuya eficiencia ronda el 25 %.
Desde hace años, yo solo compro y conduzco vehículos eléctricos. Y ahorro con respecto a lo que me costaba mi coche de combustión cuando lo tenía. Recorro una media de 1.500 kilómetros mensuales por los que pago entre 20 y 23 euros al mes en electricidad, diez veces menos de lo que me supondría usar combustibles fósiles. Sin duda, los vehículos eléctricos seguirán evolucionando.