Convencido absoluto de la necesidad de la ampliación del permiso de paternidad a 16 semanas, el abogado laboralista David Navarro espera ahora, tras su aprobación por parte del último Consejo de Ministros, que patronal y sindicatos se pongan manos a la obra para impulsarlo. Considera que esta medida beneficia a nuestro mercado laboral, ya que equipara a hombres y mujeres a la hora de tener un hijo. Y, en su opinión, demuestra que “nuestro sistema es envidiable, al permitirnos gozar de un magnífico sistema contributivo como trabajadores y, ahora, también como padres”.
“A nivel laboral, con el nuevo permiso de paternidad nuestro mercado ganará en calidad”
Por supuesto. Todo padre y toda madre quieren disfrutar de sus hijos por igual, y con una razón tan clara como esta ¿por qué privarse de hacerlo uno frente al otro? ¿Queremos estar los padres menos con nuestros hijos que las madres? En mi caso, y en el de muchos, claramente no. Sin embargo, creo que estos temas están bastante politizados y llevan a la opinión pública a confusión. Este tipo de medidas son estudiadas por especialistas con conocimientos exactos de la capacidad que tiene la bolsa de la Seguridad Social para soportar los gastos que este tipo de prestaciones ocasionan. Además, existe lamentablemente un desconocimiento importante por la mayoría de los ciudadanos al respecto de dónde sale el dinero para pagar esta prestación. Muchos piensan que procede de los bolsillos de los trabajadores para cualquiera (normalmente aluden a los que no trabajan y cogen este permiso para trabajar menos), y no es así. Este permiso sale de las contribuciones a la Seguridad Social que hacemos los trabajadores y sirven para mantener a los demás trabajadores cuando se encuentran con la necesidad de cuidar a sus hijos.
En el plano personal, nos sentiremos libres de disponer de más días para disfrutar de nuestros recién nacidos. Y con todos los derechos que la ley nos confiere, no solo a nivel asistencial, sino a nivel legal, porque nuestro ordenamiento laboral califica como nulos los despidos discriminatorios por haber hecho uso de este tipo de permisos. Por otra parte, a nivel laboral pienso que nuestro mercado ganará en calidad, ya que evitaremos -un paso más, pero sin haber llegado a la meta- un motivo más de discriminación a la mujer. Se entenderá la maternidad y la paternidad como algo igual para la mujer y para el hombre.
“Para el año 2019 serán ocho semanas de permiso; para 2020, 12; y para 2021, 16 semanas”
Tengo mis reservas porque todavía queda un escollo. ¿Por qué nuestra sociedad ha entendido que las medidas de protección y cuidado a nuestros menores (y a nuestros mayores) tienen que ser siempre llevadas a cabo por la mujer? La reducción de jornada por cuidado de hijos hasta los 12 años de edad, la excedencia por cuidado de hijos menores de tres años o la reducción de jornada para el cuidado de hijos con enfermedades graves no se crearon para que solo las utilizara la mujer. De hecho, no expresan que obligatoriamente ha de ser la madre quien las coja… y parece que todo el mundo entiende que es así. Pienso que, con el paso que hemos dado, ahora sindicatos y patronal deben sentarse para dar un impulso a estas medidas. Con ellas y algunas otras, habremos consolidado el cambio al menos en lo que respecta al ámbito laboral.
A la espera de ver cómo queda la publicación final del real decreto-ley aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 1 de marzo, no hay que olvidar que para el año 2019 serán 8 semanas de permiso; para 2020, 12; y para 2021, 16 semanas. En cualquier caso, de lo leído hasta ahora en los proyectos presentados por los partidos políticos, se establecen cuatro semanas obligatorias para la madre posteriores al alumbramiento que ha de disfrutar obligatoriamente en ese plazo, cosa que es perfectamente comprensible por la necesidad de su recuperación y el cuidado del menor. El resto de semanas las podía disfrutar a continuación del parto cediéndole al padre las que considerase. Ahora, el padre tendrá la obligación de disfrutar obligatoriamente cuatro semanas después del parto o antes si la gestante lo necesita. Y el resto de semanas que restan a ambos podrán repartirlas en función de las necesidades familiares, sin que en ningún caso superen los 12 meses tras el nacimiento. A la espera de leer la norma, es lo que entiendo que ocurrirá.
“A los matrimonios que opten por la adopción o acogimiento, las medidas les han de repercutir igual”
En principio solo lo serán las cuatro primeras, y el resto a disposición de los cónyuges, pero en igualdad de condiciones, sin poder cederse semanas. O eso espero, porque si no, volveríamos a dar un paso atrás. No debemos olvidar la regulación que tendrán los matrimonios que opten por la adopción o acogimiento, que por supuesto las medidas les han de repercutir igual, salvo pequeñas excepciones en materia de disfrute.
Debemos tener confianza en las personas que están detrás, que son las verdaderamente conocedoras de nuestra situación económica en cuanto a la Seguridad Social se refiere. A mayores, tenemos a la patronal y los sindicatos que trabajan día a día por nuestro mercado de trabajo, y deberíamos darles la confianza que merecen. Nuestro sistema es envidiable. El Pacto de Toledo fue un ejemplo para el mundo entero en materia de responsabilidad y concordia en materia de Seguridad Social. Gracias a los que lo hicieron posible, hoy en día todos los trabajadores gozan de un magnífico sistema contributivo, por lo que, si lo disfrutamos como trabajadores, ¿por qué no poder hacerlo también como padres? Creo sinceramente que este tipo de medidas tan necesarias para el trabajo se están llevando a las dichosas “izquierdas y derechas” de siempre. Estamos cayendo en la misma trampa de siempre, cuando realmente de lo que se habla es de otra cosa.