Diplomado en Podología por la Universidad de La Coruña, Borja de Yñigo publicó en 2018 una tesis doctoral sobre la eficacia de las mascarillas utilizadas en el ejercicio de su profesión. En la actualidad, atiende solo urgencias en su clínica de Villaviciosa (Asturias), dado que la podología es un servicio de salud y de este modo puede ayudar a descargar el sistema sanitario. Algunos casos se pueden resolver de manera telefónica u online, mediante el envío de fotos o vídeos, aunque su actividad se centra en los casos más urgentes. En esta entrevista, le preguntamos cómo debemos cuidar nuestros pies durante el confinamiento, si estar tanto tiempo descalzos en casa nos puede pasar factura y cómo prepararnos para volver a andar evitando lesiones.
¿Cuáles son las principales urgencias que trata estos días?
Principalmente son infecciones que necesitan prescripción antibiótica, úlceras en personas con diabetes que precisan de tratamiento continuado y curas postquirúrgicas de cirugías que se realizaron justo al límite del confinamiento.
¿Cómo debemos cuidarnos los pies en casa en estos días de confinamiento?
Con confinamiento o sin él, siempre hay que cuidárselos igual. Hay que mantenerlos bien limpios e hidratados, mantenerlos secos y utilizar calcetines de fibras naturales.
Muchas personas pasan buena parte del día descalzas en casa. ¿Esto es bueno o tendrá costes a la larga para nuestra salud?
El pie, fisiológicamente, está preparado para caminar sobre terrenos naturales y el de casa es un suelo artificial, por lo que no deberíamos abusar de andar descalzos. Por el contrario, deberíamos andar calzados, sea con zapatillas o alternando con otro tipo de calzado, dada la cantidad de horas que estamos pasando en nuestro hogar. Lo que sí me gustaría resaltar es que las personas con diabetes o las que sufren neuropatías siempre deben ir calzadas, no solo por los gérmenes sino sobre todo porque, por ejemplo, pueden no sentir físicamente que se han clavado cualquier objeto, como una piedra o cualquier elemento que haya en el suelo. Su falta de sensibilidad puede hacer que ese elemento siga en la piel sin que lo noten, les puede ir creando una herida y luego puede darse una infección o incluso una ulceración.
Al trabajar en casa y estar más tiempo sentados, ¿existe más riesgo de empeorar o padecer problemas circulatorios, hinchazón o edemas en los pies?
Absolutamente. Hay que hacer descansos de 15 minutos cada dos horas para intentar hacer ejercicio en la medida de lo posible, aunque sea dar paseos dentro de casa. Cualquier actividad es buena.
¿Cómo podemos estimular los músculos de los pies estos días?
Hay varios ejercicios. Por ejemplo, poner una toalla en el suelo e intentar cogerla y arrastrarla con los dedos de los pies. También vale un bolígrafo. Así ejercitaríamos la musculatura intrínseca del pie. También podemos mover objetos más grandes con el pie, pero haciendo el movimiento desde el tobillo. Así se mantiene la musculatura extrínseca.
Los moratones y las ampollas en los pies, ¿son signos de la COVID-19?
Podrían serlo. Hay que estar alerta en este tipo de casos. Los moratones podrían ser hematomas evidentes sin más importancia, pero hay que prestar atención a las lesiones de tipo eritematoso, púrpuras, etc. Estos son síntomas nuevos de los que nos alertaron hace un par de semanas; en mi caso, a través del Colegio de Podólogos de Asturias. Se están detectando casos de este tipo, sobre todo en niños. Y aparte de las lesiones mencionadas, también ampollas, vesículas, erupciones y urticarias. Pueden venir solas o ser múltiples; en diferentes colores (rojo violáceo, blanco, negro); y en diferentes localizaciones, como los dedos o los talones. Nosotros tenemos un protocolo para la recogida de datos de estas lesiones y poder estudiarlas. Muchos de los casos detectados luego se confirmaron cuando dieron positivo en el test de la COVID-19.
¿Cómo podemos preparar nuestros pies de cara a los próximos meses más calurosos?
Hay que utilizar siempre una crema específica para pies y siempre dependiendo de cada tipo de piel: no todo el mundo tiene la piel igual de reseca o igual de hidratada. Yo analizo a cada paciente y algunos pueden necesitar que les prescriba y recete alguna fórmula magistral específica que luego realizan las farmacias. Generalmente, una crema que contenga urea está bien.
Cuando volvamos a la normalidad, ¿qué calzado debemos utilizar?
El que usamos normalmente. El ideal suele ser de más o menos 2-3 centímetros de tacón o de desnivel de la parte de atrás respecto a la de delante del pie, con cordones, cerrado y flexible si es posible.
¿Cómo se pueden curar y prevenir las ampollas y rozaduras en los pies?
Depende. Para prevenirlas hay que usar siempre calcetines de fibras naturales e intentar mantener los pies hidratados y secos. También lo ideal sería utilizar calzado de piel o materiales nobles. Si nos saliese una ampolla, por ejemplo, para curarla dependerá si duele o no duele. Si no hay dolor, no suele ser necesario hacer nada y ella sola se reabsorbe. Pero si duele, hay que tratarla con material estéril, desinfectando la piel previamente y haciendo una cura con desinfectante cutáneo posteriormente.
Ha realizado su tesis sobre el uso de mascarillas. ¿Por qué un podólogo eligió este tema?
Es un tema personal. Antes de empezar a trabajar, prácticamente no caía enfermo, pero, al año de comenzar, empecé a tener episodios de fiebre cada vez más repetidos, incluso muchas veces con bronquitis, y tenía que tomar antibióticos en varias ocasiones al año. Y me acordé de que en la carrera nos comentaron que había una enfermedad profesional llamada el pulmón del podólogo. Pensé que lo que fallaba era la mascarilla, que no filtraba lo suficiente. Entonces decidí ponerme dos mascarillas, la higiénica sobre la quirúrgica, y así prácticamente se redujo toda la sintomatología. El cambio fue drástico. A partir de ahí, decidí investigar y realizar mi tesis doctoral sobre este tema.
¿Hay falta de seguridad en este momento?
Yo no la siento. Quienes abrimos para atender urgencias lo hacemos con todas las garantías. Siempre trabajamos con unos protocolos de desinfección e higiene que ahora reforzamos un poco más. Pero sí que hay compañeros que cuando empezó a gestarse todo esto se encontraron desabastecidos; muchos de ellos, después de hacer donaciones a los hospitales. Les era imposible comprar materiales y EPI por falta de stock y no han podido trabajar estos días atrás.