El ruido de la calle, de los vecinos o del propio hogar puede ser un obstáculo para encontrar tranquilidad en la vivienda. Se considera que a partir de 120 decibelios el ruido supera el umbral de dolor. El sonido normal que llega desde la calle puede alcanzar los 80 decibelios y una lavadora llega hasta los 70. La Organización Mundial de la Salud asegura que el ruido ambiental tiene «efectos adversos» sobre la salud de las personas. La contaminación acústica está en el origen de algunas disfunciones fisiológicas, trastornos del sueño o disminución del rendimiento, entre otras patologías.
Ante estos datos, no extraña que el Código Técnico de la Edificación reserve un capítulo a la protección contra el ruido para «limitar el riesgo de molestias o enfermedades» que éste «pueda producir». Establece el nivel de aislamiento que deben proporcionar las fachadas, las cubiertas, los suelos y las paredes. Los sistemas y materiales son variados. Los más frecuentes son placas de yeso laminado, madera y lana mineral. Otra solución es combinar estos materiales para aprovechar las ventajas de cada uno de ellos.
«En España, la solución representa sólo un 20% del mercado, por lo que tiene todavía un amplio potencial de crecimiento»
Precisamente, la combinación de placa de yeso laminado y lana mineral es una de las soluciones con mayor proyección. Según datos de la sección de Placa de Yeso Laminado de ATEDY (Asociación Técnica y Empresarial del Yeso) y AFELMA (Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes), en 2007 la facturación de este sistema creció un 10% respecto a la de 2006. «De hecho, en España la solución representa sólo un 20% del mercado, por lo que tiene todavía un amplio potencial de crecimiento», aseguran ambas organizaciones.
Rapidez y limpieza
En la actualidad, la cuota de mercado del sistema de yeso laminado con lana mineral es elevada en países como Francia (75%), Alemania (80%) y Estados Unidos (95%). Sus fabricantes destacan como principales ventajas la rapidez y limpieza de ejecución, ya que no necesita rozas para el paso de las instalaciones. Además, presenta una buena resistencia térmica y se emplea tanto en obra nueva como en rehabilitación, para aplicaciones de albañilería interior, tabiquería, trasdosados, techos y suelos.
Las placas de yeso se atornillan a una estructura interna de acero galvanizado y lana mineral
En tabiques, estos están formados por una estructura interna de acero galvanizado, con elementos verticales y horizontales. En el espacio interior de esta estructura se coloca una capa de lana mineral y, a cada lado, se atornillan una o varias placas de yeso, que conforman el revestimiento final o acabado. Es decir, estas placas son las paredes de la vivienda.
Antes de colocar las placas de yeso laminado, ATEDY recomienda que las fachadas, cubiertas y muros de contacto estén totalmente terminados e impermeabilizados, las cajas de persianas colocadas y los huecos exteriores, acristalados. También deben estar instaladas las tomas de agua y electricidad; las ascendentes, bajantes, retornos de las instalaciones y canalizaciones; y los ramales de alimentación a puntos de luz, aparatos sanitarios y radiadores. Por último, los techos han de estar “guarnecidos y enlucidos”, excepto si está previsto realizar techos suspendidos, y los suelos, “terminados y nivelados”.
El espesor de las láminas es de 12,5 milímetros, excepto en zonas húmedas, que alcanza 15 milímetros
Para no dañar ninguna de estas instalaciones, al colocar las placas de yeso es recomendable disponer de los planos de la obra, que indican el lugar exacto que deben ocupar. Posteriormente, se instalan los canales inferiores y superiores, los anclajes y los perfiles verticales, que van de suelo a techo, con una separación máxima de 600 milímetros. El espesor de las láminas suele ser de 12,5 milímetros, excepto en tabiques ubicados en zonas húmedas, que alcanza 15 milímetros.
Por último, puesto que las placas de yeso constituyen las paredes, es recomendable aplicar una imprimación antes de dar el acabado definitivo. Esta superficie admite pintura, papel, tela y alicatado, siempre que se utilice un cemento cola apropiado y los revestimientos no superen un peso de 30 kilogramos/m2 o formatos superiores a 450 cm2, ya que “tendrán que ser objeto de estudio específico”, advierte ATEDY.