La experiencia de ver una película o cualquier programa de televisión en casa se vuelve más fascinante con un sistema de sonido envolvente, que hace sentir al espectador dentro de la escena. Este artículo detalla las claves para disfrutar del sonido 3D en casa, los tipos de altavoces de estos sistemas de sonido y cómo adecuar el sistema de sonido al espacio en casa, y también destaca la existencia de equipos de sonido envolvente con solo dos altavoces.
Disfrutar del sonido envolvente en casa
El desarrollo de la tecnología ha permitido lograr sistemas de sonido que optimizan la experiencia de ver cine o televisión. Es el «sonido envolvente», también llamado surround e incluso sonido 3D. El sonido envolvente se logra a través de la distribución de varios altavoces alrededor de la estancia, de modo que a sus oídos lleguen señales sonoras distintas desde diferentes posiciones.
Por lo general, los dispositivos de «cine en casa» responden al sistema 5.1: cinco altavoces normales y uno para bajos
De este modo, si la fuente de un determinado sonido de la película (o lo que se esté viendo) se sitúa hipóteticamente detrás del espectador, el sonido puede llegarle en efecto desde atrás, y así su experiencia se convierte en mucho más «real».
Tal distribución de los altavoces no puede hacerse de cualquier manera. En las salas de cine está diseñada y diagramada por especialistas, pero si se adquiere un sistema de cine en casa, lo debe efectuar uno mismo. No es difícil: las claves de cómo hacerlo se detallan a continuación.
Tipos de altavoces para el sonido envolvente
Los televisores actuales, así como los reproductores de DVD y Blu-ray, vienen ya preparados para la conexión de dispositivos de cine en casa. Por lo general, estos responden al llamado sistema de sonido 5.1, nombre que hace referencia a la forma en que se distribuye el sonido y, en concreto, al número de altavoces con el que cuenta: cinco altavoces normales y uno especial.
Los altavoces normales son los siguientes:
Uno central: emite sonidos medios o de voz. Su ubicación más apropiada es frente a (o sobre) la pantalla, para que el espectador los reciba de frente.
Dos laterales, uno izquierdo y uno derecho: estos emiten toda clase de sonidos, excepto bajos. Se deben colocar a los costados de la pantalla, en un ángulo no mayor de 30 grados en relación con el eje que une la pantalla y la persona que la mira.
Dos traseros, uno izquierdo y uno derecho: emiten sonidos de ambientación, que no provienen de lo que se ve en pantalla sino de alrededor (por ende, colaboran con el efecto de «introducir» al espectador en la propia escena).
El altavoz especial está destinado a los sonidos graves o bajos (en general, con una frecuencia inferior a los 100 Hz) y por eso se denomina en inglés subwoofer. Se puede colocar en cualquier lugar de la habitación, aunque con cuidado de que no quede muy cerca de una pared o un mueble, lo cual podría generar vibraciones o alteraciones del sonido.
Otros sistemas de sonido
El sistema de sonido más elemental es el monofónico, que emplea un único canal (aunque hayan varios altavoces, todos emiten exactamente el mismo sonido). Luego se desarrolló el estereofónico, que dividió en dos al sonido y permite reproducir una experiencia más natural, dado que el ser humano tiene dos oídos. Sistemas como el 5.1 son llamados multicanal, por tener más de dos canales.
El más difundido en los dispositivos hogareños de sonido es el 5.1, aunque también hay de seis, siete y hasta nueve altavoces normales que incluyen más altoparlantes en los laterales e, incluso, en el techo. También existen sistemas .2 que incorporan un segundo subwoofer en la parte posterior de la sala, es decir, a espaldas del espectador.
Adecuar el sistema de sonido al espacio en casa
La instalación de estos sistemas de audio está sujeta a las posibilidades de cada estancia. En muchas ocasiones no resulta posible (o es muy difícil) colocar los altavoces traseros a espaldas del espectador, dado que el sofá o sillón está pegado a la pared. En otras, el televisor está junto a una pared lateral, debido a lo cual uno de los altavoces laterales deberá estar muy cerca de la pantalla.
En teoría, el espectador debe estar justo en el centro del círculo imaginario formado por todos los altavoces
Otro dato importante es que las fuentes de sonido deberían estar a la misma altura que los oídos del espectador y, también por razones de espacio, esto no siempre es posible. Además, se supone que la persona que ve la pantalla está en el centro del imaginario círculo compuesto por los altavoces. Pero ¿qué pasa si hay varias personas? La experiencia auditiva de cada una será diferente.
En cualquier caso, sería necesario realizar un estudio técnico especializado para comprobar la exacta distribución más conveniente de los altavoces en función del tamaño de la habitación, de los materiales de que están compuestas las paredes, de cuántas personas ven la tele de forma habitual, etc. A falta de eso, lo aconsejable es realizar pruebas con los altoparlantes en diferentes posiciones hasta dar con la que genere la sensación más confortable.
Los problemas de espacio y auditorios numerosos tienen una solución con sistemas que trabajan sobre el sonido y lo configuran de tal manera que, mediante el uso de solo dos altavoces, recrean la experiencia del sonido multicanal. ¿Cómo lo logran? Por medio de leves cambios de fase en la señal sonora. De este modo, a través de casi imperceptibles variaciones y desfases temporales, el cerebro humano tiene la sensación de haber recibido un sonido desde un costado o desde atrás, cuando en realidad le ha llegado desde el frente.
De todos modos, estos sistemas son más caros y constituyen en realidad una solución parcial, ya que el efecto no es tan bueno como cuando se cuenta con varios altavoces y, además, no deja de estar sujeto a la acústica y otras características de la estancia en cuestión. Aunque aporta una ventaja adicional: si se emplean auriculares inalámbricos, se pueden ahorrar cables, se logra el efecto de sonido envolvente en cualquier posición en que la persona se encuentre y, además, se garantiza silencio para alguien que esté en la casa y que prefiera no escuchar el sonido del televisor.