El servicio sanitario de Canadá (CFIA, en sus siglas inglesas) ha ratificado los controles que realiza el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (Senasa) en la miel que se exporta hacia ese destino.
Este reconocimiento se ha producido después de que diera negativo a la presencia de metabolitos de nitrofurano en un análisis realizado por el servicio sanitario canadiense a 16 lotes de miel procedente de Argentina, antes del procesamiento y envasado para la venta al público en Canadá.
Este sistema de muestreo fue acordado por la CFIA y el Senasa durante la reunión del Comité del Codex para la Leche y los Productos Lácteos realizada en Auckland, Nueva Zelanda, el pasado mes de abril, con el fin de medir la calidad de la miel pura argentina, antes de que sean mezclada con mieles de otros orígenes en destino.
El año pasado, los envíos de miel a Canadá sumaron 4.339 toneladas, según el registro del Senasa. De esta manera, más allá de las dificultades por las que atraviesa el sector apícola nacional, se demuestra que el estricto sistema de monitoreo oficial, implementado por el Senasa, están cumpliendo los resultados esperados, es decir, asegurar que la miel exportada esté libre de metabolitos de nitrofuranos.
Los controles previos establecidos permiten que Argentina genere confianza en los países importadores, cosa que evita el cierre de los mercados internacionales a la miel argentina. El Senasa recuerda que la Resolución 353/02 establece la obligatoriedad de que los tambores de miel destinados a la exportación provengan de salas de extracción habilitadas, registradas o inscritas, lo que serán determinado mediante la identificación de los tambores en su zona con el número de sala de extracción.
Este número lo otorga la Coordinación de Lácteos y Apícolas del Senasa y las oficinas locales, mediante la presentación directa de la solicitud de inscripción, registro o habilitación, informa el Senasa.