La «puntilla» es un sistema que utilizan los mataderos para adormecer al ganado antes de sacrificarlo, y que según el Comité Científico Director (CCD) de la Unión Europea (UE) puede suponer un riesgo de transmisión de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB).
Aunque el CCD no dispone de datos concluyentes, asegura que este método puede desplazar materia del cerebro a la sangre, con el consiguiente riesgo de contagio de EEB. Por este motivo, el comité considera que es necesario continuar con las investigaciones sobre el tema y completar las pruebas de las que se dispone hasta ahora.
Asimismo, el CCD ha confirmado que la carne de los carrillos del ganado es segura, mientras que el cerebro y los ojos, entre otros, deben retirarse de la cadena alimentaria. Por lo tanto, de confirmarse la presencia de EEB en cabras y ovejas, será necesario retirar la cabeza entera de estos animales, sea cual sea la edad.
Riesgo geográfico
Por otro lado, Comité Científico Director afirma que la presencia en un país de «scrapie» (variante del mal de las vacas locas en cabras y ovejas) u otra encefalopatía espongiforme transmisible (EET) distinta de la que afecta al ganado bovino, no se debe tener en cuenta a la hora de evaluar el riesgo geográfico de un país de que tenga casos de EEB. Sin embargo, sí se tendrá en cuenta a la hora de importar ganado a otros países.
Por último, mencionar que los científicos han confirmado casos de «vacas locas» de categoría III (nivel bajo) en Finlandia, Austria y Eslovenia y están estudiando la posibilidad de incluir en esta categoría a Grecia y Japón. Además, Gran Bretaña ha aprobado una serie de medidas de destrucción del ganado, como el sacrificio de los animales de la misma edad y del mismo rebaño que el afectado por EEB.