Los ancianos que comen pescado o marisco al menos una vez a la semana tienen menos riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia, según una investigación publicada ayer por la revista «British Medical Journal».
El estudio, hecho por la Universidad Victor Segalen de Burdeos, ha concluido que los ácidos grasos contenidos en el aceite de pescado reducen la inflamación del cerebro y ayudan al desarrollo cerebral y a la regeneración de las células nerviosas.
La investigación se basa en el seguimiento de los hábitos alimenticios y la salud mental de un grupo de 1.674 personas de 68 años de edad durante un período de siete años. Al principio, ninguno de los participantes en el estudio, todos residentes en el sur de Francia, padecía ninguna clase de demencia, pero transcurridos los siete años se detectaron 170 casos de demencia, de los cuales 135 tenían su origen en el mal de Alzheimer.
Aquellos ancianos que habían comido pescado o marisco una vez a la semana, como mínimo, registraron un menor riesgo de padecer demencia que quienes descuidaban el consumo de esos alimentos en su dieta.
Los científicos no pudieron establecer una relación similar entre el consumo de carne y la lucidez mental a edades avanzadas. Comer pescado -concluyen los autores del estudio- tiene un «efecto protector» para el cerebro. Esta hipótesis puede explicar el hecho de que su consumo habitual durante la infancia ayude a conseguir mayores logros académicos, algo ya contrastado por otras investigaciones.