Qué es al ácido ascórbico
El ácido ascórbico o vitamina C es, según señala el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, es un nutriente fundamental, en pequeñas cantidades, para poder mantenernos sanos.
👉 Propiedades
Como señalan estos mismos expertos, debe consumirse a diario por sus cualidades:
- Ayuda a combatir las infecciones.
- Actúa como facilitadora de la absorción del hierro de los alimentos.
- Es esencial para cicatrizar las heridas.
- Mantiene los tejidos sanos.
- Es un antioxidante que previene el daño a los tejidos causado por los radicales libres.
👉 Dónde puedes encontrarlo
El ácido ascórbico se encuentra en las frutas y verduras, sobre todo en los cítricos, las fresas, el melón, los pimientos verdes, los tomates, el brócoli, las verduras de hoja verde y las patatas.
¿Qué pasa si falta vitamina C?
✅ Helicobacter pylori y sus efectos
Es altamente conocido que uno de los principales factores riesgo del déficit de ácido ascórbico es la infección con Helicobacter pylori. De hecho, los pacientes infectados por esta bacteria tienen una cantidad reducida de sus niveles de ácido ascórbico en su jugo gástrico..
Entre los efectos clásicos se puede citar:
- gastritis
- úlcera gástrica y duodenal, las alteraciones mucosas del linfoma de Malt o el cáncer gástrico.
- A ellos hay que añadir el cáncer de páncreas
- afecciones dermatológicas, como la urticaria, según se desprende de estudios de la Universidad de Viena y de los servicios de aparato digestivo y dermatología de los hospitales sevillanos Virgen Macarena y Virgen de Valme, llevados a cabo en los últimos años.
✅ Cómo se contagia la H.Pylori
En los países occidentales, la «Helicobacter pylori» se contagia principalmente a través del contacto humano. pero la preocupación creció en 1998 cuando especialistas de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) descubrieron su existencia en masas de agua dulce como lagos y ríos.
En humanos, este agente patógeno reside en las paredes del estómago y causa las enfermedades liberando una proteína que rompe las uniones celulares de estas paredes.
El tratamiento, según últimos estudios (2019), incluye la posibilidad de incluir una terapia con vitaminas C y E, que ha sido propuesta como adyuvante a la terapia triple estándar para incrementar la tasa de erradicación del Helicobacter pylori.
¿Protege la Vitamina C el estómago?
Muchas personas asocian Vitamina C y gastritis, e incluso piensan que irrita el estómago. Esto es así por asociar el ácido (naranja, limón…) con molestias gástricas. Sin embargo, sucede al contrario: la vitamina C ayudaría a aliviar las molestias ocasionadas por la gastritis.
Además, al contrario que su déficit, la ingesta de vitamina C ha mostrado tener una relación inversa con la aparición del cáncer gástrico, según diversos estudios en personas de alto riesgo. Así, el estudio Vitamina C: protección contra cáncer gástrico (2009) señala que iniciar la ingesta de Vitamina C, dentro del tratamiento contra la bacteria H. Pylori, es un factor protector a la progresión del cáncer de estómago.
En la misma línea una investigación llevada a cabo por la Universidad de California y publicada en la revista Journal of the American College of Nutrition, revela que la «H. Pylori» está presente en el 50% de los mayores de 50 años, aunque sólo entre el 10 y el 15% de quienes la tienen sufren los trastornos que provoca.
Para el estudio, los investigadores analizaron siete mil muestras de sangre de adultos elegidos de manera aleatoria entre los años 1988 y 1994. Desde entonces, se han estado procesando los datos que les llevan a afirmar que existe una relación directa entre los niveles de vitamina C y la incidencia de la bacteria.
«No podemos certificar que la existencia o no de vitamina C prevenga de la infección inicial de «H. Pylori»», afirmaba Joel A. Simon, uno de los artífices del estudio, «pero sí que a mayores niveles de esta vitamina existe mayor potencial de evitar sus efectos como la úlcera de estómago o el cáncer gástrico«, concluía.
Estas afirmaciones se basan en el hecho de que, de los pacientes estudiados que resultaron infectados, aquellos que tenían mayores niveles de esta sustancia eran un 25% menos propensos a sufrir los efectos nocivos de la bacteria.