La cobertura de chocolate se utiliza en repostería para bañar a tartas y pasteles. Esta variedad tiene un alto contenido de manteca de cacao, cuya grasa, una vez cocinada y luego solidificada, proporciona consistencia al producto que se haya napado (o bañado). Para esta tarea no se puede usar otro tipo de chocolate, ya que, por ejemplo, los chocolates a la taza tienen exceso de harina para espesar, y los de consumo habitual tienen poca manteca de cacao. En el mercado se puede encontrar cobertura de chocolate negro, blanco y con leche.
Para preparar la cobertura de chocolate se necesitan 250 g de esta variedad de chocolate y dos cucharadas de nata líquida. El chocolate se derrite al baño María, es decir, se coloca una cazuela grande, no muy alta con agua al fuego, y cuando el agua esté caliente se introduce en la cazuela un cazo o cazuela más pequeña que contiene el chocolate de cobertura y la nata. Se retira del fuego la cazuela grande y se tapa. Se deja reposar hasta que se haya derretido por la acción del calor.
En tartas, pasteles o bizcochos
Si lo que se quiere es bañar pastelitos de bizcocho con nata, se introducen los pastelitos en el baño María con el chocolate y se colocan en un lugar fresco sobre una rejilla de horno para que gotee la cobertura sobrante. Se dejan solidificar antes de consumirlos. Si se quiere napar tartas, se vierte la cobertura sobre las tartas colocadas sobre una rejilla, para poder aprovechar toda la cobertura que gotea.
Por último, si lo que se desea es sacar virutas de chocolate para la decoración de pastelitos o de tartas, se extiende la cobertura sobre una superficie lisa (mármol, acero inoxidable o papel de horno) con la ayuda de una espátula de pastelería lo más fino de grosor posible, se deja enfriar y con la espátula se rasca el chocolate sacando virutas.