Un estudio franco-estadounidense publicado hoy en la revista «Nature» revela que el descubrimiento de los mecanismos de acción en el cerebro de una proteína, la enzima AMPK, podría ayudar a combatir la obesidad y la diabetes tipo 2. Esta proteína actúa como indicador de energía en las células, interviniendo en el control del peso y en el consumo de alimentos, afirman los investigadores responsables del estudio.
Hormonas, niveles de glucosa y ácidos grasos, entre otros, son factores que contribuyen a regular la ingesta de alimentos. Entre las hormonas, la leptina liberada por las células grasas controla la masa corporal al suprimir el apetito. Este papel lo juega en el hipotálamo, la región del cerebro que controla el apetito, e inhibe notablemente la actividad de la AMPK, considerada como una reguladora mayor del metabolismo energético de la célula, según el trabajo.
En sus experimentos con ratones, Pascal Ferré, del Instituto francés de la Salud e Investigaciones Médicas (INSERM), que realizó los trabajos junto a Bárbara Kahn, de la Universidad de Harvard, y otros investigadores estadounidenses, descubrió que mientras la actividad de la AMPK estaba inhibida en el cerebro, los roedores comían menos y perdían peso. En cambio, cuando el nivel de esta enzima aumentaba, consumían más alimentos y engordaban.
Por esta razón, los científicos creen que una mejor comprensión de los mecanismos de acción de dicha proteína, así como de su respuesta a la leptina y a otros signos, como la tasa de glucosa en el cerebro, podría permitir encontrar nuevas formas de prevenir la obesidad y de ayudar a los obesos a perder peso.
Además, en cuanto que la AMPK favorece la entrada de glucosa en las células cuando sus reservas de energía bajan, podría resultar eficaz en la lucha contra la diabetes no insulino-dependiente (tipo 2).