Hablar dos idiomas con fluidez, además de ayudar a manejarse en la vida, permite llevar mejor la vejez y prevenir algunos «debilitamientos cognitivos» que se producen con los años y que se observan más en personas monolingües, según un estudio de la Universidad de York (Canadá), que publica la revista «Psychology and Aging» («Psicología y Envejecimiento»).
Para el experto Ramón Cacabelos, director del Centro de Investigaciones Biomédicas EuroEspes, esto es así porque los bilingües tienen un «mayor rendimiento intelectual» merced al «sobreesfuerzo al que se somete al cerebro desde las primeras etapas de la vida, por tener que trabajar con dos emisoras a la vez».
Cacabelos está considerado como una de las figuras más relevantes en el estudio del Alzheimer, demencia de la que, desgraciadamente, no protege el bilingüismo. «Si fuera así, en las regiones del mundo en las que es común el bilingüismo habría menos incidencia de enfermedades neurodegenerativas».
El experto precisó que bilingüe «sólo se es desde la cuna» y que los idiomas que se aprenden a partir de los 10 años ya no se pueden considerar como lengua materna en lo que se refiere a la actividad cerebral.
El estudio que aparece en «Psychology and Aging», dirigido por Ellen Bialystok, concluye que las personas que han aprendido dos idiomas a la vez desde sus primeros años de vida son más capaces de gestionar su atención frente a un «conjunto complejo de tareas cambiantes».