El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) está desarrollando un proyecto para poner a punto recubrimientos naturales y comestibles, con los que proteger las frutas peladas y troceadas, y de esta manera facilitar su comercialización y consumo.
Las frutas y hortalizas minimamente procesadas, para ofrecerlas al ciudadano a punto de ser comidas, se conocen técnicamente como productos de IV Gama. Se trata de un sistema encaminado a favorecer la venta de estos artículos y a que sean comidos más veces y por mayor número de personas, venciendo las habituales perezas por no pelarlas, así como la incomodidad de ensuciarse o de hallarse en situaciones que no permiten hacerlo.
Con las campañas en marcha para fomentar un consumo de frutas y hortalizas frescas al menos 5 veces al día, se espera que aumente la demanda, por la extensión entre la población de los beneficios para la salud.
Sin embargo, productores y comercializadores de frutas en IV Gama se encuentran frecuentemente con el problema de cómo ofrecer las frutas preparadas sin que se deteriore su aspecto y sus propiedades nutritivas y vitamínicas.
La solución propuesta por los investigadores del IVIA consiste en elaborar estas frutas preparadas envolviendo los trozos en una delgada película que pueda ser consumida también, sin contraindicaciones de ningún tipo y sin que se altere el sabor del producto.
Estos recubrimientos se componen de ceras naturales, azúcares y proteínas, los cuales crean una atmósfera controlada en el interior de la fruta, retardando sus procesos de respiración, oxidación y deshidratación, lo que contribuye a alargar su vida, aseguran los expertos del IVIA. Incluso, añaden, en un futuro próximo serán capaces estos recubrimientos de no hacer necesaria la conservación mediante frío.