El Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña ha inmovilizado de forma cautelar una partida de aceite de oliva mezclado con girasol que la empresa Olis Borges tenía en su fábrica de Tárrega (Lleida) y que había empezado a comercializar en el mercado con el nombre de «Borgefrit».
La mezcla de aceites de oliva con los de semillas, como es el caso del girasol, es una práctica prohibida de acuerdo con la Reglamentación Técnico-Sanitaria de aceites vegetales comestibles (Real Decreto 308/1983).
La empresa, sin embargo, alega que la normativa europea sí permite comercializar esta mezcla de aceites y que, de hecho, ya se realiza en algunos países comunitarios.
Olis Borges asegura que este nuevo producto «es un preparado graso a base de aceite de girasol, que contiene un 15% de aceite de oliva virgen extra y un aditivo antiespumante que, además de mejorar sustancialmente el sabor, beneficia el proceso de fritura».
La compañía se acoge además al Reglamento 1019/2002 (CE) número 1019/2002 de la Comisión Europea, de 13 de junio de 2002, sobre normas de comercialización del aceite de oliva, que ampara los productos que contengan los dos tipos de aceites.
La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) ya había expresado días atrás su preocupación por este nuevo producto al considerar que se aprovecha del «prestigio reconocido, la imagen positiva y la calidad del aceite de oliva, mientras que el valor nutritivo y los efectos favorables para la salud no son los mismos».