El 10% de los españoles sufre dolor de cabeza orofacial y un 75% lo ha padecido alguna vez, según datos de la Sociedad Española de Disfunción Cráneo-Mandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO). Se trata de una patología bastante desconocida que afecta a la zona de la mandíbula y el oído, y puede estar provocada por el estrés emocional o por prácticas como masticar chicle y morderse las unas. Para evitarlo, además de la fisioterapia, los especialistas apuestan por las férulas, unos aparatos que se interponen entre los dientes durante las horas de sueño para disminuir o redistribuir la presión de las mandíbulas.
El dolor de cabeza orofacial está causado por una disfunción cráneo-mandibular (DCM) cuyos principales síntomas son dolor en la musculatura de la cabeza, cuello y espalda, así como en la zona que une la mandíbula con el cráneo. Además, puede manifestarse con ruidos articulares en la mandíbula o limitaciones en la apertura de la boca.
Los síntomas de esta dolencia se pueden manifestar de distintas formas: dormir mal, cansancio, dolor en diversas zonas de la cabeza (ojos, sienes, frente, alrededor de los oídos, nuca y cuello), hormigueo en brazos, mareos y vértigo, zumbidos, ruidos raros y destellos en la vista.
Esta enfermedad afecta a tres mujeres por cada hombre. Algunos médicos explican que esta circunstancia tiene que ver con que los músculos orofaciales de las mujeres son más débiles y los ligamentos tienen menos fuerza.
Estrés emocional
Los factores que provocan esta disfunción son múltiples, aunque uno de los más frecuentes es el estrés emocional. En este caso, el paciente suele aumentar la tensión en los músculos de la cabeza y del cuello, introduciendo una sobrecarga articular y muscular en la zona que provoca el dolor. Otros factores habituales que lo desencadenan son el bruxismo (apretar y rechinar los dientes), masticar chicle con frecuencia o morderse las uñas.
«El problema que tiene esta enfermedad es que no está definido que especialistas tienen que tratarla», comenta Juan Obeso, miembro de la SEDCYDO. Algunas personas que sufren el dolor de cabeza orofacial han entrado en procesos depresivos al no encontrar una explicación a su molestia. «Esto se debe a que se desesperan al visitar a otorrinos, neurólogos y psicólogos y no obtener respuesta», explica Obeso. «Además, el problema aumenta cuando el entorno social no entiende porqué se queja la persona», añade.
Por ello es tan import ante hacer un diagnóstico certero en colaboración con diversos especialistas y descartar otras patologías. «Luego se da paso a un tratamiento para acabar con el dolor y después se actúa sobre el problema», precisa Obeso.