Una investigación realizada por el Hospital Clínico de Barcelona confirma la relación entre la presencia de depresión y una menor supervivencia de los enfermos de cáncer. Según este trabajo, la depresión severa aumenta en 2,6 veces el riesgo de fallecimiento en estos pacientes, por ello los autores inciden en la necesidad de detectar precozmente los trastornos psicopatológicos en los enfermos de cáncer.
Del total de 199 enfermos de leucemia estudiados por expertos del hospital catalán, el 9% (18) padecía depresión severa, el 8,5% (17) tenía síntomas de depresión menor, mientras que el resto (164) no evidenciaba ningún estado depresivo.
Los porcentajes de supervivencia de los enfermos con depresión aguda después de un trasplante de médula fueron del 50%, el 33% y el 33,3% al cabo de uno, tres y cinco años, respectivamente. En cambio, los mismos índices en pacientes sin depresión fueron significativamente más elevados, con un 77,4%, un 60,4% y un 53%.
Según los autores del estudio, los datos demuestran la importancia de la detección precoz y del tratamiento de la depresión mayor en estos enfermos, puesto que se han obtenido resultados parecidos en otros tipos de cáncer, como el de mama o de pulmón.
Así, a pesar de que no se puede explicar con exactitud la asociación entre depresión y mortalidad, los investigadores recalcan que se tendría que impulsar la creación de un protocolo de tratamiento psiquiátrico y oncológico integrado, dirigido no sólo a las personas con cuadro depresivo, sino también a los enfermos a los que la noticia de su enfermedad les ha entristecido sobremanera.