Nuevos estudios sobre el aspartamo

Un nuevo trabajo reabre la polémica del aspartamo y, a la luz de los resultados, los expertos reclaman una revisión de la actual normativa sobre el edulcorante
Por Mercè Fernández 5 de julio de 2007

Un trabajo publicado en la revista Environmental Health Perspectivas, editada por los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU, vuelve a reabrir la polémica del edulcorante aspartamo. Los autores, un equipo de la Fundación Ramazzini de Oncología, con sede en Italia, afirman que este edulcorante, que está presente en numerosos productos, es un potente agente cancerígeno y que los nuevos resultados confirman sus trabajos anteriores.

El tema no es nuevo. A finales de 2005, la Fundación Ramazzini publicó un estudio que se presentó como la primera demostración experimental de los efectos carcinogénicos multipotenciales del aspartamo administrado en la comida de ratas Sprague-Dawley. En aquella ocasión, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas inglesas) pidió a los autores toda la información relativa al experimento a fin de poder realizar una evaluación a fondo. Y es que una de las conclusiones de aquel trabajo era que los efectos cancerígenos eran visibles a partir de una dosis diaria de 20 miligramos por kilogramo de paso, muy por debajo de la dosis establecida como segura por las autoridades sanitarias europeas (40 miligramos por kilogramo) y estadounidenses (50 miligramos por kilogramo). La EFSA concluía, en una revisión dada a conocer unos seis meses después, que el trabajo presentaba problemas de diseño y que no había evidencias sólidas de los efectos cancerígenos del aspartamo.

Reclaman una revisión de la normativa

La revisión de la normativa sobre el aspartamo es especialmente urgente en las bebidas, aseguran los expertos

Sin embargo, el nuevo estudio vuelve a despertar la preocupación de algunos sectores. Los autores han experimentado con un grupo de 70 hembras y 95 machos de ratas Sprague Dawley, a las cuales se les ha administrado con la comida dosis de aspartamo de 2.000 o de 400 ppm (partes por millón), lo equivalente a un consumo diario de aspartamo de 100 o 20 miligramos por kilo de peso, y desde el decimosegundo día de vida fetal hasta su muerte natural.

Los resultados, dicen los autores, son un significativo aumento de la incidencia de tumores malignos, leucemias y linfomas en todos los animales y un aumento de cáncer de mama en todas las hembras. Los efectos cancerígenos, dicen los autores, se han visto especialmente en los animales tratados con dosis de 2.000 ppm. Además la exposición prenatal acelera la aparición de los tumores. A la luz de los resultados, dicen, «creemos que no puede ser retardada una revisión de la actual normativa sobre el aspartamo». La revisión es particularmente urgente, añaden, en el caso de las bebidas que contienen aspartamo y que son consumidas ampliamente por los niños.

Primeras reacciones

Hasta el momento de cerrar este artículo, la EFSA no ha emitido ningún comunicado. Un portavoz de la FDA, la autoridad estadounidense en materia de alimentos y fármacos, ha comunicado a través de los medios de comunicación que estaban valorando la noticia y que no encuentran razones para alterar su conclusión previa de que el aspartamo es seguro en su uso general como edulcorante en los alimentos. El estudio no es consistente, ha dicho la FDA, con el gran número de trabajos evaluados por la FDA, incluyendo estudios de carcinogenicidad. No obstante, también en EEUU, un portavoz de la asociación de consumidores Centro para la Ciencia de Interés Público (CSPI) ha pedido a la FDA que revise urgentemente el artículo.

En la revisión del trabajo anterior de la Fundación Ramazzini, la EFSA concluyó que el incremento de linfomas y leucemias no era debido al aspartamo sino probablemente a que las ratas seleccionadas para el experimento sufrían «cambios inflamatorios en el pulmón y en otros órganos, incluso en los grupos de control que no recibieron aspartamo». La inflamación predispone al desarrollo de tumores y seguramente esa era la causa más probable, explicaron los expertos de la EFSA. Tampoco hallaron una relación dosis-respuesta consistente. Los animales del primer experimento, habían recibido dosis diarias de aspartamo de 5.000, 2.500, 500, 100, 20 y 4 miligramos por kilo de peso, y había muy poca diferencia de incidencia de tumores entre animales de dosis más altas y animales de dosis más baja.

Por otro lado, explicaba la EFSA en su informe de 2006, los tumores y lesiones precancerosas halladas en riñones, uretras y vejigas de las ratas no son relevantes para los humanos, ya que son debidas a compuestos químicos irritantes y son específicas de las ratas. Los expertos también señalaron en aquella ocasión que el número de tumores que aparecieron en nervios periféricos de las ratas era «bajo y sin una relación clara dosis-respuesta».

FORMALDEHÍDO, EL SOSPECHOSO HABITUAL

El aspartamo, un edulcorante 200 veces más dulce que la glucosa, es uno de los más utilizados en la industria de la alimentación. Se calcula que supone el 62% del volumen del mercado internacional de edulcorantes y que está incorporado en unos 6.000 productos en todo el mundo, especialmente en productos que no son estrictamente alimentos. Desde bebidas sin azúcar, postres, chicles y chucherías diversas hasta medicamentos o pastillas para la tos.

¿Hay razón para la sospecha de que el aspartamo es cancerígeno? El principal sospechoso es uno de sus metabolitos, el formaldehído. El aspartamo se metaboliza en el tracto intestinal en tres compuestos, acido aspártico, fenilalanina, y metanol. Estos, a su vez, se descomponen en otros: el ácido aspártico se transforma en alanina y oxaloacetato, y la fenilalanina se tranforma en tirosina, feniletilamina y fenilpiruvato. El metanol, por su parte, se transforma en formaldehído y ácido fórmico.

El formaldehído está clasificado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el año 2004, después de hallarse evidencias suficientes de la implicación de este compuesto en el caso de cáncer nasofaríngeo en humanos, evidencias limitadas en el caso de cáncer nasal y paranasal, y evidencia «fuerte pero no suficiente» en el caso de leucemias. Sin embargo, las evidencias se encontraron en caso de exposición ambiental.

En el caso del aspartamo, los expertos siempre han apuntado sus dudas porque si el aspartamo ya se pone en cantidades muy pequeñas, porque es un edulcorante muy potente, entonces la cantidad de formaldehído generada en el proceso de metabolización es todavía más pequeña. Algunos estudios han calculado que la ingesta media europea de aspartamo es de no más de 10 miligramos por kilo de peso, y que en los casos más extremos, los consumidores que más aspartamo tomarían llegarían a los 20-25 miligramos por kilo de peso.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube