Flan, budin o pudin, pastel o terrina son distintas formas de llamar a unas recetas que, con sutiles diferencias, tienen en común que se preparan en moldes y resultan más o menos compactas. El empleo de huevo como ingrediente imprescindible hace que se deban entender como alimentos proteicos y que puedan conformar sin reparo el segundo plato de un menú equilibrado.
Este tipo de flanes suponen una excelente manera de aprovechar alimentos que han sobrado el día anterior. Se modifica su textura, apariencia y sabor y el resultado final es un plato sabroso y apetecible. Son platos que pueden servirse fríos o calientes, según la estación del año y el gusto de los comensales, y permiten incluir casi todas las verduras. Además, resultan una oportunidad para integrar las verduras en la dieta infantil, alimentos que suelen rechazarse. También se pueden elaborar deliciosos y vistosos flanes que incluyan otros alimentos como cereales, legumbres, queso, tofu, seitán, pescados y frutas.
La mejor forma de prepararlos
La clave para elaborar un flan de verduras es que los vegetales queden «al dente» una vez cocidos. De esta manera, se aprovecha más su valor nutritivo y el resultado de la receta en sabor y textura es mejor. Sea cual sea el relleno, se dejarán enfriar un poco antes de revolverlas con el huevo. De lo contrario, empezará a cuajar y la mezcla no será homogénea. Para conseguir un pastel más esponjoso deben batirse las claras a punto de nieve.
El flan de verduras gana sabor y queda más compacto si se prepara de un día para otroEn el momento de rellenar el molde hay que dejar un espacio de un dedo de grosor como mínimo para que la mezcla suba y no se derrame del recipiente. En el caso de que se prepare de un día para otro, el pastel ganará en sabor y quedará más compacto. La cocción de los flanes al baño maría hace que estos platos queden más suaves, tanto en sabor como en textura, aunque les cuesta más cocerse que si se meten al horno. Con esta elaboración, se crea una corteza dorada y crujiente en su superficie, por lo que el horno en la función grill puede usarse en el último momento para conseguir una mejor presencia.
El último punto es conocer si el flan está bien cuajado. Para ello, se aprieta con suavidad la superficie para comprobar que no sale líquido, o se pincha con un palillo, que deberá salir limpio, sin restos de huevo.
De esta manera, los flanes de verduras se convierten en una manera original de aprovechar las sobras de verduras del día anterior, como la receta que incluye variedad de hortalizas o su versión más original que las combina con pan. También están los flanes en los que prepondera una verdura, como el de calabacín, calabaza o espárragos, aunque las posibilidades dependen del gusto del comensal.
Los flanes dulces con frutas
Los flanes de frutas se deben valorar como postres dulces y no como sustitutos a una ración de fruta fresca. Las razones son simples: llevan, por lo general, más azúcar en proporción a la cantidad de fruta empleada. En cualquier caso, son una manera deliciosa y oportuna de cambiar el sabor al flan clásico y de aprovechar la fruta de temporada. Y si la fruta está muy madura y dulce, no hace falta añadir azúcar para endulzar. Algunas apetitosas sugerencias son el flan de manzana, de pera conferencia con nueces, piña, naranja, coco solo o mezclado con almendras, mango, plátano de canarias o el pudin de melón.
El pescado y el marisco, además de las frutas, son otros alimentos a los que se recurre para elaborar estas jugosas recetas. En el recetario de CONSUMER EROSKI se pueden encontrar suculentas sugerencias como el clásico pudin de cabracho, el original flan de atún con crema de acelga, de salmón, de gambas con espárragos o con zanahoria.