La Dirección General de Consumo de Baleares, dentro de sus actuaciones de vigilancia y control del mercado, ha inmovilizado un total 1.276 unidades de juguetes que incumplían las normas de seguridad infantil establecidas, de las cuales 543 se ha procedido a su destrucción.
Con el fin de hacer constar esta situación, la dirección general ha notificado a la red de alerta de productos industriales, que funciona en el ámbito de todas las comunidades autónomas, la presencia en el mercado de cinco juguetes con formas y sonidos de teléfonos móviles que incumplían la normativa.
El incumplimiento de las normas de seguridad de los juguetes se debe a varias razones. Una de ellas, según informó el Govern de Baleares en un comunicado, estriba en que el compartimiento en el que se instalan las pilas de botón para que el juguete funcione no queda debidamente cerrado, lo que provoca que el niño pueda acceder a ellas.
Otra causa, esgrimida por Consumo, señala que la antena del teléfono del juguete se desprende fácilmente y genera piezas pequeñas que pueden ser ingeridas, al tiempo que deja al descubierto los cables y las bombillas que generan la luz, con el riesgo que ello conlleva.
Además, algunos de estos juguetes carecen del etiquetado con los datos del responsable y las instrucciones de uso o se encuentran en un idioma no oficial de la comunidad autónoma.