Los programas de lavado en frío de las lavadoras reducen significativamente el consumo de energía. En concreto, ajustar el termostato a 30 ó 40 grados puede suponer un ahorro energético de hasta un 40% en electricidad. Así contribuimos a la conservación del medio ambiente y a que la factura eléctrica no se dispare. Pero la salud de las personas alérgicas puede resentirse, según un estudio de científicos surcoreanos.
Esta investigación, presentada en el congreso anual de la Sociedad estadounidense de las Enfermedades Torácicas, concluye que lavar a 30 ó 40 grados centígrados no elimina más que entre un 6,2% y un 6,5% de los ácaros del polvo presentes en la ropa. En cambio, si se sube la temperatura a 60 grados, sí desaparecen por completo estos parásitos, pesadilla de los alérgicos.
Los investigadores surcoreanos utilizaron tres programas de temperatura distintos: a 30, 40 y 60 grados. La ropa y sábanas lavadas en cada uno de ellos fue posteriormente analizada en busca de alérgenos como ácaros, parásitos de animales domésticos, polen, etcétera.
La colada realizada a 30 grados sólo logró eliminar un 6,2% de los ácaros, y apenas un 60% de los parásitos contenidos en la saliva y la piel de animales domésticos, así como un 68% de pólenes. Por el contrario, en las coladas realizadas a 60 grados todos los ácaros fueron eliminados, así como un 88% de los parásitos o alérgenos de origen animal y más del 97% del contenido en polen.
En cualquier caso, aun lavando en frío pueden obtenerse resultados cercanos a los lavados en alta temperatura siempre que, tras los programas de prelavado y lavado, se proceda a al menos cuatro ciclos completos de aclarados en agua fría.