La firma de cosméticos vegetales Yves Rocher ha ordenado retirar en España unos bolsos regalados a sus clientes por la presencia de cadmio, un metal pesado muy tóxico, en la parte interior.
Esta empresa suele hacer obsequios a sus clientes, tales como pañuelos, neceseres, espejos, etc. En la promoción de noviembre el regalo era un bolso. El problema es que el material con el que está elaborado contiene el citado metal.
En un comunicado, Yves Rocher España afirma que los controles realizados por un laboratorio detectaron, el pasado 27 dde octubre, la presencia de cadmio en la parte plastificada del fondo del bolso.
De momento, la empresa desconoce si se trata de un defecto de fabricación aislado, si concierne a un número determinado de bolsos, o si está generalizado a la totalidad de la partida. Sin embargo, «por razones de responsabilidad y de gran rigor», ha pedido a sus clientes que devuelvan el artículo en la tienda más cercana. La medida sólo afecta a España.
Yves Rocher afirma que llevará a cabo auditorias a los proveedores para conocer la amplitud y el origen exacto «de esta anomalía». Para aclarar dudas, los usuarios pueden llamar al teléfono 900 460 139.
En declaraciones a CONSUMER EROSKI, Lucía Sánchez, responsable del Departamento de Comunicación de la firma de cosméticos, ha insistido en que el cadmio «está dentro del forro interior del fondo del bolso, por lo que no está en contacto con el ser humano y, por lo tanto, no es nocivo». Además, ha querido aclarar que la retirada es sólo en España y no en otros países de Europa como habían publicado algunos medios de comunicación.
Respecto a la cantidad de bolsos afectados, se habla de que podrían ser hasta 25.000. Aunque la portavoz de Yves Rocher dice que dentro de esa partida no todos están contaminados, sino solamente «algunos».
Es un metal blanco azulado, dúctil y maleable que se emplea normalmente para fabricar pilas y baterías para juguetes, ordenadores y cámaras. Es muy tóxico, casi tanto como el mercurio. La sobreexposición al cadmio puede causar enfermedades renales, hepáticas, pulmonares y hasta cáncer.
Cada año se liberan al ambiente unas 25.000 toneladas de cadmio. La mitad procede de la descomposición de rocas y también de incendios forestales y volcanes. El resto es liberado por las actividades humanas (aguas residuales, quema de residuos urbanos y combustibles fósiles).
La exposición al cadmio en los humanos se produce generalmente a través de dos fuentes: por vía oral, a través del agua e ingestión de alimentos contaminados, y por inhalación. El humo del tabaco, por ejemplo, contiene cadmio.
Los alimentos tienen una concentración muy baja de cadmio (entre 0,01 y 0,05 miligramos por kilo). La excepción son los frutos secos y semillas oleaginosas, los moluscos, los patés y las vísceras. Cada persona ingiere a la semana un mínimo de 0,7 microgramos de cadmio por kilo de peso y un máximo de 6,3.