Un gen «maestro regulador», como lo han definido sus descubridores, es el causante de la metástasis o propagación del cáncer de mama. El estudio que aparece publicado hoy en la revista «Nature» indica que SATB1 altera la conducta de al menos otros 1.000 genes dentro de las células tumorales.
Cuando SATB1 se muestra hiperactivo, el tumor es muy agresivo e invasor. En cambio, cuando se le neutraliza, se detiene la división y emigración de las células cancerígenas. Este hallazgo podría allanar el camino para diagnosticar las posibilidades de extensión de la enfermedad e incluso para elaborar medicamentos que eviten la metástasis o la traten.
Los científicos responsables del descubrimiento, comandados por Termumi Kohwi Shigematsu, del laboratorio Lawrence Berkeley de California (Estados Unidos), analizaron 2.000 muestras de tejido procedentes de mujeres con cáncer de mama, de las que además conocían con detalle su evolución gracias a su historia clínica. La actividad de este gen era más elevada precisamente en las que menos tiempo habían sobrevivido a la enfermedad.
Los autores de la investigación procedieron entonces a cultivar líneas celulares con elevados niveles de SATB1. Posteriormente, probaron a ver qué ocurría cuando reducían su expresión. El resultado fue que al bloquear el gen se redujo la capacidad invasiva de las células tumorales, así como su habilidad para viajar por el torrente sanguíneo e invadir otros órganos.
Kohwi Shigematsu y su equipo estudian ahora la forma de insertar un inhibidor directamente en el tumor a través de nanocápsulas microscópicas. Creen que, gracias a su hallazgo, de aquí a un año podrían estar listos instrumentos de diagnóstico para determinar si el cáncer corre riesgo de extenderse.