España se sitúa en la media europea en el porcentaje de muertes por cáncer de pulmón entre la población y en el tratamiento de esta grave patología, el tumor maligno más letal en Europa y que provoca cerca del 20% de los fallecimientos por cáncer. Así se desprende del «Informe comparativo sobre cáncer de pulmón en Europa», dirigido por el profesor Nils Willking, oncólogo médico del Instituto Karolinska de Suecia, y auspiciado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Concretamente, España ocupa el sexto puesto en supervivencia de la citada enfermedad, por detrás de Francia, Austria, Bélgica, Holanda y Suiza. A pesar de ser líder en el desarrollo de fármacos y en investigación clínica, tiene déficit en cuanto a equipos de radioterapia para tratar ese cáncer: existen menos de cuatro de estos aparatos por cada millón de habitantes.
La menor supervivencia al cáncer de pulmón en Europa está relacionada con un bajo acceso a la asistencia oncológica
Así, respecto al resto de Europa, el acceso a esta terapia es bajo, ya que la mayoría de los países europeos cuenta con entre cuatro y seis equipos.
El informe indica que la menor supervivencia al cáncer de pulmón en Europa está relacionada con un bajo acceso a la asistencia oncológica, en la que se incluyen la cirugía, la radioterapia y los tratamientos oncológicos. El diagnóstico tardío es también causa de bajas tasas de supervivencia. Y es que casi el 90% de los pacientes muere a los cinco años de diagnosticarles la enfermedad.
20.000 diagnósticos al año
Aunque el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte entre las patologías cancerígenas en España, su porcentaje de casos es del 12,1% y ocupa el segundo lugar tras el de colon. Su incidencia media es de 41,1 casos por cada 100.000 habitantes, ligeramente por debajo de la media europea. Esto significa que alrededor de 20.000 personas son diagnosticadas cada año de esta patología, según precisó José Luis González Larriba, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Alrededor de 20.000 personas son diagnosticadas cada año de esta patología en EspañaLa tasa de supervivencia de este tumor en España al año está próxima al 45%, a los tres años es del 30% y a los cinco años del 22% de todos los pacientes diagnosticados. Entre ellos, un 68,3 por cada 100.000 personas son hombres y un 20,8 por cada 100.000, mujeres.
Para lograr una mejor asistencia oncológica en España, González Larriba destacó la necesidad de desfragmentar el tratamiento del paciente de cáncer, crear centros monográficos e incrementar los presupuestos de la sanidad pública.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), que consiste en el análisis de ovocitos y/o embriones para una determinada alteración genética y que permite la transferencia al útero de embriones sanos, puede ayudar a evitar tumores hereditarios, según se puso de manifiesto en una jornada celebrada esta semana en Madrid.
En este encuentro, organizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y el Instituto Roche, se concretaron los beneficios que se pueden obtener con el DGP en situaciones de cáncer hereditario. “El planteamiento de usar la información genética en cuestiones reproductivas surge con cierta frecuencia en las consultas de consejo genético en cáncer hereditario, y los profesionales que atienden estas consultas precisan tener respuesta a estas cuestiones”, señaló Joan Brunet, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitari de Girona Dr. Josep Trueta.
Los cánceres hereditarios representan entre un 5%-10% de todos los tumores, siendo consecuencia de mutaciones germinales en genes que incrementan la susceptibilidad a sufrir la enfermedad. “Se hereda la susceptibilidad a padecer cáncer, que se transmite según distintos patrones de herencia”, explica la SEOM. En los últimos 20 años, se han identificado unos 40 genes implicados en síndromes de predisposición hereditaria al cáncer.
Ana Polo, del Programa de Reproducción Asistida del Hospital de Sant Pau-Fundació Puigvert de Barcelona, afirmó que “se ha comprobado como el DGP puede ser útil en la prevención de embarazos con embriones que manifiestan una alta susceptibilidad para padecer cáncer, representando hoy en día una alternativa al diagnóstico prenatal”.
En cualquier caso, matizó el doctor Brunet, “en el ámbito de los centros públicos no consta ningún caso llevado a cabo, al menos en los síndromes hereditarios más frecuentes, como el cáncer de mama y de colon”.