La osteoporosis es una enfermedad en la que tiene lugar una reducción de la masa ósea, por lo que la fragilidad de los huesos aumenta y por tanto el riesgo de sufrir una fractura es mayor. Las mujeres son quienes mayor incidencia de osteoporosis presentan, sobretodo tras la menopausia donde tiene lugar una pérdida de masa ósea principalmente trabecular, es decir, en la parte interior del hueso.
Influencia de la vitamina B12
Las mujeres presentan una posibilidad cuatro veces mayor a la de los hombres de desarrollar osteoporosis. Sin embargo los resultados obtenidos en un reciente estudio llevado a cabo por científicos del Servicio de Investigación Agrícola de Estados Unidos, indican que la deficiencia de vitamina B12 está asociada con una baja densidad de los huesos tanto en hombres como en mujeres. Si bien, el mecanismo por el que tiene lugar esta asociación no se conoce.
La ingesta recomendada de vitamina B12 para adultos, tanto hombres como mujeres, es de 2´4 microgramos (la milésima parte de 1 gramo) diarios. En principio llevando a cabo una dieta variada y equilibrada que incluya cantidades suficientes de carnes, pescados, huevos y lácteos, no tiene porqué existir una deficiencia de esta vitamina. Sin embargo, la falta de ácido clorhídrico en el jugo gástrico que suele asociarse al envejecimiento, puede reducir la capacidad de absorber dicha vitamina.
No olvidar otros nutrientes
Calcio
Vitamina D
Esta vitamina favorece la absorción de calcio por lo que contribuye a la mineralización de los huesos y dientes. También moviliza los depósitos de calcio de los huesos para mantener un nivel adecuado de este mineral en la sangre. Fuentes dietéticas: aceite de hígado de bacalao, pescado azul, yema de huevo, hígado, lácteos enteros o enriquecidos, mantequilla y nata.
Fósforo
Este mineral interviene en la formación, desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes. El fósforo y el calcio se encuentran en equilibrio en el organismo, ya que la abundancia o la carencia de uno afecta la capacidad de absorber el otro. Por tanto, el exceso de fósforo produce una menor asimilación de calcio, lo que puede provocar la desmineralización del hueso. Fuentes dietéticas: alimentos ricos en proteínas como carnes, pescados, huevos, quesos y otros lácteos y derivados de estos alimentos. También abunda en las frutas secas y los frutos secos, los cereales integrales y las legumbres.
Magnesio
El magnesio es un mineral que también forma parte de nuestros huesos. Además interviene en las acciones de la parathormona (hormona que regula el equilibrio de calcio y fósforo en el organismo) y de la vitamina D en el hueso. Fuentes dietéticas: carnes, marisco, lácteos, frutos secos y granos de cereales integrales.
Flúor
La mayor parte del flúor se encuentra en los huesos en forma de una sal denominada «fluorapatito», fundamental para conservar la dureza del esmalte de los dientes y para mantener estable la matriz mineral de los huesos. Además las sales de flúor a nivel óseo contribuyen a aumentar la densidad del hueso, ya que constituyen puntos sobre los que comienza el proceso de cristalización mineral. Fuentes dietéticas: agua, pescado, té negro y marisco.
Silicio
El silicio posee la función de estimular las células que participan en la formación de huesos y cartílagos, por lo que contribuye a combatir la osteoporosis. Fuentes dietéticas: agua mineral, café, cerveza y alimentos ricos en fibra como los cereales integrales.
Llevando a cabo una alimentación variada y equilibrada, se asegura el aporte de cantidades suficientes de todos estos nutrientes de gran importancia para el mantenimiento de la salud ósea.