Los países firmantes de la Convención de Estocolmo prohíben nueve sustancias químicas dañinas para la salud

Tienen graves consecuencias en la capacidad reproductora, en la inteligencia y son causantes de cáncer
Por EROSKI Consumer 11 de mayo de 2009

La utilización de nueve sustancias químicas dañinas para la salud, algunas de ellas presentes en determinados alimentos y productos electrónicos, ha quedado prohibida por el centenar y medio de países suscriptores de la Convención de Estocolmo -entre ellos España-, en vigor desde 2004 y que tiene por objetivo proteger la salud de las personas y el medio ambiente frente a las sustancias orgánicas altamente contaminantes y duraderas.

Los elementos afectados por la decisión, entre ellos el hexaromodiphenylether y el pentabromodiphentylether, figuran en productos como pesticidas, semiconductores, transformadores y dispositivos electrónicos variados. Estas sustancias «no sólo son peligrosas y venenosas, sino que traspasan las fronteras, están en todos los sitios y recorren enormes distancias», señaló el responsable de la Secretaría de la Convención de Estocolmo, Donald Cooper.

Este responsable explicó que las sustancias prohibidas ahora no desaparecen, sino que persisten en la atmósfera, el agua y los suelos. «También se encuentran trazos en el organismo humano, donde se acumulan y hacen peores», añadió Cooper. «No sólo todos estamos expuestos a esos compuestos químicos, sino que los ingerimos» a través de los alimentos, como ocurre cuando se come un pescado contaminado, apuntó el experto. Estas sustancias tienen consecuencias nefastas en la capacidad reproductora, en la inteligencia y son causantes de cáncer, por lo cual «el asunto no es cómo controlarlos, sino cómo eliminarlos completamente», subrayó.

Moratoria

A pesar de ello, los nueve compuestos químicos no serán prohibidos todos inmediatamente y en algunos casos se dará un plazo de dos a tres años, de modo que las industrias en las que son utilizados encuentren alternativas. Sólo así se pudo superar las reticencias de algunos países donde la producción y uso de tales sustancias son económicamente importantes, indicó Cooper.

Se ha demostrado que el 25% de las muertes prematuras en el mundo están vinculadas a causas medioambientales, como la contaminación de las aguas, recordó, por su parte, el coordinador de la Convención de Estocolmo, David Ogden. «Varios tipos de cáncer se incrementaron tras la introducción de estos compuestos químicos», destacó Ogden.

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